Después de ser expulsada del Sahel, donde Francia tenía importantes intereses en materia energética, y geoestratégica, ahora teme perder el control de esta colonia situada en la zona de influencia china, que alberga unos importantes yacimientos de níquel.
Por Angelo Nero | 20/05/2024
El presidente Macron está decidido a “poner el orden en la isla, cueste lo que cueste”, después de una semana de piquetes, barricadas, incendios y saqueos en la colonia francesa de Nueva Caledonia, tras la aprobación de una polémica constitucional en la Asamblea Nacional, que extenderá el voto a los residentes franceses con diez años en el archipiélago -unos 25.000 votantes nuevos-, lo que cambiaría la mayoría independentista que ahora tiene el parlamento regional, donde, por primera vez en la historia, gobierna un presidente que aboga por la independencia, Louis Mapou. París, que ha declarado el estado de emergencia el pasado 15 de mayo, ha desplegado 3.000 agentes para hacer frente a los disturbios, y este domingo ha desplegado otros 600 gendarmes para desbloquear el aeropuerto internacional de Numea. Hasta el momento hay seis muertos, y más de 200 detenidos.
Francia ha atribuido la organización de las revueltas a la Célula de Coordinación de Acciones de sobre el Terreno (CCAT), creada en noviembre de 2023, como una escisión del Frente de Liberación Kanak Socialista (FLNKS), el grupo mayoritario independentista. La CCAT ha estado al frente de las grandes movilizaciones que han tenido lugar en Nueva Caledonia, o Kanaky como la llaman los autóctonos, en este último años, llegando a reunir a una cuarta parte de la población -270.000 en total- en la capital, Noumea, para mostrar su oposición a la reforma electoral recién aprobada. También iniciaron un ciclo de movilizaciones, “los diez días de Kanaky”, previos a la votación en la Asamblea Nacional, durante las cuales una veintena de activistas fueron detenidos por “participación armada en una concentración, obstrucción al tráfico, complicidad en obstrucción al tráfico y daños”, ante lo que la coordinadora advirtió que “Nunca daremos marcha atrás y nuestra determinación permanecerá inquebrantable hasta la independencia y el advenimiento de la República de Kanaky”.
Después de ser expulsada del Sahel, donde Francia tenía importantes intereses en materia energética, y geoestratégica, ahora teme perder el control de esta colonia situada en la zona de influencia china, que alberga unos importantes yacimientos de níquel -entre el 20 y el 30% de los recursos mundiales-, un metal muy codiciado, ya que se emplea en la fabricación de baterías eléctricas
Tras los Acuerdos de Numea, en 1998, entre el gabinete del socialista Lionel Jospin y los independentistas kanacos liderados por Jean-Marie Tjibaou, se firmó una serie de transferencias de determinadas competencias, y la celebración de una consulta de autodeterminación. En 2018, se realizó el primer referendúm, donde los partidarios de mantener la unión con Francia fueron el 56%, frente al 43% que apoyaban la independencia, reduciéndose las distancias en una segunda consulta, en 2020, hasta el 53% de unionistas frente al 47% que deseaban romper con la République française. El último, realizado a finales de 2021, fue boicoteado por los independentistas, que no reconocieron el resultado.
Mientras tanto, los presidentes de las regiones francesas de Ultramar, Reunión, Guadalupe, Martinica y Guayana han exigido la retirada inmediata de la reforma electoral, en una declaración conjunta en la que señalan que “solo una respuesta política puede poner fin al incremento de la violencia y evitar una guerra civil. Nosotros, representantes electos de ultramar, pedimos solemnemente al Gobierno la retirada inmediata de la propuesta de reforma constitucional que pretende modificar el electorado para las elecciones de Nueva Caledonia-Kanaky como condición previa para la reanudación de un diálogo pacífico.”
Para terminar de complicar la situación, el Ministro del Interior francés, Gérald Darmanin, ha prohibido la red social TikTok para evitar que los saqueadores se organicen, además de señalar a un estado extranjero como instigador de las revueltas independentistas, “lamento que parte de los líderes independentistas caledonios hayan cerrado un acuerdo con Azerbaiyán.” La implicación del régimen de Baku, estaría motivada como contrapartida al supuesto apoyo francés a Armenia, durante la limpieza étnica de Nagorno Karabakh, algo que, sin embargo, se llevó a cabo sin que el Eliseo moviese un dedo para defender a la población de la República de Artsakh. Por su parte, las autoridades azeríes han negado este extremo, “es otra acusación infundada contra el Estado azerbaiyano y sus supuestos vínculos con dirigentes que defienden la independencia de Nueva Caledonia.”
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