La gravedad del problema de la vivienda se le planteó al Ayuntamiento vienés ante el aumento de la inmigración sobre la capital. Había que afrontar el problema que suponía dicha aglomeración, disponiendo la construcción de 25.000 viviendas.
Por Eduardo Montagut
En febrero de 1928 el destacado socialista Cayetano Redondo impartió en la Casa del Pueblo de Madrid una conferencia dentro del curso que había organizado la Federación Local de Edificación, donde hizo un encendido elogio del trabajo y el ejemplo de los socialistas en la capital austriaca a favor del pueblo, especialmente en materia de vivienda.
Redondo explicó como estaba Viena antes de la Gran Guerra, poniendo de relieve el estado de miseria física y de pobreza moral en el que vivían los trabajadores. Después de lo que había hecho el socialismo en la ciudad, Redondo afirmaba que eso nos permitía darnos cuenta de la mala situación de muchos trabajadores en España en lo que se refería a limpieza, higiene y urbanismo. Eso debía ser un acicate para trabajar con el fin de alcanzar aquel grado de progreso.
Antes de la guerra en Viena se alzaban magníficos palacios de magnates y dignatarios, en un ejercicio de desafío y derroche. Después de la revolución que derribó la monarquía, los socialistas dominaron en casi todos los municipios, empezando por Viena. Se promulgó la nueva Constitución, basada en principios liberales y democráticos, y que, según Redondo, podría servir de modelo para otros códigos legales.
También explicó cómo Austria, con tanta fuerza socialista, estaba gobernada por un ejecutivo reaccionario. Explicó que se trataba de un país federal, y como en Viena se habían concentrado las industrias y los trabajadores, era normal que dominara el socialismo, mientras que en el campo dominaba aún el “clericalismo”. En todo caso, el Ayuntamiento de Viena gozaba de amplia autonomía y el Gobierno no podía intervenir. Todos los servicios de la ciudad estaban municipalizados, en incluso la instalación y explotación de economatos y restaurantes económicos.
La gravedad del problema de la vivienda se le planteó al Ayuntamiento vienés ante el aumento de la inmigración sobre la capital. Había que afrontar el problema que suponía dicha aglomeración, disponiendo la construcción de 25.000 viviendas. Los recursos para emprender esta empresa de gran envergadura se presupuestaron sobre impuestos que gravaban el lujo. En relación con los terrenos se emprendió el derribo de conventos y cuarteles de la época imperial, construyendo las viviendas en esos solares.
Las condiciones de las viviendas eran muy buenas porque respondían a los modernos adelantos en construcción, siendo soleadas y limpias, con servicios de lavadero mecánico, baños y duchas, cocinas de gas, alumbrado eléctrico, calefacción, biblioteca, salones de reuniones, restaurantes, parques y campos de recreo para los niños, almacén cooperativo, etc. El servicio de vigilancia de los niños en los campos de juego durante la jornada laboral demostraría el cuidado y la atención que merecían de las autoridades municipales. Se evitaba el peligro del abandono en las calles a merced de distintos peligros. Redondo quiso en su conferencia alentar a los trabajadores españoles a seguir el ejemplo vienés.
Hemos trabajado con el número del 17 de febrero de 1928 de El Socialista.
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