FAST FOOD

 

Pedro apenas ve a sus hijos, nada queda de aquel “triunfador” que los abandonó cuando todavía eran unos críos. Nunca miró alrededor cuando había luz y ahora todo es demasiado oscuro.

Por Jaume Mayor

 

Pedro Gutiérrez tiene 55 años acabados de cumplir, está separado y tiene dos hijos de 17 y 14 años, Toni y Guillermo.

Paula Sánchez tiene 49 años, está separada y tiene dos hijos de 17 y 14 años, Toni y Guillermo.

Pedro lleva un año y medio en el paro, su situación empieza a ser angustiosa. Ha vendido el coche y con lo que ha sacado ha terminado de pagarlo y apenas le quedó nada. Paula trabaja en un restaurante céntrico.

Pedro siempre se definió a sí mismo como un emprendedor, un valiente de los que no esperan que nadie le solucione sus problemas. Pedro siempre ha sido un apolítico de derechas, más conservador que liberal, con algunos ramalazos reaccionarios. A Pedro siempre le ha gustado más hablar que escuchar, afirmar que preguntar, creer que saber y gritar que leer.

Paula empezó a trabajar siendo prácticamente una niña, en casa faltaba dinero y sobraban problemas. Entonces se preguntaba si el trabajo era una forma de ayudar o solo de huir. Hoy sabe la respuesta.

Pedro y Paula se conocieron cuando ella tenía 29 años y él unos pocos más. Trabajaban juntos en un restaurante, una franquicia de comida mexicana, él era el encargado, ella camarera, mucho trabajo y poco salario. Él empezó a poner los horarios para coincidir en los servicios y en los días libres. Cada día pasaban más tiempo juntos y acabaron compartiendo un piso cerca del restaurante. Cuando nació Toni, Paula dejó de trabajar, ella no estaba segura pero Pedro insistió. Durante años Pedro se encargó de llevar dinero a casa y Paula de que a los niños no les faltase de nada.

Cuando Guillermo cumplió 7 años, Pedro ya no vivía con ellos. Ni Paula, ni los niños le echaban de menos. Los últimos años pasaba más tiempo fuera que en casa, a veces, días enteros. Paula trabajaba de lo que salía, normalmente de camarera. A veces, cuando llegaba a casa, los niños ya estaban dormidos. Los arropaba y leía un rato antes de quedarse ella también dormida. Le gustaban las novelas para escapar de una vida que a veces le dolía demasiado.

Con los años, Pedro fue pasando a formar parte más del recuerdo que del presente. Paula iba encadenando contratos temporales a tiempo completo con contratos temporales a tiempo parcial y algunos meses en el paro. Pedro ha cambiado de coche, de piso y de vida, mientras se olvida mes tras mes de pasar la pensión a sus hijos. Pedro aprieta a sus subordinados en el trabajo, les niega derechos y les alarga la jornada, el jefe le compensa con un sobre todos los meses.

Cuando le comunican a Pedro la intención de la empresa de cerrar el restaurante, él intenta sin éxito hablar con el jefe. La indemnización y el paro no entienden de sobres en negro y Pedro pronto tendrá que vender el coche recién comprado. Con el paso de los meses Pedro empieza a entender que uno puede esforzarse mucho y no conseguir nada; y que la prestación no le llega ni para pagar el alquiler. Pedro a esas alturas no necesita que nadie le recuerde que no hace tanto tiempo, él mismo aplaudía la bajada de la prestación por desempleo del PP porque los parados no quieren trabajar.

Toni trabaja en una fábrica de componentes eléctricos, turnos de mañana, tarde y noche, comida precocinada y SMI. Guillermo está en el instituto, es buen estudiante y quiere ser periodista, no lo conseguirá. A Paula la hicieron fija tras una denuncia del comité de empresa y llevan un año sin sobresaltos económicos, pagan las facturas y están ahorrando para irse una semana de vacaciones los tres juntos. Costó conseguirlo, pero libra un fin de semana al mes y cobra todas las horas que trabaja. Pequeñas victorias colectivas que hacen la vida un poco más amable.

Pedro apenas ve a sus hijos, nada queda de aquel “triunfador” que los abandonó cuando todavía eran unos críos. Nunca miró alrededor cuando había luz y ahora todo es demasiado oscuro.  Pedro tiene una entrevista de trabajo, contrato por horas, de lunes a domingo, un día libre, la mitad del salario en negro: – contéstame ya, hay otros esperando.

Se el primero en comentar

Dejar un Comentario

Tu dirección de correo no será publicada.




 

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.