Hay que recoger las experiencias de todos los participantes en las huelgas del 72, aunque han pasado 50 años muchos siguen con nosotros y es fundamental que no pase como la memoria de los antifascistas del 36.
por Angelo Nero
A finales de 1971 se produjo una escisión en las Comisiones Obreras que dio origen a la Organización Obrera, pero esto también afectó al PCG, llegando a afirmar en su libro que “la juventud del PC se había ido”, ¿Qué consecuencias tuvo esta escisión en el movimiento obrero de Vigo en el transcurso de las huelgas que se producirían al año siguiente?
La consecuencia inmediata y evidente fue que desde la aparición de OO el PCG y más las Comisiones tuvieron un competidor. Es cierto que la importancia cuantitativa del OO ni siquiera era similar a la del PCG, pero su influencia comenzaba a sentirse en las empresas. Su primer éxito se produjo en abril de 1971 en un conflicto en una pequeña empresa eléctrica, Kober, donde lograron todas las demandas de los trabajadores (aumento de salarios y medidas de seguridad laboral) y obtuvieron la readmisión de los que habían sido despedidos, pero cuando quedó verdaderamente demostrada la capacidad de la nueva organización es en el paro de Barreras de mayo de 1972. Precisamente por la presencia mayoritaria de OO, el desarrollo de la movilización no se parece a ningún otro conflicto anterior: el proceso de asamblea, la extensión del conflicto fuera del marco de la factoria, la implicación de los vecinos de los barrios obreros, la innovación en el repertorio de la movilización con la aparición de manifestaciones volantes… Y después de poner en práctica esta nueva forma de movilizarse, la victoria de los trabajadores hace que el crecimiento de Organización Obrera sega espectacular.
En la Huelga General de septiembre se vuelven a poner en práctica todas las innovaciones que se probaron con éxito en Barreras, pero el alcance de la huelga de septiembre es sustancialmente mayor que la de mayo y aunque la OO había crecido y seguía creciendo, no fue capaz de encabezarla, sí de radicalizarla y dar más protagonismo a las asambleas, pero cuando PCG-COs decidió que era necesario volver al trabajo, OO fue absolutamente incapaz de sostener la movilización.
Marzo de 1972 ya está en el imaginario del movimiento obrero gallego, es más, ¿cuál es la cronología de la huelga, o deberíamos hablar de huelgas, en plural, porque fueron varias las que se produjeron ese año?
Marzo del 72 quedó, efectivamente, en el imaginario del movimiento obrero gallego por sus trágicas consecuencias, por el asesinato de dos trabajadores. Desde mi punto de vista los procesos de movilización del 72 en Vigo son cualitativamente más importantes que las movilizaciones de Ferrol de marzo. Y no podemos perder de vista que los imaginarios son construcciones, y que con ellas se construyen las presentaciones simbólicas. Queda por estudiar como se construye este símbolo, en que momento y por quien o quienes se transforma de una simple fecha a recordar el 10 de marzo, en el Día da Clase Obreira Galega.
La asamblea fue uno de los principales motores de movilización y uno de los principales órganos de toma de decisiones, que muchas veces se realizaban donde era posible, a veces en las fábricas o en la calle, a veces en el campo o en la montaña, pero también había muchas otras expresiones novedosas de lucha, como saltos, sabotajes y comandos. ¿Cómo se celebraron estas asambleas y en qué consistieron estas formas de lucha que dieron a las movilizaciones de Vigo un ambiente insurreccional?
Todas esas formas de lucha que mencionas, los saltos, el sabotaje, los comandos, ya estaban en el repertorio de la movilización antes de 1972, no son innovaciones de este proceso de movilización. El sabotaje ha estado en los repertorios de movilización desde al menos el siglo XIX en toda Europa y no los ha abandonado hasta hace relativamente poco tiempo. Los comandos y saltos son adaptaciones de otro tipo de acción (la manifestación y la simple distribución de propaganda política) a la realidad concreta de una dictadura. Ante la imposibilidad de manifestarse de manera legal y sobre todo con el costo de ser detenidos por manifestarse, los trabajadores inventan un sistema que abarata costos y posibilita irrumpir en el espacio público. Entonces aparecen los saltos, pequeños grupos de personas que ocupan la calle, para detener o perturbar el tráfico, gritando consignas y/o repartiendo propaganda. Precisamente la distribución de propaganda es la misión fundamental de los comandos.
¿Qué ocurre con estos elementos del repertorio de mayo de 1972 en Vigo? Que para desarrollar una nueva visión del conflicto, la propuesta por OO, se someten a una modificación. Si lo que se pretende es trasladar el conflicto al conjunto de la ciudadanía a través de la alteración de la vida cotidiana de los ciudadanos, los saltos no son las acciones adecuadas porque su incidencia es pequeña, por lo que aparecen los saltos simultáneos, dos, tres, cuatro saltos en lugares distintos al de la ciudad y al mismo tiempo transmitir una sensación de conflicto generalizado dando visibilidad a cuestiones laborales concretas. Pero los saltos simultáneos pronto cambian en medio de la huelga de mayo, creando manifestaciones volantes. Con un mayor número de participantes que los saltos, las manifestaciones volates buscaban causar el caos a bajo costo. Se trataba de una pequeña manifestación que cortaba el tráfico en un punto específico de la ciudad hasta que llegaba la policía, momento en el que se disolvia. Cuando se disolvia una manifestación volante, apareció una nueva en otra parte de la ciudad y se volvía a actuar igual.
En cuanto a los comandos, también tienen una mutación en las movilizaciones de mayo, y serán utilizados a gran escala en la de septiembre. Desaparece por completo la misión de distribuir propaganda original, convirtiéndose en pequeños grupos de trabajadores cuyo objetivo era el acoso a las fuerzas policiales. Generalmente, este acoso tenía como misión confundir la acción de la policía hacia ellos y así dejar una asamblea de trabajadores sin “atender”. Incluso se convirtieron en una especie de grupos de defensa de la asamblea.
Con todos estos antecedentes llegamos al llamado Septiembre Rojo, que resultó ser un punto de inflexión en el movimiento obrero de la ciudad, ¿cómo se desarrollaron los hechos de septiembre de 1972 que desembocaron en la Huelga General indefinida que paralizó Vigo?
La Huelga General de Septiembre es una huelga buscada y preparada, al menos su estallido por el PCE-PCG que busca un conflicto laboral para dotarlo de un componente político inscrito dentro de la estrategia de Reconciliación Nacional. El conflicto se prolonga desde al menos junio del mismo año y la empresa elegida fue Citröen. El paro inicial en la fábrica de Citröen, que reclama el resto el sábado, no es seguido por la mayoría de los trabajadores de la fábrica. Creo que si no pasara nada más, la situación no pasaría de ahí. Sin embargo, la dirección de la empresa decide despedir a los miembros de la Comisión Obrera de Citroen que instigan la huelga. Todo cambia radicalmente allí. Tanto la OO como la UPG, que se oponían a la huelga en Citröen, apoyan ahora las movilizaciones en demanda de la reincorporación de los trabajadores despedidos, y el conflicto, que en principio solo afectaba a una empresa, se hace general. Con la experiencia de la victoria sin despidos en la huelga de Barreras, los trabajadores se pusieron nuevamente en marcha para hacer realidad su consigna:o todos o ninguno .
Septiembre de 1972 termina con la ruptura de la unidad sindical y el inicio del ciclo de represión, ¿cuál es su evaluación del fin de la Huelga General?
Aunque el paro termina por completo el 26 de septiembre, la descoordinación total se produce a partir del 23, sin embargo las primeras maniobras hacia la vuelta al trabajo son mucho antes. El día 18, los primeros llamamientos más o menos velados a la vuelta al trabajo los hace el PCG-PCE. Evidentemente, OO no estaba de acuerdo en terminar la movilización de esa manera, pero la realidad es que aún no tenía la implementación suficiente para realizar una huelga de similar tamaño y el día 20 cae el aparato propagandístico, por lo que es imposible que informar o alentar a los trabajadores en huelga.
Sobre la cuestión de si se puede considerar un fracaso, primero debemos definir desde qué perspectiva estamos hablando. Si lo hacemos desde la perspectiva del PCG-PCE, es una gran victoria, si lo hacemos desde los objetivos explícitos de la huelga, la readmisión de los primeros despedidos de Citröen, es un fracaso, ya que no sólo no se consiguió sino que al final hubo cientos de despidos.
También podemos verlo desde una perspectiva general, de la capacidad de los trabajadores para, aún en un contexto de dictadura, poder paralizar una ciudad industrial durante 15 días y poner en jaque a todas las fuerzas represivas. Esto habla de la capacidad de organización y del arma (como elemento de movilización) que fue la solidaridad, porque básicamente la Huelga General de Septiembre es una huelga de solidaridad.
A cincuenta años de aquellas movilizaciones, la Huelga General del 72, ¿crees necesario recuperar la memoria de aquella importante lucha obrera? ¿Qué puede reclamar el sindicalismo de hoy de lo que se hizo entonces, en un contexto tan diferente y con herramientas muy diferentes?
No sólo es importante, es fundamental. Hay que recoger las experiencias de todos los participantes, aunque han pasado 50 años muchos siguen con nosotros y es fundamental que no pase como con la memoria de los antifascistas de 1936. No se trata solo de recoger lo que nos lo tienen que contar suslíderes, sino todas aquellas personas que participaron, porque sus experiencias son únicas e interesantes. Por ejemplo, durante la entrevista, hablas del momento de «insurgencia», porque durante todas las horas de entrevistas que hice para el libro, solo una persona mencionó esa palabra, y la mencionó como una sensación, lo que sintió en ese septiembre de 1972, era activista de base, estudiante de Organización Obrera, Luisa Raposo. Poder rescatar esas visiones es fundamental.
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