El que ha quitado músculo en estas elecciones en los cuatro herrialdes ha sido EH Bildu que logra 333.362 votos, que son 55.741 electores más en relación a 2019, y le pisa los talones al PSOE, con un 22,43%, pasando de ser la tercera fuerza en una generales a la segunda.
Por Angelo Nero
Aquellos que quieran seguir ignorando la realidad nacional de Galiza, Països Catalans y Euskalherria, incluso aquellos que siguen insistiendo en que en la península ibérica no hay más naciones que Portugal y España, harían bien en revisar los resultados de las elecciones en este estado, no solo las del domingo 23-J, si no todas aquellas realizadas desde la muerte del dictador, donde las distintas formaciones nacionalistas, soberanistas o incluso independentistas, han sido protagonistas en la formación y estabilidad de los gobiernos estatales. En cada una de estas naciones, cada una de ellas con su particularidad, hay fuerzas que no obedecen a las sinergias emergidas de la capital del Reino, y cada una con sus ritmos y sus agendas, centran sus esfuerzos en una mayor soberanía, cultural, social y política, para sus pueblos.
Mientras que en España el PP ha sido el ganador, aún con una victoria pírrica, de las elecciones generales, en el conjunto de Euskalherria ha sido la cuarta fuerza política, con 3 diputados y un 12,68%, bien es cierto que mejorando los resultados de 2019, cuando solo logró un diputado y un 6,9% en Euskadi y un 6,52% en Nafarroa, donde iba dentro de las listas de Navarra Suma (con UPN y Ciudadanos), que logró dos diputados de UPN: Sergio Sayas y Carlos García Adanero, que, con la ruptura de la coalición, harían el camino del transfuguismo al PP. El aliado natural para que Alberto Nuñez Feijóo se hiciera con la Moncloa, la formación ultraderechista liderada por Santiago Abascal, es irrelevante en estas elecciones en Euskalherria, a pesar de sus 49.245 votos, ya que no consigue ningún diputado, y se queda con un 3,31% de porcentaje, aunque en el parlamento vasco consiguiera 1 diputado, y en el de Nafarroa, 2.
El ganador en estas elecciones a las Cortes Españolas, en Hego Euskalherria, ha sido el PSOE, que logra 382.951 votos, lo que supone un incremento de 71.592 papeletas con respecto a los comicios de 2019, con un 25,76%, lo que se traduce en 7 diputados, dos más que en 2019. Ha sido también la primera fuerza política en Nafarroa y en Araba. El llamamiento al voto útil, agitando el fantasma del fascismo, que han hecho los dirigentes del PSOE parece haberles dado un balón de oxígeno en un territorio que tiene memoria antifascista, y donde un gobierno de la derecha dura podría reavivar el conflicto que todavía no está resuelto entre Euskalherria y el Estado Español.
Aunque, realmente, el que ha quitado músculo en estas elecciones en los cuatro herrialdes ha sido EH Bildu que logra 333.362 votos, que son 55.741 electores más en relación a 2019, y le pisa los talones al PSOE, con un 22,43%, pasando de ser la tercera fuerza en una generales a la segunda. Además, la formación abertzale es la primera fuerza política en Gipuzkoa. El coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, ha advertido al PSOE, desde las ondas de Radio Euskadi: “no se puede construir una alternativa que siempre dependa de los independentistas, sin empezar a hablar del problema nacional, del problema de la vertebración territorial y de las naciones sin estado, con absoluta normalidad y serenidad.” Seguro que en mente de los electores abertzales están las alcaldías de Gazteiz, Iruñea, Barañain, Eguesibar y Lizarra donde los ediles socialistas impidieron una alcaldía de EH Bildu, aunque Otegi ha sido también claro al afirmar: “Hemos sido claros en eso, no hemos sido equidistantes, no hemos dejado ningún tipo de espacio a la ambigüedad. Hemos dicho que, si se puede parar a la derecha reaccionaria, la vamos a parar. Por tanto, esta es nuestra predisposición, hay que hablar, y hay que entablar y articular en las próximas semanas lo que puede ser una solución.”
El PNV ha quedado como tercera fuerza política en Hego Euskalherria, con 275.782 votos, perdiendo 103.220 votantes por el camino, con un 18,55% de porcentaje, frente al 24,94% que logró en 2019, cuando fue la primera fuerza política en las elecciones generales. Entonces logró 6 diputados, y ahora pierde uno. Solo consiguen ser primera fuerza en su feudo de Bizkaia. Pero para los jeltzales, lo que es realmente un drama es quedar por detrás, en votos, en porcentaje y en escaños, de EH Bildu, después de haber sufrido también el imparable avance abertzales en las elecciones forales y municipales, donde han tenido que pactar incluso con el PP, como en Durango, para mantener parte de su poder institucional. Hay muchos nervios en la dirección del PNV, habida cuenta de que dentro de un año tendrán que lidiar con los comicios al Parlamento Vasco, donde EH Bildu ya suena como favorita en muchas encuestas.
En 2016, un emergente Podemos, ganó las elecciones generales en Euskadi con el 29% de los votos, y segundos en Nafarroa con un 28,33, cuatro años después eran relegados a la cuarta posición en el conjunto de Hego Euskalherria, con un 15,69, y su declive en este territorio le ha llevado, ahora bajo la marca Sumar, a un 11,49%, con 170.824 votos, perdiendo 67.922 con respecto a las elecciones de 2019 a la que concurrieron con la antigua formación morada. En relación a estos comicios, pierden tres diputados, y solo consiguen uno por Bizkaia.
Retroceso también notable de la derecha navarra, víctima del voto útil y de su ruptura con el PP, que aunque conserva un diputado baja del 6,42%, conseguido con Navarra Suma, al 3,48%, y logra 47.833 sufragios menos que entonces, quedando en 51.764. UPN has pasado ha ser la cuarta fuerza política en Nafarroa, detrás del PSOE, EH Bildu y el PP, que además coloca como diputado al tránsfuga de UPN, Sergio Sayas.
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