Crear Poder Popular, AHORA

Cómo podemos caminar hacia la impugnación del capitalismo global y no morir, una vez más, en el intento?. La respuesta no puede ser otra que disputar el discurso hegemónico actual e impedir su renovación desde la comunicación de “lo político” sí, pero también desde “lo cultural” compartiendo el ingenio transformador, la creatividad colectiva y también la identidad digital común.

Por Gonzalo Busqué

Es importante conocer el momento político en que nos encontramos, en España y en Europa. En política hablamos de flujos y reflujos, siendo el primero la confluencia líquida abundante en una dirección y el reflujo, en su contraria, es decir, en retroceso. Tanto el flujo, como el reflujo, (el ascenso y el descenso) dependen en gran medida de cómo está la situación social, económica y sobre todo, la situación  política en un momento determinado del desarrollo de un proceso. Es obvio por tanto que hoy, aquí y ahora, en España y en Europa estamos en pleno proceso de retroceso. Los puntos principales que nos han llevado a la situación actual debemos enmarcarlos en el reflujo, para muchos definitivo, del neoliberalismo y sus políticas económicas, siendo su primer síntoma la primera de sus grandes crisis sistémicas, la crisis financiera del año 2008 y que ha necesitado un nuevo reajuste esta vez de carácter militarista.

Dice Boaventura da Sousa que hay condiciones políticas en las que las clases que están en el poder son demasiado represivas, demasiado monolíticas; hay otras en las que son más abiertas, menos monolíticas y hay mucha competencia entre ellas. A mayor competencia entre las élites, más brechas se abren para que el movimiento popular y la democracia participativa ingresen a través de ellas. Lo importante es identificar las oportunidades y no desperdiciarlas. Con frecuencia se desperdician por razones de sectarismo, dogmatismo, arribismo…o una melancolía peligrosa.

Peligrosa porque nos recluye en nosotros mismos y perdemos de vista que las condiciones de ascenso y descenso en lo político, la historia nos dice que son cambiantes y que varían de un lado al otro lenta, o rápidamente en función del cambio de la coyuntura política. Ser conscientes de esto es importante para no caer en la melancolía.

Cómo se supera todo esto?. Pues bien, se supera, por un lado, sabiendo que vivimos en un momento de luchas defensivas y una de las luchas defensivas más importantes es la defensa de una democracia liberal, que un buen punto de partida frente al fascismo que viene o que ya está aquí, pero no un punto final.  Solo puede funcionar si se hace de un modo organizado, y por lo tanto es necesario hacerlo como portadores de grandes dosis de generosidad, con los que aún están, para traer a los que se han ido y para los que nunca han estado. Hagamos caso a las personas como Monedero, y seamos “misioneros patológicos”, como se veían a sí mismo Federico García Lorca y sus compañeros de La Barraca. Seamos firmes con nuestra ideología, a la vez que dialogantes y generosos con los cercanos.

Cómo podemos caminar hacia la impugnación del capitalismo global y no morir, una vez más, en el intento?. La respuesta no puede ser otra que disputar el discurso hegemónico actual e impedir su renovación desde la comunicación de “lo político” sí, pero también desde “lo cultural” compartiendo el ingenio transformador, la creatividad colectiva y también la identidad digital común. Reivindicar también como “pegamento” indispensable los afectos sanos entre los cercanos y cómo no, la felicidad. Eso implica salir también del campo exclusivamente intelectual de las diferentes teorías del Estado y dirigirnos también a las emociones, sumando así un elemento más al análisis puramente teórico sobre cómo el neoliberalismo nos gobierna. El combate ideológico implica grandes dosis de ruido en el campo de la educación (en la escuela o en la universidad) en la comunicación escrita y en la audiovisual, también en las RR.SS.

Tiene que ser local y global, partido y movimiento, racional y sentimental, urbano y rural, ecologista y consumidor sensato, nacionalista e internacionalista, masculino y femenino, ejecutivo y deliberativo”. POR QUÉ EL PARTIDO J. C. Monedero

Para cambiar los paradigmas de participación tenemos que hacerlo desde lo local y debemos empezar de modo urgente, (según el propio Boaventura), por promover el conocimiento mutuo a través de nuevas formas de educación política popular: círculos de conversación, ecologías del conocimiento, creando talleres de discusión sobre lo social; discusión de posibles prácticas de articulación entre partidos y movimientos (presupuestos participativos, plebiscitos o consultas populares, consejos sociales o gestión de políticas públicas).

Hasta ahora, las experiencias son principalmente a escala local y ese marco debe ser superado, pero ojo, sólo se puede superar desde su construcción y por ello es fundamental construir poder popular ahí, en lo local, para ello debemos preparar ese escenario desde ahora mismo.

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