Cine | El nuevo cebo de Hollywood

Por Jose Luis Jiménez Peroy

De pequeños, recuerdo que las elecciones más difíciles que teníamos que hacer eran decidir si eras del Madrid o del Barcelona o si te gustaba más la Pepsi que la Coca-Cola, pero ahora que somos un poco más mayores, nos llega otra disyuntiva ante la cual casi se nos obliga a posicionarnos: ¿Marvel o DC?

El cine de superhéroes comenzó a instaurarse como un nuevo género dentro de la industria cinematográfica, con la trilogía de Christopher Nolan sobre Batman (Batman Begins 2005, The Dark Knight 2008, The Dark Knight Rises 2012) y la presentación de Iron Man (2008), y desde entonces ha habido una feroz lucha por dominar crítica y taquilla por parte de DC y Marvel.

Desde aquel lejano 2005 han pasado casi tantos años como películas de superhéroes, pero de todas ellas, solo quiero rescatar dos, una de cada bando: el único éxito rotundo de DC Wonder Woman (2017) y el, hasta la fecha, último estreno de Marvel, Black Panther (2018).

Estas dos superproducciones han triturado la taquilla mundial con unos registros impresionantes, tal y como revelan esos 821M que amasó Wonder Woman o las cifras que maneja Black Panther, a la que sitúan como el quinto mejor estreno de Marvel y que podría quedarse muy cerca de los 1000M de recaudación total (según sus primeras estimaciones).

Pero el paralelismo de estas dos películas va más allá de aburridas cifras de recaudación, ya que ambas cuentan con protagonistas que no se ajustan a lo que estabamos acostumbrados.
Es triste, muy triste, que el hecho de que una mujer o un hombre de color protagonicen una cinta de superhéroes, sea considerado como «novedad» o «algo diferente», y que eso tenga una repercusión tan desmesurada en taquilla.

Con Wonder Woman pudimos comprobar como un alto porcentaje de público femenino acudía a los cines solo por el hecho de que «es que la protagonista es una mujer», cuando en su vida habían mostrado interés alguno por este tipo de cine.

En Black Panther, Marvel ha encontrado un auténtico filón en la comunidad afroamericana. Según datos de ComScore, en el estreno de Captain America: Civil War (2016), sólo el 18 % de la audiencia era afroamericana, mientras que con el estreno de Black Panther, ese porcentaje sube hasta el 40 %.

Para complicar más las cosas, añadiré a la ecuación que Wonder Woman está dirigida por una mujer, Patty Jenkins (Monster, The Killing), y que en Black Panther su director es Ryan Coogler (Creed, Fruitvale Station), que tambien es de color.

Relegados siempre a papeles segundarios, mujeres y negros han sido casi siempre usados como complementos decorativos o estereotipados en muchas películas de Hollywood. Géneros como el de acción o el que hoy nos ocupa, el de super héroes, poco a poco han ido integrando personajes femeninos de caracter fuerte (Gamorra, la Viuda Negra, Catwoman o la futura Captain Marvel de Brie Larson…) alejados del rol de damisela en apuros o de love-interesting de nuestro poderoso héroe.
En el caso de los negros, habría que remontarse a Blade (1998) para encontrar otro protagonista de color en una cinta como Black Panther. A pesar de tener una buena representación, en modo secundario, con personajes como Nick Furia, Falcon o Cyborg, hasta la llegada del personaje interpretado por Chadwick Boseman, no se ha llenado ese vacio de veinte años sin rastro en pantalla de un superhéroe de color.

Con todos estos datos sobre la mesa, me gustaría lanzar una pregunta: ¿estamos ante una nueva campaña de marketing para captar la atención de «minorías» y así vender más entradas, o realmente estamos dando un paso hacia delante en cuanto a diversidad de personajes en el mundo del cine?

Hollywood ya no es una tierra en la que se crean obras para el llamado séptimo arte, si no que se ha convertido en una despiadada trituradora de carne que se alimenta exclusivamente de dinero. Ya no quiere contarnos historias o cuentos, quiere vendernos un producto y para ello hará cualquier cosa para lograrlo.

Quiero creer que Wonder Woman y Black Panther son algo más que un mero cebo para que los «no habituales», se sientan identificados con un personaje y disfruten en el cine, de una buena historia bien contada, pero no las tengo todas conmigo.
Me da miedo pensar que Black Panther es sólo una cinta de negros para negros, o que Wonder Woman fue realizada y protagonizada por mujeres para tratar reclutar a otras mujeres y así, hacerlas pasar por taquilla.

Es tan triste como cierto que el negocio del cine siempre debe adaptarse a los tiempos que corren… y si para ello tiene que hacer equilibrios sobre la delgada cuerda de la moralidad, lo hará sin dudarlo, por que como decía el gran Freddy Mercury: The show must go on.

1 Comment

  1. Interesante artículo Sr.Peroy y felicitarle por su primer artículo y que pronto haga el segundo. Aunque decirle que esos veinte años vacíos de superhéroe negro no son tales si tenemos en cuenta a Hankock, del 2008 protagonizada por el tan laureado Will Smith y dirigida por Peter Berg.

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