La expresión “woke” surgió en la década de 1930 en el ámbito de las comunidades afroamericanas para estimular la conciencia sobre los abusos raciales.
Por Lucio Martínez Pereda | 8/02/2025
No sólo se roban carteras y bolsos en el metro o en el autobús. El robo también se practica con las palabras, las ideas y las estrategias de lucha política. Las palabras -con el paso del tiempo y la extensión de su uso en contextos diferentes al de su inicio- pueden acabar teniendo significados distintos o incluso puestos a los de su origen.
La ultraderecha recurriendo a los textos de Alain de Benoist -posteriormente aplicados en estrategias propagandísticas por Steve Bannon- ha conseguido crear confusionismo ideológico en conceptos políticos tan importantes como revolución, totalitarismo y emancipación. Uno de los ámbitos donde se expresa ese confusionismo son las palabras. Woke es un buen ejemplo de ello: una palabra que fue creada por la izquierda y robada por la ultraderecha.
La expresión “woke” surgió en la década de 1930 en el ámbito de las comunidades afroamericanas para estimular la conciencia sobre los abusos raciales. El término se utilizaba para describir a las personas que estaban alertas o “despiertas” ante las injusticias sociales, especialmente el racismo. En los años 60 se asoció con la lucha por los derechos civiles. En 1965, Martin Luther King la usó en su discurso “Remaining Awake Through a Great Revolution”.
La frase “stay woke” (mantente despierto) se popularizó con el surgimiento del movimiento Black Lives Matter en 2013, después de la muerte de Trayvon Martin en Florida. Tras el asesinato de Michael Brown en Ferguson, Misuri, en 2014, los activistas de BLM la emplearon para crear conciencia sobre los tiroteos policiales contra afroamericanos. La expresión se extendió rápidamente en Black Twitter. Tras convertirse en un meme de Internet, su significado se amplió para abarcar posturas feministas, antirracistas y la defensa de los derechos LGBTI. Con la expansión de su significado la expresión consiguió abarcar una conciencia más amplia sobre cuestiones de desigualdad social, ideología de género y orientación sexual.
La alt-right (derecha alternativa) ha desempeñado un papel crucial en el cambio de significado de la expresión “woke”: se apropiaron de ella en 2015 y la transformaron en un término despectivo para etiquetar y desacreditar ideas de izquierda y políticas progresistas. La alt-right convirtió “woke” en un ariete contra la izquierda, utilizándola para atacar políticas de diversidad, equidad e inclusión social. Políticos de ultraderecha como Donald Trump popularizaron este uso negativo en su campaña electoral del 2016, extendiéndolo a otros países. La alt-right ha convertido “woke” en un símbolo de la lucha contra lo que perciben como “corrección política ” y amenaza a los valores tradicionales. Donald Trump, Boris Johnson y Miley han utilizado el término “woke” como una herramienta retórica clave en su discurso político, aprovechando su nueva connotación negativa para criticar a los movimientos progresistas, polarizar políticamente, simplificar la complejidad de los debates mediante narrativas dicotómica de “ellos vs nosotros” y normalizar los discursos de ultraderecha . Esta estrategia retórica ha sido fundamental en su comunicación política, permitiéndoles conectar con votantes escépticos con la política tradicional y reforzar su imagen propagandística de outsiders rebeldes que desafían el statu quo de la “ corrección política”.
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