Voces de la calle | Las verdades falsas de la economía liberal

   Por Juan Antonio Melero  | Ilustración de ElKoko
Las mentiras neoliberales sobre la economía son difundidas por los medios de comunicación, auténticos sicarios del poder económico, como “verdades” inmutables de la economía de mercado. Da igual que las «pruebas» que respaldan esta ideología económica neoliberal hayan quedado completamente refutadas, la derecha sigue insistiendo en que sus medidas son positivas. Y positivas sí son, pero solo son positivas para una élite dueña de los medios financieros y de producción  y  lo son también para las clases medias altas que se benefician de las migajas. EL RESTO DE LA POBLACIÓN APORTA MUCHO MÁS DE LO QUE RECIBE.
Nos dicen que aumentar el salario mínimo es negativo para la creación de empleo, pero lo cierto es que lo sucedido tras la crisis en EEUU demuestra abrumadoramente lo contrario y no solo eso, sino que los últimos estudios en universidades de ese país también contradicen totalmente esta otra «verdad» neoliberal.

Nos dicen que la desigualdad no influye en el crecimiento, pero el FMI ha concluido que los países mas desiguales crecen menos. Y en eso vienen insistiendo los más presagiosos economistas del mundo como el francés Thomas Piketty o los premios Nobel americanos Paul Krugman y Joseph Stiglitz.
 
Otro argumento neoliberal, también considerado como “una verdad inmutable”, es que las ayudas a los más pobres desincentivan la búsqueda de empleo, justo lo contrario de lo que ocurre, porque el Massachusetts Institute of Technology (MIT) ha demostrado lo contrario con varios experimentos sociales realizados en la India; precisamente, aquellos que recibían las ayudas eran los más insistentes en la búsqueda de empleo. Además, es de pura lógica que las ayudas que reciben aquellos que las necesiten se las tendrán que gastar en vivir y así  el dinero entrará de nuevo en el sistema e incentivará la economía, sin consumo interno el sistema se hunde. Pero a ellos las únicas ayudas que les gustan son las que reciben y bien generosas que son. Las ayunas a los Bancos y a las grandes empresas han sido escandalosas, de muchos miles de millones. Están en contra de la regulación y la intervención del Estado en la economía, siempre que a ellos no les interese, claro, como en el caso de los Bancos, las Autopistas o el caso Castor. 
 
Y para terminar este pequeño recorrido sobre las “verdades” de los neoliberales, pongo otro ejemplo: 
Ellos dicen que el sector público, el Estado, no debe dedicarse a la inversión y a la innovación, que eso solo le corresponde a la empresa privada. Mariana Mazzucato, en su libro “El Estado Emprendedor” nos explica como, sin la innovación tecnológica llevada a cabo por el sector público en EEUU, no existirían los iPhone ni otros inventos tecnológicos. También es de sentido común que las inversiones del Estado dinamizan la economía y lógicamente, crean empleo. Incluso el Estado puede ser un excelente empleador. Esto último, el Estado como empleador, es la bestia negra del neoliberalismo.
El problema es que todas estas “verdades” falsas son ampliamente difundidas por los medios de comunicación machaconamente, una y otra vez y así, terminan por penetrar en el tejido social, de tal forma que una amplia mayoría de la población las acepta como autenticas verdades y rechazan cualquier idea que las contradiga, por muy demostrada que esté. Eso es lo que se llama alienación y sin ella la correlación de fuerzas en nuestra sociedad sería muy diferente y la gente votaría en función de sus intereses y no ideologizados por las mentiras del poder, lo que ahora llaman la posverdad.
 
La mejor medicina para tener una mente independiente es la la información veraz y la cultura para distinguirla de la falsa, claro. Aunque, muchas veces, simplemente con aplicar el sentido común es suficiente para desenmascarar esas «verdades» falsas que tanto daño nos hacen.

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