Víctimas de primera y de segunda

Su supuesto crimen, querer una vida lejos de las guerras y de la precariedad de su país. Se deduce que las vidas negras no importan. Siempre ha habido y habrá, desgraciadamente, inmigrantes de primera y de segunda categoría.

Por Isabel Ginés y Carlos Gonga

El filósofo italiano Gramsci dijo: “Instrúyanse, porque tendremos necesidad de toda nuestra inteligencia. Agítense, porque tendremos necesidad de todo nuestro entusiasmo. Organícense, porque tendremos necesidad de toda nuestra fuerza”. Necesitamos pararnos a pensar, reflexionar sobre el mundo que se nos viene encima, dando pasos agigantados hacia detrás respecto a los derechos humanos y a las vidas humanas.

Tenemos el tremendo y maldito ejemplo del reciente fallo que tumba el derecho al aborto en Estados Unidos, que va de la mano del temor popular a que se intenten revocar ahora los derechos del colectivo LGTBI+.

El pasado 24 de junio fuimos testigos del asesinato de 37 hombres que intentaron cruzar la valla de Melilla, de nuestra frontera española con Marruecos, para buscar una vida mejor. Huían de una guerra y, tras una larga travesía en busca de una vida digna para ellos y sus familias, fueron asesinados. Su supuesto crimen, querer una vida lejos de las guerras y de la precariedad de su país. Se deduce que las vidas negras no importan. Siempre ha habido y habrá, desgraciadamente, inmigrantes de primera y de segunda categoría. Esta masacre debería haber provocado que todos los partidos políticos salieran a dar y a pedir explicaciones, con sus respectivas posibles dimisiones. Este asesinato en masa e indiscriminado debería haber movilizado a multitud de personas, haciéndoles clamar por los derechos humanos. Debería haber motivado una concienciación de la población.

Pero, claro, eran negros.

En España, la extrema derecha quiere limitar los derechos humanos. Por eso aquí también debemos tener mucho cuidado y seguir luchando constantemente por ellos en lugar de darlos por supuestos. No olvidemos que la extrema derecha logra que su discurso cale entre la gente más joven, aunque son muchas y muchos más jóvenes quienes tienen claros el antifascismo, la lucha y la defensa de los derechos humanos.

Necesitaremos organizarnos para tomar calles y plazas, para manifestarnos, para protestar y exigir públicamente que se nos escuche. Recordemos a Gramsci: “Organícense, porque tendremos necesidad de toda nuestra fuerza”. Protestar por las injusticias es un deber moral, es necesario protestar por ellas y exigir siempre responsabilidades en consecuencia.

Tengamos en cuenta que aquí, en España, pasa algo grave desde hace mucho tiempo. No necesitamos mirar a otros países: en esta nuestra España se les negó sus derechos, su dignificación y la ayuda a miles de personas que pedían justicia. Costó quitar vestigios, costó abrir fosas comunes y cunetas para identificar a personas asesinadas, ahora nos dan una ley descafeinada… pero aquí los torturadores, fascistas, siguen campando a sus anchas por todo el territorio nacional.

En esta España donde se le niega a una persona torturada que su torturador pise la cárcel; donde se mofan de quienes perdieron a su familiar; donde ven una pérdida de tiempo y dinero que se les dé un entierro digno a miles de personas asesinadas; donde hay víctimas de primera y de segunda clase; donde la gente negra y sus vidas importan poco, todavía queda mucha lucha y mucho trabajo. Aquí toca organizarse, quejarse, tomar calles y plazas; toca defender los derechos humanos porque ellos son la base de la vida y de la libertad.

España, donde un chico gay va con miedo por la calle por si le gritan maricón” y luego es agredido; donde una mujer no se siente segura; donde el aborto ya ha sido ultrajado; donde no hay respeto hacia las personas que sufrieron la represión franquista ni hacia sus familiares; donde los parataxis están en auge, es un país donde queda mucho trabajo, donde las libertades no están aseguradas.

Los derechos humanos son el pilar fundamental de la vida y debemos seguir defendiéndolos.

1 Comment

  1. Aquí parece que sólo hay una víctima, Miguel Ángel Blanco, 25 años haciendo negocio de su muerte, y 10 años después de ETA dejar las armas, siguen usandola en los mítines, vi un artículo que solo hablaba de que si queriamos saber lo que pasó había que saber lo de Miguel Ángel Blanco, yo respondí que si los jóvenes deben de saber todo que sea todo, desde el golpe de estado de Franco hasta ahora, incluyendo el terrorismo islámico que nos trajo Aznar, sabeis que dije lo que pienso, y bueno hay muchos comentarios que menos bonita me dijeron de todo, però pará mi sorpresa muchos a mi favor.
    Ya está bien de tanta hipocresia

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