Un nuevo frente interétnico para una nueva Etiopía

La nómina de organizaciones de este nuevo frente político-militar creado para derrocar al gobierno de Abiy puede ser decisiva en el desenlace del conflicto que comenzó hace ahora un año con la invasión de Tigray por las fuerzas militares etíopes y eritreas

Por Angelo Nero

Mientras los rebeldes tigriños y oromos avanzan hacia la capital etíope, en una contraofensiva que está poniendo contra las cuerdas al gobierno de Abiy Ahmed Ali, primer ministro desde abril de 2018 y dirigente del panetíope Prosperity Party, entre la declaración del estado de emergencia y el llamamiento gubernamental a una movilización general para impedir la conquista de Addis Abeba, lo que causaría el colapso del actual régimen, un nuevo golpe ha sacudido la ya complicada situación de este país del Cuerno de África. Se trata del anuncio oficiado en una conferencia de prensa en Washington, a principios de este mes de noviembre, de la creación del United Front of Ethiopian Federalist and Confederalist Forces, una alianza que multiplica fuerzas contra el gobierno, añadiendo al pacto que ya mantenían el Tigray People’s Liberation Front (TPLF) y el Oromo Liberation Front-Oromo Liberation Army (OLF-OLA), y que mantenía varios frentes abiertos en Dessie y Kombolcha, a 380 kilómetros de la capital, ocupadas por las fuerzas tigriñas, y Kemise, a 325 kilómetros de Addis Abeba, y Gerba Guracha, a 160 kilómetros al norte de la capital, tomadas por los rebeldes oromos. La nómina de organizaciones de este nuevo frente político-militar creado para derrocar al gobierno de Abiy puede ser decisiva en el desenlace del conflicto que comenzó hace ahora un año con la invasión de Tigray por las fuerzas militares etíopes y eritreas, y suman a grupos de diversas etnias como los afar, agaw, benishangul, kimant, somalí, y los pueblos de Gambella. Estos son los grupos que se suman al TPLF y al OLF-OLA: Afar Revolutionary Democratic UnityFront, Agaw Democratic Movement, Benishangul People’s Liberation Movement, Gambella Peoples Liberation Army, Global Kimant People Right and Justice Movement/ Kimant Democratic Party, Sidama National Liberation Front, Somali State Resistance.

“Como respuesta a la gran crisis que enfrentan varias naciones del país y para revertir los efectos dañinos del gobierno autocrático de Abiy Ahmed, para nuestros pueblos y más allá, hemos reconocido la urgente necesidad de colaborar, unir nuestras fuerzas hacia una transición segura en el país”, dijo a la prensa en Washington Admassu Tsegaya, miembro del Movimiento Democrático Agaw, parte de la nueva alianza rebelde. La firma del acuerdo se oficializó en la capital estadounidense con la intención clara de presionar al gobierno de Biden, que ya ha hizo numerosos llamamientos al gobierno de Addis Abeba para declarar un alto el fuego e iniciar conversaciones encaminadas a una solución pacífica al conflicto, que está causando miles de muertos y millones de desplazados, en una situación de grave crisis humanitaria, agudizada por una severa hambruna.

“La mayoría de las «iniciativas de paz» tratan principalmente de salvar Abiy, no de abordar los desafíos políticos más críticos del país. ¡Los esfuerzos que no abordan nuestras condiciones y la tendencia a combinar los problemas humanitarios con los políticos están condenados al fracaso!”, declaró el portavoz del TPLF, Getachew K Reda, en su cuenta de twitter. Esto traduce el sentir de los rebeldes tigriños, que no han parado de avanzar a través de las regiones, o Kililoch, amhara y afar, y de sumar apoyos a su causa.

El líder tigriño, Debretsion Gebremichael, ante los llamamientos internacionales, también ha escrito recientemente en un artículo publicado en “The Africa Report”: “El Gobierno de Tigray, a pesar de que la región está sujeta a un bloqueo asfixiante diseñado para exterminar a los tigrayanos, está dispuesto a explorar soluciones pacíficas. Lamentablemente, una resolución reciente del Parlamento Europeo que sugiere la imposición de sanciones a todas las partes si la situación no mejora para fines de octubre ejemplifica la tendencia a castigar a todas las partes por los pecados de una de las partes. Dado que el Gobierno de Etiopía desafía abiertamente y desprecia las propuestas de paz, debería soportar la peor parte de las sanciones coercitivas de la UE, no el bando que lucha por liberarse de un estrangulamiento mortal y está registrado como partidario de un arreglo pacífico.”

No parece que, por ahora, los llamamientos a la paz tengan mucha suerte de arraigarse ni en el gobierno de Abiy ni en la coalición rebelde liderada por los tigriños. Ambos bandos han recibido fuertes críticas en un informe publicado por Amnesty International, su secretaria general, Agnès Callamard, ha declarado: “El gobierno etíope debe acelerar los esfuerzos para apoyar plenamente a las sobrevivientes de violencia sexual y otras víctimas del conflicto. Como primer paso urgente, debe facilitar el acceso humanitario inmediato y sin trabas a todas las áreas del norte de Etiopía afectadas por el conflicto”. Las denuncias de violaciones masivas durante la ocupación de Tigray por parte de militares eritreos y etíopes, y también de milicianos  amharas, ha sido constante durante este largo año de guerra, pero también Amnesty International ha señalado a las fuerzas tigriñas: “Los testimonios que escuchamos de los sobrevivientes describen actos despreciables de los combatientes del TPLF que equivalen a crímenes de guerra y potencialmente crímenes de lesa humanidad. Desafían la moral o cualquier ápice de humanidad”.

Este domingo, 7 de noviembre, el gobierno etíope convocó en Addis Abeba una manifestación masiva de repulsa a las llamadas internacionales a una salida negociada al conflicto, y a las injerencias extranjeras, con velados mensajes hacia Egipto y Sudán, acusados de instigar a la rebelión, enfrentados al gobierno etíope por su gestión en la construcción de la Gran Presa del Renacimiento Etíope, que mermará considerablemente el cauce del Nilo Azul, lo que supondrá graves perjuicios a la maltrecha economía de estos países. Mientras tanto, también continúa la campaña de “limpieza” en la capital, donde se producen detenciones masivas de tigriños y oromos, acusados de formar una “quinta columna” para favorecer la conquista de la capital.

Mientras EEUU, Alemania y Reino Unido insta a sus ciudadanos a abandonar Etiopía, y ordenan la evacuación de todo su personal ajeno a los servicios de emergencia, el TPLF afirma que seguirá avanzando hacia la capital hasta que el gobierno de Abiy acepte sus condiciones. El portavoz del TPLF, Getachew K Reda, ha declarado: “Depende de Abiy decir sí a nuestras demandas. Fue Abiy quien empezó la guerra y depende de él aceptar nuestras condiciones y poner fin al conflicto”.

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