El texto se centra en la necesidad de garantizar la libertad de circulación de las personas que huyen de los combates y en la protección de las infraestructuras civiles.
Por Mateo Palamidesse | Focus on África
Yeda (Arabia Saudita). El comunicado llega en horas de la madrugada. El ejército sudanés y las fuerzas de respuesta de emergencia han llegado a un acuerdo de principio sobre la protección de los civiles atrapados en los combates y sobre la protección de los trabajadores humanitarios en el terreno de las agencias involucradas en la respuesta a la emergencia humanitaria .
El texto se centra en la necesidad de garantizar la libertad de circulación de las personas que huyen de los combates y en la protección de las infraestructuras civiles , estratégicas para el país, como centrales hidroeléctricas, edificios gubernamentales y hospitales.
Uno de los aspectos más destacados es la protección de los prisioneros de guerra . De nuevo en el punto 3 de la declaración, se hace hincapié en la necesidad de permitir que las agencias humanitarias visiten a todos los combatientes tomados prisioneros por uno u otro bando, heridos o necesitados de tratamiento.
La declaración se produce después de que se filtraran informes el miércoles, según los cuales la subsecretaria de Estado de EE. UU., Victoria Nuland, dijo que estaba satisfecha con el progreso logrado entre las partes.
Los enfrentamientos entre el ejército sudanés ( SAF ) y las Fuerzas de Apoyo Rápido ( RSF ) estallaron a mediados de abril, lo que provocó 600 muertos (probablemente 4 veces más), miles de heridos y cientos de miles de desplazados internos y hacia países vecinos.
Desde el inicio del conflicto se han registrado más de 200 enfrentamientos entre el ejército y las RSF , 2/3 de ellos en localidades de más de 100.000 habitantes.
Un conflicto que se suma a las numerosas criticidades geopolíticas de la región y que ha dejado patentes los innumerables intereses internacionales , abiertamente o no, de países vecinos y potencias extranjeras.
Uno de los grandes desafíos que enfrentaron Arabia Saudita y EE. UU. en las conversaciones de Jeddah fue aislar la crisis en Sudán y evitar enredarse en antagonismos regionales e internacionales.
La guerra en Sudán siempre ha estado a punto de desencadenar un efecto dominó en la región y uno de los grandes esfuerzos de Naciones Unidas es evitar tal escalada.
Un polvorín regional en el que el gran riesgo es que todos utilicen su influencia para entorpecer la de los contendientes. Una situación en la que cualquier gobierno que intente asumir el papel de mediador será visto por el resto como perseguidor de sus propios intereses, obviamente a expensas de los demás.
Si se quiere evitar que el conflicto cruce las fronteras de Sudán, habrá que dar más peso a las Naciones Unidas . En un momento en que incluso los EE. UU. parecen haber renunciado al papel internacional de la ONU , el gran esfuerzo consistirá en neutralizar cualquier posible «spoiler» en beneficio de solicitudes diplomáticas más amplias.
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