
Los lectores interesados en el tema se van a encontrar con unos testimonios de gran hondura, sensibilidad, humanidad, que nos ayudan a entender no solo el pasado, sino también el presente incierto que vivimos.
Por Angelo Nero | 7/05/2025
“La militancia con la Memoria cambió el rumbo de mi vida”, nos dijo Sol Gómez Arteaga en una de las primeras entrevistas que le hicimos en este medio, que con el tiempo se convirtió en el suyo. Tras la publicación de varios libros de relatos “Los cinco de Trasrey y otros relatos” (2012) y “El sol a la tinaja y otros cuentos” (2017), y de la novela “El vuelo de Martín” (2020), Sol nos llevó a uno de esos territorios incómodos para nuestra sociedad, el de los trastornos mentales, en sus “Trazos de sombra” (2021), publicado por la editorial Marciano Sonoro, en la que también vería la luz su delicioso poemario “Tiempo de Vilano” (2023).
Ahora, también de la mano de la editorial leonesa, acaba de publicarse “Memoria de las Mujeres”, una recopilación de las entrevistas que Sol Gómez Arteaga ha venido realizando a mujeres relacionadas, desde distintos ámbitos, con la Memoria Antifascista, que se han ido apareciendo en nuestra casa, en NR, y que, gracias a ella, se ha llenado de voces de mujer, luchadoras incansables contra el olvido.
En NR estamos encantados con haber formado parte de este proyecto, pero ¿cómo nació esta larga serie de entrevistas, y en qué momento pensaste que había que darle el formato de un libro?
El proyecto nace de la propuesta de participar en el periódico que en octubre de 2019 me hace NR. No podía decir no ante dicha oportunidad, pero lo primero que me pregunté es qué podía yo aportar a dicho medio. Tras darle vueltas, llegué a la conclusión de que podía aportar mi granito de arena indagando en aquello que consideraba más mío: la Memoria, que había “mamado” en casa desde muy pequeña.
Mi padre siempre nos contó que a su padre le sacaron los primeros días del golpe de Estado de la panadería en la que trabajaba en su pueblo, Valderas. Le llevaron preso al cuartel de Santocildes de Astorga, le asesinaron con cuatro paisanos más del pueblo por encontrarles una carta-clave que pretendían sacar al exterior para tener noticias sobre los avances de la guerra. Nos contó que su bisabuelo estuvo preso en el campo de concentración de San Marcos, en León, un lugar atroz en el que la ropa sucia que recogían en las visitas tenía tiras de sangre por las palizas que le propinaban, luego sería trasladado al Fuerte de San Cristóbal (Pamplona) y más tarde a la isla de San Simón en Redondela (Pontevedra). Su bisabuela también estuvo presa tres meses en León por mediar en una pelea de mujeres. Y él y los suyos había padecido colas en el auxilio social, miseria, hambre, represión, rechazo. Con estas hebras no podía no profundizar en la Memoria.
Pero además quería hacerlo poniendo el foco en las mujeres por dos motivos: por mi propia condición de mujer, y porque éstas han sido las grandes invisibilizadas de la historia más traumática de nuestro país. Quería aportar esa una mirada en la que yo misma de alguna manera me veía reflejada. Así fue como se fraguó el proyecto que ha durado tres años. A medida que las entrevistas iban viendo la luz en Nueva Revolución, y mucho antes de que optáramos a pedir la subvención del Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática para la publicación conjunta de las mismas en papel, empecé a pergeñar la posibilidad de compilar las entrevistas en una publicación que creía indispensable para la memoria colectiva.
Esta publicación no habría sido posible sin la implicación de la Fundación “Jesús Pereda”, y el compromiso de “Marciano Sonoro”, ¿fue muy difícil el camino para que se realizara esta alianza, y finalmente llegara a nuestras manos esta “Memoria de las Mujeres”?
Un lunes de finales de agosto de 2024, con el relente de la mañana, me entero por mi amiga Isabel Revilla del Río que se ha abierto la convocatoria de subvenciones para publicaciones, estudios, investigaciones relacionados con la recuperación de la Memoria Democrática y reconocimiento moral de las víctimas de la Guerra Civil y la dictadura que convoca anualmente el Ministerio de Política Interior y Memoria Democrática. A nivel particular yo no puedo pedir la subvención, pues tiene que avalarla una institución. Me pongo en contacto con la Fundación “Jesús Pereda” de CC.OO de CyL, que desde sus inicios hace un trabajo imparable con la Memoria. Hablo en concreto con su presidente, Ignacio Fernández Herrero, que ya había colaborado conmigo en la presentación de mi libro sobre Salud Mental “Trazos de sombra” en Valladolid y Zamora. Su disponibilidad con el nuevo proyecto fue inmediata.
Con el apoyo de la Fundación y la ayuda desde el primer momento de la editorial “Marciano Sonoro” redactamos, un poco contra reloj como son siempre estas cosas, el proyecto para la publicación conjunta de las entrevistas en formato libro. Meses más tarde, la subvención fue felizmente concedida. La alianza de distintas personas empujando en una misma dirección no pudo ser más favorable, más colaborativa.
En el libro podemos encontrar el testimonio de “historiadoras, arqueólogas, antropólogas, documentalistas, profesoras de universidad, escritoras, cantautoras, periodistas, abogadas y editoras”, y cuyo trabajo está, en cierta forma, invisibilizado, ¿querías con este libro darles esa visibilidad que no tienen a esas mujeres comprometidas con nuestra Memoria?
Sí, me parecía muy interesante la aportación que cada una de ellas, desde distintos campos y áreas de conocimientos, nos pudieran dar. También desde su implicación como familiares de víctimas que pertenecen a esa tercera generación que inquiere, pregunta y saca a la luz la memoria familiar silenciada durante décadas. Los resultados han sido unos testimonios profundos, de gran sensibilidad y emotividad. Cada una de las mujeres entrevistadas al compartir sus vivencias familiares y profesionales saca su yo más genuino, y desde su historia particular nos ayuda a construir la historia en un sentido más amplio.
También quería de alguna manera que estos veinticinco testimonios sirvieran de homenaje a las mujeres que nos precedieron, abuelas, bisabuelas, madres, que sufrieron el dolor de tantos años de silencio y pérdidas.
En este largo periodo en el que has entrevistado a 25 mujeres de edades y profesiones diferentes, habrás tenido muchos encuentros emocionantes, enriquecedores, en los que habrás aprendido muchos aspectos sobre el tema memorialista que no conocías, ¿qué te ha sorprendido o emocionado más en esta larga serie de conversaciones?
Todas las entrevistas nos aportan un testimonio impagable y a través de sus miradas han enriquecido mi conocimiento sobre la materia.
Lo han hecho desde el punto de vista familiar con sus testimonios particulares pero a la vez comunes y coincidentes con el de miles de familias represaliadas (es el caso de Pepa Miranda Padul, Susanna Toral Cabau, Eugenia Castiello Canal, Cristina Pimentel Huerga, Maribel Luna Baragano, María Torres Celada, Camino Alonso Díez, Hedy Herrero, Luisa Vicente Martín), desde sus aportaciones como historiadoras, investigadoras y docentes, poniendo especial énfasis en la mujer represaliada (María Jesús Izquierdo García, Beatriz García Prieto, Ana Cristina Rodríguez Guerra, Neus Roig Pruñonosa, Eloína Terrón Bañuelos, Ruth Sanz Sabido, Laura Martínez Panizo, Silvia Traversa), desde el campo de la antropología (Laura González Garrido, Yaiza Alonso Beltrán), desde el asociacionismo memorialista (Tere Rivas López, María Huelva Salas), desde el periodismo y los medios de comunicación (MªAntonia Reinares Alonso, Ana Gaitero Alonso), desde la ficción basada en hechos reales (Fermi Cañaveras), desde el arte (Isamil9).
Pero como me pides opinión sobre testimonios que me han impactado más, quiero citar el que nos ofrece Silvia Traversa acerca de la dictadura argentina que ahora, como un mal sueño, se vuelve a repetir con la subida de Milei al poder, causando tremendo sufrimiento de nuevo en la población civil. Me sobrecogió sobremanera el relato desgarrador que hace Fermi Cañaveras acerca de la prostitución que se ejerció en el campo de exterminio de Ravensbrück, escenario de su novela inspirada en hechos reales y documentados, y el que hace Neus Roig, Presidenta del Observatorio de Desapariciones Forzosas de Menores, acerca del tráfico de bebés, un escándalo bastante reciente pero a la vez desconocido por el interés de las instituciones implicadas en acallarlo.
Ya están programadas varias presentaciones del libro, en León y Valladolid, en las que contarás con “una buena compañía”, ¿qué se va a encontrar el público que acuda a estas presentaciones, además de una buena ocasión para hacerse con este libro imprescindible para aquellos y aquellas lectoras interesadas por nuestra Memoria común?
Es obvio que la memoria no importa a todo el mundo, pero sí importa a quienes sufrieron y sufren en silencio durante décadas, y también importa a una parte de la sociedad. El libro busca, a través de las distintas voces que lo componen, visibilizar unos hechos del pasado que las mujeres, por razones de parentesco o de actividad profesional, conocen muy bien y de primera mano. En este sentido, los lectores interesados en el tema se van a encontrar con unos testimonios de gran hondura, sensibilidad, humanidad, que nos ayudan a entender no solo el pasado, sino también el presente incierto que vivimos. Se puede exhumar de muchas formas, la palabra es, sin duda, una de ellas. Como dijo Juan Mayorga, académico, dramaturgo y coguionista de la impresionante obra teatral “1936” en una entrevista que concedió recientemente “hablar serenamente sobre lo que pasó en la guerra, es trabajar para la paz”. Y este libro, a través de las distintas voces que lo conforman, busca eso.
Sol Gómez Arteaga es la conciencia y la bondad.m