Siria | Seis años entre escombros y mentiras

Por Inna García

 

Esta semana se cumplen seis años del inicio del conflicto en Siria que ha causado millones de desplazados y la muerte de al menos 400.000, según informaba el enviado especial de ONU para Siria hace poco menos de un año. A medida que pasan los años en Siria entre muerte y destrucción, los políticos, organizaciones y medios occidentales siguen culpando de algún modo al gobierno sirio por la crítica situación que vive el país, pero, ¿cuán efectiva es esta coartada a estas alturas?

La semana pasada, el comando de la coalición de Estados Unidos anunciaba que hasta 400 marines habían llegado al norte de Siria para iniciar una operación para capturar la ciudad Raqqa, bastión del Estado Islámico (ISIS) hasta el momento. Cabe señalar que, a diferencia de las fuerzas de Rusia que combaten el terrorismo en el país, las tropas estadounidenses están en territorio sirio sin la autorización del gobierno.

Lo cierto es que, aunque las fuerzas de Estados Unidos han sido desplegadas en Siria con el pretexto de combatir al ISIS junto con las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS o SDF por sus siglas en inglés) dirigidas por los kurdos, lo más creíble es que la coalición mencionada -en la que participan EE.UU., Reino Unido, Francia o España entre otros-, esté trabajando en su proyecto de balcanizar Siria apoyando el posible estado independiente para los kurdos o en trajinar para que las fuerzas kurdas tengan el suficiente poder como para negociar la cesión del Estado sirio.

Parece ser, que ante el peor momento en el conflicto para ISIS y las otras fuerzas terroristas como al-Nusra, tras perder centenares de kilómetros cuadrados de territorio y tras la importante victoria del Ejército sirio en Alepo, la coalición de Estados Unidos no confíe en las fuerzas terroristas insurgentes como una buena carta para ganar al líder sirio al-Assad.

Viajemos al pasado para conocer el contexto sociopolítico en Siria. El gobierno sirio que ahora intenta dirigir el país mientras hace frente a una injerencia extranjera en sus asuntos internos, nació de la lucha contra el colonialismo. Pasaron décadas para que Siria rompiera las cadenas que le ataban a la dominación turco-francesa y de sus líderes sirios títeres de ella. El principal partido político de Siria es el Partido Árabe Socialista «Baaz», que significa «renacimiento”, renovación que probaban en la década de los 80 concibiendo un nuevo país independiente con una economía totalmente autosuficiente.

Desde que Siria logró su independencia su población ha mejorado en muchos aspectos la calidad de vida. En 2009, según los datos del Banco Mundial, la esperanza de vida de los sirios aumentó 17 años desde 1970 y la mortalidad infantil se redujo drásticamente. Un estudio de 1987 publicado por la Biblioteca del Congreso de EE.UU., reseña los grandes éxitos en el campo de la educación en Siria donde en la década de los 80 se lograba la plena escolarización primaria de los hombres frente de la inscripción del 85% de las mujeres. De hecho, en 1981, el 42% de la población adulta de Siria era analfabeta; diez años después el analfabetismo en Siria había sido erradicado.

La bandera que se usó bajo mandato francés (1932-1958) es la misma que hoy es considerada como “bandera de la revolución” y usan los “rebeldes sirios” y motivo por lo que la inmensa mayoría de la población siria rechaza

 

Para Occidente todos estos logros pueden ser primitivos o tribales ya que seguramente ninguno de esos periodistas que repiten la falacia de «régimen sirio» y no pueden creer que los sirios apoyan a al-Assad no han sufrido la extrema pobreza o las restricciones al acceso de sanidad, agua potable, electricidad o educación que sufrió Siria durante el mandato francés y que casualmente, de nuevo ante la injerencia extranjera, está volviendo a padecer.

Volvemos al siglo XXI. El conflicto en Siria empezó en marzo de 2011 con lo que nuestros medios se apresuraron por difundir como «una revolución que el dictador Assad convirtió en un baño de sangre». Y es que, según la versión oficialista, las protestas contra el gobierno sirio fueron pacíficas y, sobre todo, espontáneas. Partiendo de que las concentraciones se organizaban tras el rezo semanal de los viernes y sin casi presencia de mujeres, sucesos ‘poco conocidos’ como la quema de los juzgados de Daraa y la de una comisaría en Latakia, el asesinato de 7 policías en una de las primeras protestas  o el asesinato por su confesión religiosa (alauita) del General Abdo Khodr al-Tellawi y de sus hijos y sobrino o la ejecución de 120 policías solo 3 meses después del inicio de las revueltas apuntaba desde el mismo comienzo de la crisis a su inherente carácter violento que poco tenía que ver con reclamar al gobierno reformas democráticas.

Un hombre humedece una sala del juzgado incendiado en Daraa en marzo de 2011 (GTRES)

También hay que resaltar las gigantescas manifestaciones en apoyo del gobierno que hubieron en Siria y en otros lugares del mundo que pasaron desapercibidas. Incluso fotos de estas fueron divulgadas como protestas antigubernamentales. Por otro lado, Wikileaks ha probado en varias ocasiones que estas revueltas, no solo no eran espontáneas, si no que fueron patrocinadas por organismos extranjeros. «El Departamento de Estado ha financiado en secreto a grupos opositores sirios y a un canal de televisión que emite contenido contra el gobierno en el país» es lo que decía el The Washington Post en abril de 2011, cuando WikiLeaks filtraba un documento de 2009 que mostraba el apoyo de Estados Unidos a actividades subversivas en Siria.

Aunque las protestas y la consecuente escalada de violencia no tuvieran una naturaleza reformista, Siria en 2012 ratificó una nueva constitución sometida a referéndum y posteriormente, en 2014, se llevaron a cabo unas Elecciones Generales con observadores internacionales de 14 países y en las que la propia Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) ratificó que el 70% de la población siria participó. Además, en 2011, el gobierno sirio concedió la autonomía y la autoridad política de las regiones kurdas a organizaciones nacionalistas kurdas. Todo eso obviando que el estado secular de Siria siempre ha respetado y protegido la diversidad de minorías religiosas en su territorio donde sunitas, alauitas, cristianos, drusos, y demás grupos han sido libres de practicar su fe religiosa. El siguiente reportaje de Mikel Ayestaran del año 2010 mostraba la buena convivencia entre las diferentes minorías haciendo de Siria un destino turístico y de peregrinación muy bien valorado.

Siria además tolera abiertamente la existencia de diferentes ideologías políticas como es el caso del marxismo-leninismo, representado por el Partido Comunista Sirio y el Partido Comunista Sirio “Bakdash” que forman parte de la coalición anti-imperialista en apoyo al Partido Árabe Socialista Baaz.

No le puedo contar el desarrollo de la guerra y todo lo que se refiere a las operaciones militares en Siria de los últimos 6 años en unas cuantas líneas. Si está interesado en ello debe saber que desde Al-Masdar News cubrimos las actualizaciones del conflicto militar con información procedente del mismo campo de batalla. Lo que sí quisiera expresar es que el conflicto sirio, el cual los mismos sirios se niegan a considerar ‘guerra civil’, está muy lejos de ser una lucha por la democracia liderada por unos ‘freedom fighters’ o ‘revolucionarios’, como pretenden exponer los grandes medios de comunicación. En Siria, a parte del Estado Islámico, luchan cientos de grupos armados ‘insurgentes’, la mayoría de carácter fundamentalista islámico. Entre ellos se encuentra el Frente al-Nusra, la filial de al-Qaeda en Siria, que ahora forman parte de la alianza Hayat Tahrir al-Sham junto con Harakat Nouriddeen al-Zinki, Liwaa al-Haq, Liwaa Ansar al-Deen y a Jaysh al-Sunnah. Lo cierto es que muchos de los combatientes ‘rebeldes’ ni si quiera son sirios, si no que proceden de países pobres de Oriente Medio u otros países más lejanos. Por otro lado, están las Fuerzas Armadas sirias, que combaten el terrorismo salafista que trata de establecer el islam suní como identidad de Siria. Estas están compuestas por musulmanes, cristianos, drusos, etc, y de todas las ideologías políticas con el apoyo de brigadas como la libanesa multiconfesional, Hezbolá, y milicias palestinas, irakíes e iraníes entre otras. Recomiendo leer este completo artículo para conocer a fondo las fuerzas progubernamentales que participan en el conflicto.

Seis años después del inicio del conflicto, las fuerzas ‘insurgentes’ se están empequeñeciendo en las zonas urbanas del país, donde quizás por exasperación causada por las derrotas y la pérdida de territorio, han perpetrado varios ataques suicidas matando a 100 civiles en tan solo 5 días. Mientras, en el norte de Siria, los considerados ‘moderados’ del Ejército Libre Sirio (ELS o FSA por sus siglas en inglés) han ido plantando su bandera junto con la de Turquía, cuyas tropas combaten en Siria desde agosto del 2016 con el pretexto de luchar contra ISIS, aunque la razón verdadera sea extender sus fronteras invadiendo territorio sirio a la vez que ataca y masacra poblaciones entre otras controladas por las fuerzas kurdas, consideradas terroristas por el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.

Foto tomada en Jarablus, en el norte de Siria. «Rebeldes sirios» ondeando banderas turcas con el retrato de Erdogan

Este escenario, donde podemos observar parte de ‘la oposición’ perpetrando masacres entre civiles y la otra parte ayudando al régimen turco a apoderarse de tierra siria y saqueando a sus residentes, solo ha reafirmado el apoyo de la mayoría de la población al gobierno sirio en su lucha anti-terrorista. También es revelador el detalle que tras la liberación Alepo, los civiles residentes en los barrios oprimidos por rebeldes, mientras se desminaba la ciudad eligieran desplazarse hacia las zonas controladas por el gobierno liderado por Bashar al-Assad, quien además anunció hace unos días su disposición a convocar un referéndum sobre el futuro de Siria recalcando que las prioridades ahora son «erradicar el extremismo y lograr la reconciliación política» del país.

Asimismo, entre tantas publicaciones sobre el conflicto sirio, se echa de menos información sobre las labores humanitarias y de reconstrucción que lleva a cabo el Estado, como el plan que emprendieron en Alepo solo dos semanas después de su completa liberación. Esta misma semana un medio español daba voz a Milad Atieh, embajador de Siria en España, que asegura que los desplazados pueden volver cuando quieran a sus casas, matizando que «en caso de que sus propiedades estén bajo control yihadista, el Gobierno les proporcionará de un lugar seguro para vivir.»

No obstante, Occidente sigue culpando al gobierno sirio del conflicto sirio que poco tiene de interno, ya que podemos afirmar con total seguridad que la guerra habría terminado ya si no fuera por el apoyo que han recibido los extremistas desde el extranjero. A estas alturas la exigencia de la cesión del gobierno sirio está obsoleta ante el desarrollo de esta guerra que empezó con falsas reivindicaciones de una reforma democrática por la que ningún grupo armado ha mostrado durante estos seis años ningún tipo de apatía.

 

 

Punto final a este artículo en el que he puesto todo mi empeño con la confianza de que algún día la verdad será la protagonista de cualquier noticia sobre Siria. Me gustaría agradecerle a Alvaro A. su ayuda aportando datos (y ánimos) y a los demás miembros del equipo de Al-Masdar por recordarme a diario que la lucha no es en vano. Este artículo está dedicado a mis cinco sentidos en Siria, this article is dedicated to my five senses in Syria, Ibrahim Joudeh, Yussa Yussef & Zen Adra.

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