Sigue la represión: Samar Badawi y a Nassima al-Sadah nuevas detenidas por Arabia Saudí

Teresa Domínguez

Actualización a 24 de agosto 2018: Según Manal al-Sharif, la activista Nassima al-Sadah ha sido encarcelada en lugar desconocido y se le niega comunicación con abogado y familia. También ha confirmado que y su marido Fahad al-Fahad han sido secuestrados.

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Según Human Right Watch y Amnesty, las autoridades saudíes han arrestado a las activistas feministas Samar Badawi ( ) y a Nassima al-Sadah () en los últimos días. Dos nuevas víctimas del gobierno Saudí contra el movimiento por los derechos de las mujeres que comenzó el 15 de mayo de 2018 y con el resultado de casi una veintena de activistas detenidas.

 

Nassima además de luchar por los derechos de las mujeres, es activista por el reconocimiento de los derechos de la minoría chií en Arabia Saudí. Badawi fue galardonada con el «International Women of Courage Award» de Estados Unidos en 2012. Un premio que reconoce la lucha contra el sistema discriminatorio de tutela masculina de Arabia Saudí y la prohibición de conducir para las mujeres. Ella fue candidata en las elecciones locales de 2015, la primera vez que se permitió que las mujeres se presentaran, pero las autoridades eliminaron su nombre de la papeleta, lo que impidió que se su participación en política.

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«Las detenciones de Samar Badawi y Nassima al-Sadah indican que las autoridades saudíes ven cualquier disidencia pacífica, ya sea pasada o presente, como una amenaza a su gobierno autocrático» Sarah Leah Whitson, directora para Oriente Medio de Human Rights Watch

El acoso a la familia Badawi es de largo recorrido. Samar, además de su defensa de la igualdad de las mujeres, ha hecho campaña enérgica para que su ex marido y su hermano, Raif Badawi, sean liberados de la prisión. Waleed Abu al-Khair, cumple una condena de 15 años por su trabajo en favor de los derechos humanos, y Raif Badawi, su hermano, es un bloguero que cumple una sentencia de 10 años por expresar opiniones controvertidas.

Las autoridades también arrestaron a Amal al-Harbi, esposa del principal activista saudí Fowzan al-Harbi que está cumpliendo una condena de siete años por su trabajo con la ahora prohibida Asociación de Derechos Civiles y políticos de Arabia Saudita (ACPRA), una de las primeras organizaciones cívicas del país.

Las autoridades saudíes intensificaron las detenciones y procesamientos de disidentes y activistas desde principios de 2017. Sin embargo la ofensiva mayor comenzó unas semanas antes del levantamiento de la prohibición de conducir a las mujeres el 24 de junio.

Mientras algunas mujeres han sido liberadas, otras permanecen detenidas sin cargos e incomunicadas: Loujain al-Hathloul, Aziza al-Yousef, Eman al-Nafjan, Nouf Abdelaziz, Mayaa al-Zahrani y Hatoon al-Fassi, junto a los partidarios del movimiento: Ibrahim al-Modaimeegh, un abogado; Waleed Abulkhair abogado (desde 2014) y marido de Samar Badawi, Abdulaziz al-Shubaily, Abdulaziz Meshaal, un filántropo, Mohammed al-Qahtani, Abdullah al-Hamid, Abdulkareem al-Khodr, Fadhil al-Manasif, Fowzan al -Harbi, Raif Badawi,  Saleh al-Ashwan, Abdulrahman al-Hamid, Zuhair Kutbi, Alaa Brinji, Nadhir al-Majed, Issa al-Nukheifi, Essam Koshak, Mohammad al-Otaibi, Abdullah al-Attawi, Fahad al-Fahad (2016) y Mohammed Rabea, un activista social.

Recordemos que desde nuestro primer artículo se estima que han sido arrestadas unas 19 activistas. En Junio siguieron las detenciones contra mujeres y hombres pacifistas y defensores de los #DDHH de mujeres y niñas: lo contamos aquí: Arabia Saudí: Sigue la represión contra las activistas por los derechos de las mujeres. En ese artículo explicamos distintas campañas en favor de la liberación de estas personas encarceladas. Las activistas detenidas y las liberadas temporalmente se enfrentan a 20 años de cárcel por traición al estado . El gobierno saudí considera la defensa de los derechos humanos, o de las mujeres, como una traición, estar en contacto con organizaciones de derechos humanos, medios de comunicación independientes y transparentes, y con embajadas y países para mejorar los intereses de su propio país y sus ciudadanos, es considerado una afrenta al país y una traición al estado.

La única traición que han cometido es luchar contra el inhumano sistema de custodia masculina que subyuga a las mujeres, contra un sistema que las oprime y les niega la total ciudadanía.  La punta del iceberg de un sistema injusto y patriarcal que priva de derechos básicos a más de la mitad de la población Saudí. No deja de ser una perversión que este país presida el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas y ocupe un cargo en el Consejo de Mujeres de la ONU hasta 2022, cuando es uno de los 125 países que ni siquiera tipifica la violencia doméstica. Todo esto mientras propagan las reformas de «Visión 2030», un proyecto «moderno» diseñado para despojar al reino de su dependencia del petróleo, con una medida estrella como la de permitir conducir a las mujeres, todo esto mientras abren centros de detención, cárceles específicas para las mujeres que violen las leyes de tráfico.

Un lavado de cara que no se extienden a abordar la libertad de las mujeres y niñas, del sistema de custodia inhumano, de la miserable esclavitud a la que están sometidas laboral o sexualmente muchas de ellas, el uso de la pena capital por parte del reino y la falta de libertad de expresión del país. 

https://twitter.com/FouadAlAsiri/status/1023969839705141250

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         #FreeSaudiActivists

«No seré una mujer libre mientras siga habiendo mujeres sometidas»
Samar Badawi y a Nassima al-Sadah nuevas detenidas por Arabia Saudí. –
CC by-nc-nd 4.0 –
Teresa Domínguez

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