Trabajadores portuarios de la naviera china COSCO siguen movilizados desde el pasado 26 de octubre en el Pireo, el mayor puerto de Grecia, para denunciar la muerte del empleado Dimitris Daglis.
Por Oriol Sabata
La plantilla acusa a la empresa de querer encubrir el fallecimiento por accidente laboral de Daglis y advierte que no pararán hasta que se haga justicia.
Los portuarios llevan desde el pasado 26 de octubre en lucha y han anunciado dos jornadas de huelga para el 5 y 6 de noviembre para dejar claro que no van a permitir más muertes.
Las primeras reacciones y la presión ejercida ya han forzado a la empresa y al Ministerio de Trabajo a establecer un Comité de Seguridad y Salud con la participación de miembros del sindicato ENEDEP.
Otra de las demandas obreras es que se contraten a más empleados para aliviar la carga de trabajo que soportan actualmente.
El sindicato asegura que tras el supuesto “paraíso” de COSCO existen largos turnos de 12 horas, horas extra no remuneradas, falta de medidas de seguridad y mucha precariedad con trabajadores subcontratados.
En relación a esta última cuestión, la lucha que están llevando a cabo es también por la conquista de convenios colectivos que garanticen los derechos de todos los trabajadores sin distinción.
«La experiencia que adquirimos durante la huelga es enorme, sabemos que para conseguir lo que nos merecemos se necesitan luchas duras, que se juzgan en las puertas y muelles del puerto, con lucha organizada, masiva, multiforme, con plan y continuidad», afirman en un comunicado.
COSCO (China Ocean Shipping Company) es una empresa estatal china, considerada por su volumen de negocio una de las mayores compañías navieras del mundo.
En 2016 el gobierno de Alexis Tsipras vendió a COSCO el puerto del Pireo por 368,5 millones de euros en el marco de un amplio paquete de privatizaciones. COSCO adquirió el 51 por ciento de la Autoridad Portuaria del Pireo (OLP) y desde entonces ha ido ampliando hasta un 67 por ciento su participación.
Los sindicatos portuarios rechazaron en aquel momento la cesión de la gestión por un periodo de 36 años y advirtieron que sus derechos laborales se verían amenazados.
«Grecia entra en una nueva fase en la que ponemos énfasis en la reconstrucción y la recuperación económica», dijo en ese momento el primer ministro Alexis Tsipras.
Ese mismo día una protesta de trabajadores portuarios terminó siendo duramente reprimida con gas lacrimógeno por las fuerzas antidisturbios.
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