La presencia de la religión en la vida política supone la consideración como retrasados mentales de los españoles. Se utilizan símbolos religiosos para conseguir votos de personas sin criterio, sin cultura, sin interés y sin sentido de la responsabilidad
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La Ley, el disfraz del fracaso político
Nuevo artículo de Luis Aneiros en su columna «Lógica ciudadana»:
«No deja de resultar curioso que muchos de los que, brazo derecho en alto, enarbolan la bandera del cumplimiento de la Ley, confiesan su adoración por un dictador que llegó al poder precisamente gracias a actos de sedición y rebeldía.».
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