Pablo González cumple 40 años y dos meses detenido

Entender a la otra parte, a veces, es difícil, requiere un esfuerzo extraordinario, pero para repetir los mantras que escupen las agencias no es necesario desplazarse a Martuni, a Donetsk o a Kiev.

Por Angelo Nero

“Los grandes medios simplemente han interpretado de una manera partidista, que se dirían de una Ucrania que desearan en libertad, una Ucrania pro-occidental, en confrontación con una Rusia que la quiere anexionar o algo así. Realmente es un relato simplista, sin entrar en muchas realidades como la económica, la social, histórica, que los grandes medios han obviado, no sé si por falta de información, por un lado, o por otro lado por el interés de presentar el punto de vista occidental, sin entender a la otra parte.”, nos decías hace poco más de seis meses, en una entrevista a Nueva Revolución, para quién siempre tuviste la generosidad de compartir tus conocimientos de ese complicado espacio post-soviético, en el que tú siempre te moviste como pez en el agua. Y es que, precisamente, tu empeño era ese, el de entender a la otra parte, el de huir del manido esquema de malos y buenos, para mostrarnos la realidad que tu palpabas sobre el terreno.

Contigo, Pablo, seguimos las evoluciones de la guerra de Nagorno Karabakh, ese territorio armenio que sentimos en el corazón, que tu cubriste desde Stepanaker, donde muy pocos periodistas se atrevían a desafiar los bombardeos de los drones turcos y de los tanques azerís, y le diste voz a los invisibles que sufrían aquella terrible agresión, que, desgraciadamente, todavía no ha cesado, pese al armisticio armenio. Siempre arrojando luz sobre esas zonas de sombra informativa que los grandes medios desprecian, por intereses políticos o económicos, cómo hiciste también en aquella guerra del Donbás que parecía no existir, pero en la que seguían cayendo bombas y muriendo gente, donde estuviste en varias ocasiones junto a tu compañero Juan Teixeira, con quien fundarías nuestro medio aliado, Eulixe.

Entender a la otra parte, a veces, es difícil, requiere un esfuerzo extraordinario, pero para repetir los mantras que escupen las agencias no es necesario desplazarse a Martuni, a Donetsk o a Kiev. Entender a la otra parte, asomarse al abismo y escuchar a los monstruos que lo habitan, es necesario para completar el relato, aunque te la juegues, Pablo, como esa vez que salvaste la vida en Artsakh, gracias a un balón de futbol, o como hace dos meses, cuando te fuiste a la frontera de Polonia con Ucrania, a sabiendas de que estabas en el punto de mira de los servicios de seguridad ucranianos.

Este jueves pasado, hace dos días, cumplías 40 años en una prisión polaca, primero fue la de Przemyśl, ahora parece que te han trasladado a la prisión de Radom, sin garantías legales ni posibilidad de ser asistido por tu abogado, Gonzalo Boyé, que ha denunciado: “Se trata de un caso sin precedentes en la UE y que, sin embargo, apenas ha tenido repercusión en los grandes medios de comunicación. Las pruebas que Polonia asegura tener contra él son, a día de hoy, circunstanciales y están relacionadas con su origen ruso,” ni de ser visitado por tu mujer, Ohiana Goiriena, que han iniciado una campaña de solidaridad en la que han participado Javier Gallego, Crudo, Jon Iñarritu, Pablo Iglesias, Gervasio Sánchez, Mikel Ayestaran, Ricardo Marquina, Juan Carlos Monedero… mientras el presidente del gobierno español, forzado por la diputada de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, declaraba en el congreso: “Tanto desde la Embajada como desde el Ministerio se ha transmitido a las autoridades polacas la necesidad de garantizar la asistencia consular del detenido, que ya por cierto ha recibido, incluyendo el derecho de visita consular y el de ser asistido por un abogado. Se le asignó una abogada de oficio, pero el señor González, legítimamente ha preferido tener dos abogados de su elección, uno polaco y uno español.” Ya sabrás del bochornoso papel del gobierno español, así como del silencio cómplice de la Unión Europea, que, de haber sido detenido en Moscú, ya te habrían propuesto para el premio Sajarov.

Ya son 62 días los que permaneces secuestrado, Compañero, sin posibilidad de comunicarte con nosotros, los que tan deseosos estamos de leerte, de que nos cuentes como te encuentras, de si te llega algún eco de esa guerra que deberías estar cubriendo fuera, sobre el terreno, o si entre las rendijas de las paredes de esa prisión polaca, te llega algún mensaje de aliento de los que, como el equipo de NR, estamos preocupados por tu situación. Desde esta redacción seguiremos demandando tu liberación, convencidos de la inconsistencia de los cargos de espionaje que se te imputan, y demandando al gobierno español que presione al ejecutivo polaco para que se cumplan todas las garantías jurídicas y se respeten los derechos que, ahora mismo, están conculcando.

Un abrazo, Compañero Pablo, que pronto puedas disfrutar de estos recién cumplidos 40 años en Libertad.

#FreePablo #FreePabloGonzález

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