La biografía revolucionaria de Oriol Solé daría un vuelco en una de esas acciones, en la expropiación de una caja de ahorros en el municipio catalán de Bellver de Cerdanya, en septiembre de 1973, cuando fue detenido junto a Josep Lluís Pons Llovettras
Por Angelo Nero
Oriol Solé Sugranyes, nació un 1948 en Barcelona. Desde muy joven sintió la necesidad de luchar contra la dictadura y se comprometió en diversos movimientos sociales, militando en el Sindicato Democrático de Estudiantes de la Universidad de Barcelona, fue durante una asamblea de esta organización, celebrada en el convento de los capuchinos de Sarriá en Barcelona, que pasaría a la historia como la Caputxinada, cuando Oriol fue detenido por primera vez. Este acto, en el que participaron cerca de 500 estudiantes, y numerosos intelectuales como Salvador Espriu, Lluís Maria Xirinacs, Manuel Sacristán o Jordi Solé Tura, y la reacción al asalto del convento por parte de la policía armada, lo que dio lugar a la plataforma catalana de oposición al régimen, la Taula Redonda.
Un año después Oriol Solé se incorporaba a las Joventut Comunista de Catalunya, del PSUC, aunque su evolución ideológica lo llevó a pasarse al PCE (i), más relacionado con la autonomía obrera y el anarquismo, que surgió en 1967 como una escisión del PSUC, al que acusaban de “renunciar a la revolución proletaria”. El partido tuvo una importante implantación en Cataluña y también en zonas agrícolas de Andalucía. También entró en contacto con las plataformas de Comisiones Obreras, con las que colaboró en las revistas Que Hacer y Nuestra Clase.
Fruto de su implicación en el movimiento obrero tiene que exiliarse a Francia, y se establece en Toulouse, en 1969, después de participar en la huelga de la empresa Camyy. Allí continuó con su actividad laboral de tipógrafo y editó varias manuales proletarios, como el Diccionario del Militante Obrero o el Movimiento Obrero en Barcelona.
Participa en la creación del Movimiento Ibérico de Liberación (MIL), en 1971, una organización “influenciada por las experiencias de los Consejos Obreros, que rechazaba cualquier actividad política o sindical, y preconizaba la agitación armada y la propaganda escrita para agudizar la lucha de clases y la emancipación de la clase obrera contra el capitalismo, por una sociedad comunista libertaria.” Entre sus creadores también están sus hermanos Ignasi y Jordi, Santiago Soler, y Salvador Puig Antich. También colaboraron en la creación del MIL, Jean Claude Torres y Jean Marc Rouillan. Este último participará también, en 1973, en los Grupos de Acción Revolucionaria Internacionalista (GARI), y en 1979 á uno de los fundadores de Action Directe, una guerrilla urbana francesa que estará en activo hasta 1987.
Junto con Jean-Claude Torres, Oriol es detenido por la gendarmerie a finales de marzo de 1971, cuando intentaban entrar en España, tras la expropiación de unas máquinas de imprenta, por lo que fue encarcelado en Perpignan, donde permaneció hasta su liberación, en verano de 1972. Esta experiencia solo sirvió para reafirmar el espíritu revolucionario del joven Solé, que se integra en los Grupos Autónomos de Combate (GAC), dedicados a expropiar bancos para financiar sus publicaciones y llenar las cajas de resistencia de los huelguistas.
La biografía revolucionaria de Oriol Solé daría un vuelco en una de esas acciones, en la expropiación de una caja de ahorros en el municipio catalán de Bellver de Cerdanya, en septiembre de 1973, cuando fue detenido junto a Josep Lluís Pons Llovettras. Fue encarcelado en la prisión de Segovia.
En la cárcel de Segovia participó en la famosa fuga junto a militantes del MIL, como Josep Lluís Pons Llovet, del PCE (i) como Federico Sánchez Juliach, del Front d’Alliberament Català (FAC) como Ramón Llorca y López y Carles García Solé, y de ETA, como Enrique Gesalaga, Josu Ibargutxi o Bittor Arana, hasta sumar 29 participantes en la evasión del penal.
El 5 de abril de 1976 consiguieron escapar por un túnel que les llevó al exterior, donde les esperaba un comando para facilitar su huida. Escondidos en un trailer llegaron hasta Espinar, un pueblo navarro cercano a la frontera, donde se escondieron en una borda esperando a un mugalari, que les guiara hasta territorio francés. El guía no se presentó y decidieron internarse en el bosque en plena noche, y fueron interceptados por la guardia civil, tras lo que el grupo se dispersó. La suerte que corrieron fue dispar, Oriol Solé fue asesinado por la guardia civil, en las afueras de Auritz, “a quinientos metros de la libertad”, y el grupo que iba con él, una veintena, decidieron rendirse, mientras que en los días siguientes otros tres evadidos fueron detenidos, y cuatro Carles García Solé, Mikel Laskurain, Koldo Aizpurua y Jesús María Muñoz, consiguieron cruzar la frontera, aunque finalmente fueron detenidos por los gendarmes franceses y confinados en la Isla de Yeu, de donde también consiguieron escapar.
En 1981, Inmanol Uribe rodó “La fuga de Segovia”, reconstruyendo estos hechos, donde el actor y cantautor catalán Ovidi Montllor, daría vida a Oriol Solé.
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