Por Manuel Tirado
La vida sigue igual… cantaba un jovencísimo Julio Iglesias, todavía sin operaciones de estética, sin ese moreno artificial de miles de horas en la máquina de rayos uva y sin mansiones en Miami, cuando todavía era un mozalbete sin las impurezas que en muchas ocasiones acarrea el éxito. Pero, tranquilícense, que no les voy a hablar de Julio Iglesias.
Pero sí voy a usar esta famosa frase de una de sus más célebres canciones, “la vida sigue igual”… para resumir la actitud del Partido Socialista y de Pedro Sánchez, su secretario general, tras unas elecciones primarias de giros a la izquierda, de cantos de la Internacional con el puño en alto y de prometer a la militancia que nunca más volverían a cometer los errores del pasado.
La vida sigue igual en el PSOE, que ni se entera ni quiere enterarse, porque parece ser que no quiere cambiar de estrategia y si no cambia el discurso y sigue intentando formar alianzas con los “cuñados naranjas” de Albert Rivera, será difícil buscar una alternativa a las políticas del Partido Popular.
Pedro Sánchez no ha venido a cambiar nada en el PSOE y sus políticas van a seguir siendo las mismas que la de la Gestora, pero maquilladas con cánticos y eslóganes maravillosos
Parece que el dilema de Sánchez está entre la moderación y el acercamiento a Podemos. Pero tal dilema es pura entelequia cuando vemos cómo el líder socialista trata una y otra vez de incluir en un posible acuerdo de gobierno a Ciudadanos, cuando sabe perfectamente que tanto Rivera como Iglesias rechazan cualquier pacto a tres. Por eso digo que la vida sigue igual, como en la canción de Julio.
Sánchez se empeña en un acuerdo imposible. Podemos no puede ir de la mano de Ciudadanos a ningún sitio. La formación morada no puede aliarse con un partido creado única y exclusivamente para ser el sostén de los peores gobiernos del PP y del PSOE de toda España, sostén del peor y más corrupto PSOE de la historia, como es el de Susana Díaz, y el más podrido aún Partido Popular de Madrid.
Todo el mundo es consciente que con Ciudadanos no podrá haber un gobierno de cambio, porque los de Rivera no han venido a la política a cambiar absolutamente nada. Pudieron engañar a miles de votantes en la campaña de las pasadas elecciones generales diciendo que no sostendrían un gobierno de Rajoy, pero muy rápido se les vio el plumero y quedó claro a lo que habían venido a la política, que no es más que a sostener el régimen bipartidista y a defender los intereses del Ibex 35 y los poderes económicos de este país.
Por eso Pedro Sánchez está más perdido que el “barco del arroz”, como se dice por mi tierra. O mucho peor y lo que muchos nos temíamos que ocurría: Pedro Sánchez no ha venido a cambiar nada en el PSOE y sus políticas van a seguir siendo las mismas que la de la Gestora, pero maquilladas con cánticos y eslóganes maravillosos, que en el fondo sin “acciones reales” que los respalden, se quedan “en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada”, como decía el poeta.
Mucho cuidado debe tener Sánchez con los cantos de sirenas que le llegan de la FAES con un renacido Aznar que amenaza al PSOE directamente diciéndole que cualquier acuerdo con Podemos sería “reconstruir el enemigo que los españoles echaron hace 40 años”, ya que según Aznar los de Iglesias son los “aliados de terroristas, independentistas” y de toda la mala simiente de la tierra. Mire, señor Aznar, precisamente el enemigo que los españoles no nos atrevimos a echar hace 40 años fueron los herederos del franquismo, del que usted y el PP son precisamente el mayor reflejo.
El miedo a la horda roja ya no cuela. Mire usted a los ayuntamientos en los que gobiernan coaliciones de izquierdas, como el de Madrid, Cádiz o Barcelona, y se dará cuenta perfectamente cómo no ha sobrevenido el apocalipsis zombi, ni mucho menos, sino que “estos rojos” saben gobernar y lo hacen mejor que vosotros.
Pero volviendo al PSOE y Ciudadanos. Muchos dirán que sin la formación naranja no se puede llegar a un acuerdo para echar a Rajoy, ya que la solución y la salida que queda es la vía de los independentistas. Yo personalmente creo que ahí radica el problema de este PSOE que, en lo que a territorialidad se refiere, también ha perdido el norte de su discurso tradicional.
El PSOE siempre fue un partido que apoyó una España federal y ahora su discurso ha cambiado por completo. Para tener una España unida no hace falta tener una España única. Reconocer España como nación de naciones es fundamental. Desgraciadamente en lo territorial el PSOE ha copiado el discurso de la derecha y cree que no puede entenderse con Podemos. Por este motivo es necesario salir del enrocamiento en que se posicionan la gran mayoría de partidos, comprendiendo a la sociedad y dando respuestas. Podemos tiene una posición clara: que se celebre un referéndum “legal” en Cataluña. No se puede dejar la lucha por la identidad del pueblo catalán a los dos extremos que actúan como dos trenes a punto de colisionar y que juegan a la política con la identidad de los pueblos. La coherencia es la clave.
No se trata de echarse en manos de los independentistas sino de ser coherente con el discurso que sobre España has mantenido durante muchos años y que, de un tiempo a esta parte, parece ser que el PSOE ha cambiado.
En definitiva. Sánchez sigue empeñado en contar con Rivera y en no cambiar su discurso sobre España. Siguen en el inmovilismo y en las mismas posturas anteriores a las primarias. Por eso… desgraciadamente en el PSOE parece que la vida sigue igual.
Se el primero en comentar