Misóginos, pero admirados

Por Alejandro Varo Fernández

No es la primera vez que cuando muere un hombre relevante debe recordarse que, tras sus  logros y proezas, se escondía un misógino de manual. 

Diego Armando Maradona murió el 25N, justicia poética, quizá, y su muerte se ha convertido  en el último ejemplo de un debate aparentemente interminable sobre autores despreciables  que contribuyeron al mundo con obras maravillosas.  

Al igual que ocurriera recientemente con la muerte de Sean Connery, son muchas las voces  que se han alzado para denunciar el trato del deportista hacia las mujeres. En 2014, Rocío  Oliva, ex pareja del futbolista, lo acusó de golpearla, e incluso circuló un vídeo1, que ahora ha  vuelto a viralizarse, en el que se lo veía haciéndolo. El año pasado, Claudia Villafañe, ex pareja  y madre de sus dos hijas, lo acusó de violencia psicológica. En marzo, se difundieron fotos2de  Maradona en Cuba con dos chicas desnudas que aparentan ser menores de edad, y se archivó  una demanda de paternidad contra él porque la madre de Santiago Lara, que afirmaba ser hijo  del deportista, habría sido menor de edad cuando se quedó embarazada.  

Sin embargo, por su fallecimiento, Argentina ha decretado tres días de luto nacional y miles de  personas han acudido a despedirse del futbolista a la capilla ardiente instalada en Casa Rosada.  En España, TVE sustituyó un Comando Actualidad dedicado a la explotación sexual, por un  especial en el que honraba la memoria del argentino. Además, como ha señalado Barbijaputa3,  personajes públicos como Pedro Sánchez, Íñigo Errejón o Echenique le han dedicado sendos  obituarios en Twitter, y Pablo Iglesias incluso le ha dedicado un poema al que afirmó que su  novia era para arrancarle la cabeza

No es la primera vez, y seguramente tampoco sea la última, que se abre un debate sobre el  que parece difícil posicionarse. Seguramente, porque preferimos negar la naturaleza tan  machista de nuestros ídolos antes que enfrentarnos a ella o tener que aprender a vivir  admirando a hombres que no tenían ningún respeto por el sexo contrario.  

Hace menos de un mes fue el turno de Sean Connery. En los días posteriores a su muerte,  todos los medios de comunicación ensalzaron sus orígenes humildes, se redactaron listas que  incluían sus mejores películas y se recordaba con nostalgia al ganador de un Oscar y dos  BAFTA, pero también fue necesario recordar sus declaraciones4a la revista Playboy en 1965,  en las que afirmaba que en ocasiones era necesario abofetear a las mujeres, porque siempre  quieren tener la última palabra.  

En literatura, este tipo de casos son muy frecuentes. El Nobel García Márquez reconoció que  no sabía cómo su mujer Mercedes se las arreglaba para que comiesen, porque al autor de Cien  años de soledad no parecía que le interesasen los asuntos domésticos; en sus diarios, Sofía  Tolstói confiesa lo déspota que fue un marido que prácticamente la obligaba a quedarse  embarazada; Bécquer, poeta romántico español por excelencia, basó toda su poesía en culpar  

a las mujeres, especialmente a una, por no corresponder sus sentimientos; y Machado le  dedicó un bello poema a su moribunda mujer, y antes alumna, Leonor, a la que sacaba  diecinueve años. A pesar de todo, Crónicas de una muerte anunciada, Guerra y paz, Rimas y  leyendas, y Soledades. Galerías. Otros poemas no faltan en los manuales de literatura. En estos  casos, puede excusarse a los autores reconociendo que en otra época sus comportamientos  eran frecuentes, pero sería obviar que, tal vez, en caso de que no se hubieran producido,  mujeres como Mercedes Barcha Pardo, Julia Espín, Sofía Behrs o Leonor Izquierdo podrían  haber pasado a la historia por méritos propios y no por haber sido mujeres de. 

El comportamiento de estos escritores pasa desapercibido frente al posible maltrato de Juan  Ramón Jiménez hacia Zenobia Camprubí o a la violación que el propio Pablo Neruda confesó  en sus memorias. En Confieso que he vivido, el Nobel de Literatura narra cómo, en sus años de  diplomático en Ceilán, su víctima permaneció todo el tiempo con sus ojos abiertos, impasible.  Hacía bien en despreciarme. No se repitió la experiencia5

En las artes plásticas, Picasso sigue siendo todo un referente del cubismo, pero apenas se  habla del sufrimiento de su esposa, Olga Khokhlova, debido a la misoginia del pintor6

En el cine, son famosas ya las acusaciones de pedofilia de Dylan Farrow sobre su padre  adoptivo Woody Allen, que, además de mostrar en algunas películas como Manhattan su  predilección por las jóvenes, se casó con su hija adoptiva Soon-Yi. Más reciente aún es el caso  de Johnny Depp, expulsado oficialmente de la tercera entrega de Animales fantásticos, y  Amber Heard, del que también hay material audiovisual7que demuestra los comportamientos  agresivos del actor. 

En la mayoría de los casos, a pesar de que son los propios agresores quienes confiesan sus  crímenes, hay muchas voces defensoras de estos actos, que entonan un “era otra época” o  afirman que “nadie es perfecto”. La pena es que, en todos estos casos, todas las víctimas  tienen algo en común: son mujeres.  

Las mujeres han tenido que soportar durante décadas que se los exima de sus violaciones, de  su pederastia o de sus maltratos, simplemente porque sus logros son tan loables que deben  estudiarse y admirarse.  

Es cierto que Guerra y paz o Platero y yo son obras cumbre de la literatura universal o que el  Guernica refleja maravillosamente los horrores de la Guerra Civil, pero no debe obviarse, por  respeto a las víctimas, que pudieron crearse gracias al machismo sobre el que se sostenía la  sociedad en la que vivieron sus autores.  

No obstante, las recientes muertes de Sean Connery, Kobe Bryant, Maradona o, más de diez  años atrás, de Michael Jackson aportan una nueva óptica, en la que incluso se aprecia la  victoria de un machista y elitista capitalismo cultural.  

No se trata de cancelar los logros de estas personas, sino de no olvidar, y denunciar, quiénes  fueron en vida. En estos aspectos, la premisa de separar autor y obra no resulta,  aparentemente, tan sencilla como en casos anteriores. Bécquer murió hace ciento cincuenta  años, antes de que la mujer tuviese siquiera acceso al voto, pero Maradona o Connery  murieron mientras las feministas se levantaban contra la violencia machista día sí y día  también.  

Además, se observa la colonización del lenguaje en los medios de comunicación; lo que no se  nombra, no existe. Han conseguido que Trump o Abascal sean erigidos como serias amenazas  para la democracia, pero pocos defendieron a Wade Robson o James Safechuck cuando  denunciaron los abusos que sufrieron por parte de Michael Jackson, al que hoy se sigue  llamando Rey del pop, y los políticos de este país han demostrado, de nuevo, que el fútbol  prima sobre la violencia ejercida sobre las mujeres, ¡en el propio 25N! 

Paradójicamente, los medios que sí han hecho mención alguna a los abusos de Maradona, lo  han hecho de pasada, excusándolo incluso por sus orígenes humildes o porsus problemas con  las drogas. Sin embargo, Amy Winehouse o Whitney Houston fueron casi responsabilizadas de  sus muertes por tener adiciones tan tóxicas como las del argentino. Incluso se obvió que  Whitney Houston fue víctima de malos tratos, que su marido la llevó a un prostíbulo en su  noche de bodas y le echó ácido en la cara. Tal vez, estos sucesos tengan alguna relación con la  drogodependencia que llevó a la cantante a la muerte. De nuevo, las víctimas son  responsabilizadas de las agresiones que sufren. 

El debate, largo, conlleva también cierto elitismo. Se discute sobre la importancia de la obra  frente a las acciones de sus creadores porque estos fueron personas públicas, que  entretuvieron a millones frente a un televisor o contribuyeron a la cultura universal con sus  libros, músicas o pinturas. Pero, indudablemente, y menos mal, este debate no tendría cabida  siquiera si los perpetuadores de tales crímenes hubieran sido hombres desconocidos, de  profesiones más modestas, como taxistas o fontaneros. Un profesor, por ejemplo, en caso de  ser un violador, no dejaría de serlo aunque sus enseñanzas sobre trigonometría sean  excelentes aula. No entiendo por qué en otros casos ha de ser diferente. Aparentemente, si  ganas un Nobel o si eres conocido como El barrilete cósmico puedes salir socialmente impune  de tu misoginia. 

1https://www.youtube.com/watch?v=PYC403GZTMU 

2https://www.ahoranoticias.com.uy/2019/03/pedofilo-maradona-filtran-fotos-con-menores-en-cuba/ 3https://blogs.publico.es/barbijaputa/2020/11/25/maradona -y-la-homoafectividad/

4https://www.youtube.com/watch?v=mzXkbJwrN38

5https://www.actitudfem.com/entorno/genero/ellos/confieso-que-he-violado-pablo-neruda 6https://www.elcomercio.com/tendencias/pablopicasso-genio-maltrataba-mujeres-violencia.html 7https://www.youtube.com/watch?v=EhnKxb99Li8

2 Comments

  1. No es necesario emplear terminos tan amarillistas como la ´´misoginia´´, por el contrario , el que una persona trate mal a una mujer no es necesariamente por que la odie solo por ser mujer. Algunas personas tratan mal a una mujer y/o hombre no necesariamente por razones de sexo , por lo que no se puede asumir de lleno que es ´´misandria´´ presuponiendo que inherentemente da rechazo y repulsión a cualquier mujer por simplemente serlo.
    Ciertamente Piccaso trato mal a su esposa en los años posteriores a la tragedia de su padre y familiares de ella , sin embargo no lo realizo por ser ´´misandrico´´ , simplemente fue infiel , cosa mala claro , pero no ligada necesariamente a un odio al sexo opuesto.
    Una prueba clara de eso son las acusacones falsas , aqui como se toma en esta plataforma procurando desinformar sin considerar antes que se desmintio las acusaciones de Amber Heard por sobre Johnny Depp , se demostro incluso que ella manifesto violencia a Johnny en las terapias de pareja.
    Claro , las victimas alli son mujeres , pretenden cometer una suerte de generalización apresurada con eso ?

    Se confunde mucho en paginas como esta que tratar mal a una mujer significa inherentemente machismo , pregonando primero el sexo de la victima y el victimario lanzando por completo la igualdad de manera olimpica.

    Cabe aclarar que el que se admire a una figura publica independientemente de sus actos buenos o malos no se debe a una supuesta necesidad de defender la misoginia , por el contrario , se dan por multiples contextos , como por ejemplo el caso de Walt Disney , empresario el cual no fue el que realmente dibujo originalmente a Mickey el ratón , en realidad esa fue invención de su compañero Ub Iwerks sin embargo se ignora eso al igual que el creador del Hombre Araña quien no fue Stan Lee , si no Steve Ditko. Si bien , no es justo que otras personas reciban merito por algo que no realizaron o hicieron mal , es menos justo asumir que las razónes por las que las personas admiran a heroes cuestionables no se debe a ´´machismo´´ o ´´misoginia´´ necesariamente sin prueba alguna más que el asumir que toda violencia a una mujer es automaticamente machista cuando no es asi , machismo es todo acto denigrante a una mujer por simplemente ser mujer , y esa es una razón muy cerrada que no encaja con las multiples razones por las que una persona realmente cometeria un acto malo a una femina , el que existan victimas asi no demuestra un supuesto iperio machista , solo demuestra que existen personas malas , tanto hombres como mujeres , cosa que siempre ha existido y claro no deberia de existir.

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