México | EPN y el bullying

Por Miguel Angel González Laguna

Todo mundo sabe que México tiene un problema de violencia que comenzó el ex presidente Felipe Calderón con la llamada guerra contra el narcotráfico, durante su sexenio. Según fuentes oficiales se llegó a la cifra de 121.163 personas asesinadas con la vuelta del PRI al poder en 2012. Las cifras parecen no disminuir y se espera que para el final del sexenio de Enrique Peña Nieto el país termine cerca de la cifra de su predecesor, llegando probablemente a la cifra de los 300.000 asesinatos. Sumando los dos sexenios, a estas cifras tan preocupantes le debemos de agregar el número de desaparecidos que en el mismo periodo de tiempo ya suman 32.000, uno cada hora. Estas cifras hacen recordar el número de desapariciones alcanzadas durante la dictadura argentina entre 1976 y 1983.

Todas estas cifras al presidente y al gobierno parece que les dan bastante igual. En el marco del Foro Sumemos Causas por la Seguridad Ciudadanos + Policías en la Ciudad de México se presentó la actualización de estas cifras por parte de la activista María Elena Morera, que hace años sufrió el secuestro de su esposo a quien torturaron y mutilaron durante su cautiverio. Ante estas cifras y declaraciones de Mª Elena, el presidente Enrique Peña Nieto no tuvo mayor reparo en acusar a las organizaciones de la sociedad civil de hacer bullying y tratar de desmoronar las instituciones democráticas con sus constantes condenaciones, ataques y críticas. Así, también EPN lamentó que no se reconozca el esfuerzo de las instituciones, que cada día tienen que actuar con protocolos cada vez de mayor rigor para garantizar los derechos humanos, y que nadie defienda a las corporaciones de seguridad cuando se pone en duda la actuación de las mismas.

En el año 2014 desaparecieron 43 estudiantes de la escuela normal de Ayotzinapa, donde elementos de estas corporaciones que nadie protege estuvieron involucrados

Las declaraciones que ha hecho el presidente (que se encuentran fácilmente en internet) hacen pensar que no se ha enterado de lo que es gobernar un país democrático. EPN muestra una nostalgia por los gobiernos autoritarios priistas de los sesenta, que en México desarrollaron la llamada guerra sucia en la que las instituciones de seguridad se dedicaron a callar las voces críticas y a los adversarios políticos para que no hicieran bullying. La guerra sucia terminó costándoles la vida a cientos de estudiantes durante un mitin en la plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco en el año 68. Parece ser que EPN y el PRI no se han enterado de los miles de mexicanos que literalmente murieron para darnos democracia. Con estas declaraciones EPN muestra la total falta de empatía a las miles de madres que no han descansado desde que sus hijos e hijas desaparecieron, de las miles de familias que ya no tiene a alguno de sus miembros porque lo asesinaron.

El bullying que reciben las corporaciones y la supuesta falta de protección que sufren los elementos de seguridad al realizar su trabajo distan mucho de ser verdad. En el año 2014 desaparecieron 43 estudiantes de la escuela normal de Ayotzinapa, donde elementos de estas corporaciones que nadie protege estuvieron involucrados. Tres años después no hay ninguna persona detenida. Otro de los casos más conocidos es el de la matanza de Tlatlaya, donde elementos del 102° Batallón de la Secretaría de la Defensa realizaron al menos 12 ejecuciones extrajudiciales. El caso se había archivado, y este año  con la aparición de nuevas pruebas se ha vuelto a abrir. Estos casos donde literalmente las corporaciones de seguridad asesinan a los que debían proteger, se suman a los casos de corrupción de los gobernadores de la nueva generación, como los llamó EPN al inicio de su sexenio. De los 22 gobernadores que aparecieron públicamente en una foto con el presidente al inicio del sexenio, 10 se encuentran bajo investigación por corrupción. Quizás el caso más conocido es el del ex gobernador de Veracruz Javier Duarte, al que se le acusa de desviar 35.421 millones de pesos. Durante su sexenio se les administraron tratamientos falsos a niños con cáncer, a quienes se les aplicó agua destilada en lugar de la quimioterapia que debían recibir. Estos sólo son los casos más conocidos y que resumen el sexenio de EPN en el tema de seguridad y combate contra la corrupción. Al parecer, el bullying que han recibido el gobierno y las corporaciones sólo es el resultado de la sensación que tienen los mexicanos comunes. La sensación de que nos están matando mucho más rápido de lo que podemos morirnos.

Las voces críticas que EPN dice que se escuchan cada vez más, que critican la acción de los instituciones gubernamentales y que con nuestras críticas buscamos “desmoronar” las instituciones democráticas de nuestro país, en realidad ya no se escuchan tan fuerte como quisiéramos. Nuestro país es, junto con Afganistán, el país más peligroso para ejercer el periodismo. En lo que va del año han asesinados a 11 periodistas que fueron ejecutados debido al trabajo crítico que realizaban durante sus investigaciones. La mayoría de estos periodistas denunciaron ante las instituciones gubernamentales las agresiones y amenazas que habían recibido antes de que los asesinaran. Las instituciones gubernamentales no pudieron protegerlos, y ahora ya no se escuchan sus voces de las que tanto se queja el presidente.

La muerte de todas estas personas que han luchado por hacer un país más justo debe darnos la fuerza para seguir caminando

La pregunta que nos debemos hacer ante este escenario debería de ser: ¿Cuál es la alternativa que tenemos para que el Estado mexicano cumpla con su deber primordial, garantizar la vida de los mexicanos? La respuesta es sencilla. Como todo lo que tienen y lo que podrían tener la mayoría de los mexicanos es cero, en realidad no necesita de la de la protección de este Estado, porque simplemente no existe. Es más, los mexicanos ganaríamos más si este Estado dejara de proteger a los mafiosos y corruptos que se llenan los bolsillos a costa de la mayoría, y que han convertido las instituciones mexicanas en un perverso negocio para enriquecerse.

La muerte de todas estas personas que han luchado por hacer un país más justo debe darnos la fuerza para seguir caminando. Ya alguna vez Vázquez Montalbán puso en labios de uno de sus personajes, hablando del asesinato de las personas justas, “sin gentes como ellos todos los demás seguiríamos siendo unos miserables. Hay gente dotada para ser mejor que los demás.” Estemos a la altura de los que ya no tienen voz.

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