Por María Torres
Esta es la historia que he podido reconstruir hasta la fecha de Matías Rodríguez Barajas, nacido en uno de los pueblos más bellos de la meseta castellana bañado por el Duero: Castronuño.
Matías nace en la vivienda familiar de la calle Real de Castronuño, a las once de la mañana del día 24 de febrero de 1903. Son sus padres: Dionisio Rodríguez Chillón, hijo menor de José e Isidora, de profesión labrador e Isabel Baraja Corzo, la segunda hija de Bartolomé y Leoncia, ambos naturales de Castronuño. Queda huérfano de padre antes de cumplir los ocho años. Isabel, su madre, decide emigrar, dejando a Matías al cuidado de sus abuelos. Se comenta que se llevó con ella Consuelo, su hija pequeña. La existencia de Consuelo, así como su viaje y residencia en México, no ha podido ser documentada.
El 14 de diciembre de 1911 Isabel Baraja llega a Tampico, ciudad y puerto del noreste de México en el estado de Tamaulipas, para trabajar como ama de llaves en el hotel Rivera. En la tarjeta expedida por el servicio de inmigración, además de añadir una «s» a su primer apellido, se indica que es viuda, que tiene una estatura de 162 cms., pelo castaño, ojos grises, y que en 1932 cambia de domicilio. Fallece en Tamaulipas en 1959.
En 1922, cuando Matías tiene 19 años se traslada a la ciudad de A Coruña. Allí trabaja como tipógrafo y contrae matrimonio con Mercedes Franqueira Costa. Fijan su residencia en la calle de la Torre y en 1933 nace su hijo Mario.
Se desconoce la trayectoria de Matías Rodríguez Barajas durante la Guerra de España, pero la documentación le sitúa residiendo en la calle Barón de San Luis núm. 10 de Barcelona. Según una declaración de su esposa realizada en octubre de 1941, «se encontraba trabajando en Barcelona y fue movilizado por los rojos internándose en Francia a la terminación de la Guerra. »
Sabemos que fue detenido por la Gestapo e internado con el número de prisionero 36826 en el stalag XII D Trèves, en la colina de Pétrisberg con vistas a la ciudad alemana de Trier, hasta el 22 de enero de 1941, que es obligado a integrar un convoy con 775 republicanos españoles que parte de la estación de ferrocarril de Trier con destino a Mauthausen. Tres días después llega al campo de los españoles, en el que es registrado como tipógrafo con el número de matrícula 3523.
El 17 de febrero de 1941 es transferido al Block 17 del subcampo de Gusen (matrícula núm. 10059), donde perece diez meses más tarde, el 11 de noviembre de 1941 a las 07:23 horas de una insuficiencia mitral según consta en los documentos nazis. Cuatro días después sus restos fueron convertidos en humo en cenizas. Tenía 38 años.
El 9 de octubre de 1941, apenas un mes antes de su muerte, la Cruz Roja de A Coruña, a petición de Mercedes, su esposa, escribe a la presidencia de la Cruz Roja Alemana en Berlín, solicitando noticias de Matías: «Este paisano se encontraba en Barcelona y fue movilizado por los rojos, internándose en Francia a la terminación de la Guerra Española. Después fue hecho prisionero del ejército alemán y hace tiempo tuvo noticias que se encontraba en un campo de concentración, siendo su última dirección: Gefangennenmer 36826 – Stalag XII-D. El sujeto que se busca es natural de Castronuño (Valladolid), tiene 38 años y de oficio impresor.» El 11 de noviembre de 1941, el mismo día de la muerte de Matías, la Cruz Roja en Berlín dirige escrito al campo de Mauthausen preguntando por él. No hay respuesta. El 8 de enero y el 11 de marzo de 1942, la Cruz Roja alemana insiste ante el comandante de Mauthausen. No hay respuesta.
La Cruz Roja en A Coruña por fin recibe una carta de la Cruz Roja alemana fechada el 6 de junio de 1942 en la que se indica: «En respuesta a su carta mencionada anteriormente, dirigida a la Cruz Roja Alemana, hacerles saber que el español citado murió en el campo de Mauthausen. La Cruz Roja Alemana le pide amablemente que notifiquen a Mercedes Franqueira el documento adjunto y se lo entreguen.» El documento al que alude el texto es el certificado de defunción expedido por las autoridades de Mauthausen.
Mercedes Franqueira trabajó como limpiadora en el Banco Hispano Americano de A Coruña, intentó rehacer su vida y tuvo una hija de otra relación: Mercedes Pedrido Franquiera.
Mario, el hijo Matías y Mercedes, se marchó a vivir a Canadá. Casado con Ángeles, tuvo tres hijos: Mario, Suso y Agustín. Falleció en el año 2008.
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