Más del 99% del PP con Feijóo: ¿urnas búlgaras o postfranquistas?

votaciones como la previa al Congreso del PP que confirmará a Feijóo son mucho más franquistas que búlgaras, y no solo por la cercanía geográfica y cultural de sus protagonistas, sino también por sus trayectorias políticas respectivas

Por Domingo Sanz

Y eso que Feijóo no ha votado. El DEMAEHE* tampoco lo hacía.

Tanto si se pone usted la mano en el corazón como en la cabeza, siempre llegará a la conclusión de que, salvo escasas excepciones, un español se parecerá más a otro español que a un búlgaro, y viceversa.

Por eso, llama la atención lo mucho que sigue proliferando la expresión “congresos a la búlgara” cuando se quieren levantar sospechas sobre resultados apabullantes en votaciones internas de partidos políticos que actúan en democracias presumidas, como lo era la española hasta la última actualización del ranking “The Economist”.

Y se sigue con lo de “a la búlgara” a pesar de que les tocó autoritarismo soviético tras el pacto entre las potencias vencedoras de la 2GM, las mismas que decidieron mantener entre nosotros al ya citado DEMAEHE*.

Aprovecharé para aconsejar visita a la RAE en busca de “mérito”, “emérito”, “demérito” y, de paso, “violable” e “inviolable”, una de esas cinco palabras no existe porque escuece, aunque sin ella no debería existir su derivada.

El caso es que, puestos a comparar votaciones internas de partidos democráticos porque la Constitución dice que lo son, con votaciones en democracias “populares” u “orgánicas”, como Feijóo nació en el país paradigma de las segundas, me centraré en España.

El origen de “a la búlgara” nos transporta a los años 60 del siglo XX, pero, en cambio, los vigilantes españoles de las democracias internas deciden mirar al Este, en lugar de abrir los libros de texto de nuestra historia…, quizás porque sus profesores “no tuvieron tiempo” de enseñarles ciertas lecciones.

Y muchos, quizás la mayoría, las siguen sin enseñar a miles de estudiantes de hoy, déjeme usted que aproveche para poner el grito en el cielo.

El dictador convocó dos referéndums. El primero se celebró el 06/07/1947 para restaurar la monarquía, si, la que hoy disfruta Felipe VI, y consiguió el apoyo del 90% entre casi 14,5 millones de votantes. El segundo, para aprobar una ley llamada, precisamente, “orgánica” tuvo lugar el 14/12/1966 y logró un 96% de afirmativos entre 19 millones de votos.

No obstante, y tras fallecer el DEMAEHE*, se celebraron cuatro referéndums.

El primero lo fue el día 15/12/1976 y consiguió un 97% de síes de los 17,6 millones de votos entregados. El siguiente, el de la Constitución aún vigente, se celebró el 06/12/1978 y consiguió la aprobación del 92% de los 17,1 millones de votantes.

Pero poco después, a un Felipe González con casi el 58% de los escaños en el Congreso pero solo el 48% de los votos (es decir, con una LOREG muy tergiversadora de la voluntad popular, que sigue vigente) le debió pasar por la cabeza que “todo el monte era orégano” y decidió engañar a millones con lo de “OTAN de entrada no” (que hoy algunos recuerdan a cuenta de los saharauis traicionados el viernes pasado por Sánchez), así que convocó para el 12/03/1986 un referéndum al que solo acudió el 59% del censo, consiguiendo menos de 9 millones de síes, un 57% de los votantes.

Casi ni merece la pena mencionar el último referéndum, también consultivo, que se celebró en España en 2005. Fue para la Constitución Europea y quedó en “agua de borrajas” tras fracasar en otros países. Solo movilizó a un escaso 42% del censo, y con todo el bipartidismo reinante de acuerdo.

Por tanto, votaciones como la previa al Congreso del PP que confirmará a Feijóo son mucho más franquistas que búlgaras, y no solo por la cercanía geográfica y cultural de sus protagonistas, sino también por sus trayectorias políticas respectivas.

Ni los 19 millones de votantes que aprobaron la Ley Orgánica en 1966 murieron en sus camas el 20 de noviembre de 1975 junto al DEMAEHE*, ni los casi 37.000 votos recibidos por Feijóo son de marcianos acogidos en España tras la última oleada de migraciones interplanetarias. Por mi parte, fui testigo de que los antiguos, en lugar de un “si” podrían haber introducido un “no” en la urna sin que nadie mirara, que otra cosa es el terrorismo de Estado que reinaba en España.

Sí, es cierto que los delegados a los congresos comunistas en Bulgaria votaban masivamente a favor de sus líderes, pero por sus cabezas aún rondaba el recuerdo de que habían contribuido a la derrota del DAMAHPT, evidentemente el Despreciable Alemán Mayor Asesino de la Historia del Planeta Tierra.

Por último, alguien debería recordar a Feijóo que en las primarias del PSOE votaron 150.000 y a estas del PP solo han acudido 37.000 postfranquistas. No son pocos los que se han quitado el disfraz para entrar en Vox.

¿De donde saca el dinero para sobrevivir el partido de Feijóo?

* El DEMAEHE es un acrónimo del Despreciable Español Mayor Asesino de Españoles de la Historia de España. De esta forma aporto mi granito de arena a la Memoria Histórica, nombrando al dictador más por su mayor “demérito” que por un apellido que, además de compartirlo con miles de intachables, nombra también un comportamiento tan bien considerado como ajeno a él, el de la franqueza.

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