Sigue asombrándonos cómo existen personajes, especialmente mujeres, sobre las que ha caído un pesado muro de olvido, fruto de la ignorancia y de la intención, dos aliados que el franquismo se encargó de promover con un tesón y éxito evidentes.
Por Eduardo Montagut
En este nuevo artículo hacemos una reseña general de esta destacada figura del socialismo español, que comenzó a ser conocida a partir del año 2015 con la publicación monográfica, María Cambrils. El despertar del feminismo socialista (biografía, textos y contextos), editado por la Universidad de Valencia, y escrito por Rosa Solbes, Ana Aguado y Joan Miquel Almela.
Esta obra es fruto de una investigación encomiable por las dificultades encontradas en relación con las fuentes. También podemos acercarnos a la reedición del libro de Cambrils, titulado Feminismo Socialista, realizada por la Asociación Clara Campoamor en los años noventa. Por fin, es fundamental citar el artículo que Elvira Cambrils Miralles publicó sobre María en 2004. Sigue asombrándonos cómo existen personajes, especialmente mujeres, sobre las que ha caído un pesado muro de olvido, fruto de la ignorancia y de la intención, dos aliados que el franquismo se encargó de promover con un tesón y éxito evidentes. El caso de las mujeres progresistas es especialmente significativo, ya que, su lucha, como la que emprendió María con un evidente entusiasmo y energía, era doblemente peligrosa, por su ideología, y porque afectaba a una cuestión sobre la que los ganadores de la Guerra Civil abominaban, con el concurso de la Iglesia Católica, y que no era otra que la relacionada con la lucha por el reconocimiento y garantía de los derechos de la mujer, un camino que se inició con los albores del siglo XX y que se impulsó con la Segunda República de forma evidente y revolucionaria. María Cambrils tenía todo para ser olvidada por destacar, desde su humilde origen, en esta empresa. Era mujer de izquierdas, marxista y feminista. Murió a finales del terrible año de 1939 y no se supo más de ella.
María Cambrils Sendra era natural de El Cabanyal (Valencia). Nació en 1878. Su padre era obrero y su madre no sabía ni leer ni escribir. Pero eso no le impidió formarse de forma autodidacta. Muy joven se casó con José Martínez. Al parecer, cuando falleció su marido entró en un convento pero en un momento determinado inició un rumbo nuevo en su vida, dio un giro completo. Se unió a José Alarcón Herrero, un antiguo líder anarquista natural de Jumilla, aunque en aquel momento ya militaba en el socialismo, como ella misma lo haría en la Agrupación de Valencia. Su esposo se encargaría de poner en marcha la Caja de Previsión Social de Pego, donde llegaría a ser concejal y destacado miembro de la Agrupación Socialista y de la UGT locales.
En la década de los años veinte nuestra protagonista emprendió una intensa actividad en la prensa socialista, especialmente a través de El Socialista. Cambrils fue la protagonista femenina de esta publicación por el número y calidad de sus colaboraciones, que aparecieron al lado de las de Pablo Iglesias, Andrés Saborit, Julián Besteiro, Largo Caballero e Indalecio Prieto. También colaboró en el principal periódico del socialismo vasco, La Lucha de Clases, que se publicaba en Bilbao, así como en Solidaridad de Vigo, El Obrero de Elche, y en otras publicaciones republicanas y obreras. Fue redactora de Nueva Ahora, que se editaba en Valencia. Estos textos nos proporcionan una valiosa información sobre la autora, especialmente su anticlericalismo, fruto de su experiencia personal, valorando el espíritu primigenio del cristianismo que vinculaba a la defensa de los necesitados. Cambrils valoraba mucho la Biblia y las Cartas de Santa Teresa, y también El Capital de Marx. Pero sin negar la importancia de su labor periodística su gran aportación llegó en el año 1925 con su libro titulado Feminismo Socialista, editado en Valencia, con prólogo de Clara Campoamor, que lo elogió, aunque no debieron conocerse personalmente, además de militar en formaciones políticas diferentes. El libro está dedicado a Pablo Iglesias. La autora deseaba que todo hombre que adquiriera y leyera el libro facilitase su lectura a las mujeres de su familia y entorno, ya que, de ese modo contribuiría a difundir una serie de principios que convenía conociese la mujer en bien de la libertad. Se trata, pues, de una obra fundamental en la historia del feminismo español.
La autora puede ser considerada como un ejemplo de la versión socialista del feminismo, en un universo donde no fue fácil defender la causa de la mujer, habida cuenta de la misoginia de diversos sectores socialistas, tanto en el caso español, a pesar de los esfuerzos del propio Pablo Iglesias en defender la causa de los derechos de la mujer, como en otros partidos socialistas europeos. Cambrils se situaría en la órbita de Bebel, el socialista que más combatió esos prejuicios dentro del socialismo. Creía que la única fuerza defensora del feminismo era el socialismo, lo que le llevó tanto a criticar a algunos socialistas como a luchar por el reconocimiento del derecho al sufragio de las mujeres.
María Cambrils escribió también sobre la enseñanza, la maternidad, el divorcio, la situación agraria que consideraba feudal, el antifeminismo disfrazado, la situación de la mujer en otros lugares del mundo, de la forma en la que las mujeres debían organizarse, etc.
En agosto de 1933, María Cambrils y José Alarcón se trasladaron a vivir a Pego, donde el segundo desarrolló una intensa actividad política y sindical, como hemos visto. Alarcón tuvo un trágico final, ya que no pudo salir por el puerto de Alicante cuando llegaron las tropas franquistas. Fue detenido y torturado. En 1940 sería fusilado. Antes, un poco antes, María fallecería en Pego, el 22 de diciembre de 1939, a resultas de una diabetes. A partir de ese momento, el silencio.
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