Manual socialista belga para las elecciones en los años veinte

la Secretaría o el Consejo General del Partido Obrero belga publicaba, tres meses antes de las elecciones, un manual

Por Eduardo Montagut

Los socialistas siempre tuvieron una intensa vocación pedagógica en relación con cómo abordar las elecciones, instrumento fundamental de su estrategia política. Cuando comenzaron a aprobarse los sufragios universales los partidos socialistas se pusieron en marcha para difundir entre sus militantes y los trabajadores la legislación electoral, textos ilustrativos en sus periódicos sobre cómo votar, etc… Pero, también se preocuparon en formar a los propios socialistas para abordar las campañas electorales como buenos propagandistas con los temas fundamentales de los programas políticos, a medida que fue avanzado el siglo XX. En Bélgica, el Partido Obrero se destacó en esta tarea. En este articulo nos hacemos eco del “Vademécum” del propagandista socialista de 1929, comentado por uno de los socialistas más destacados de la Historia, Émile Vandervelde.

Al parecer, desde hacía mucho tiempo la Secretaría o el Consejo General del Partido Obrero belga publicaba, tres meses antes de las elecciones, un manual. El de 1929 parecía muy bueno, en opinión de Vandervelde.

Al leerlo uno sentía el orgullo de pertenecer a un partido que tenía como norma el combate “con armas leales”, que dejaba a otros el empleo de las mentiras y de la calumnia, y que veía en las campañas electorales ocasión para hacer propaganda y labor pedagógica.

El “Vademecum” incluía una serie de estudios sobre las cuestiones importantes del momento, escritos por los especialistas. De Brouckère trataba de la cuestión militar y el desarme, la relación entre el socialismo y la religión (en Bélgica los católicos tenían una presencia muy destacada en la política) había sido abordada por Destrée, mientras que los seguros sociales habían sido responsabilidad de Jauniaux; la caída del franco era estudiada por François, y la ley de los alquileres y la propiedad comercial por Emile Vinck.

Vandervelde apreciaba en el manual de 1929 la presencia destacada de los jóvenes, como F. H. Spaak y Marc Somerhausen, que en unión de Rolin, habían fundado unos años antes El Espíritu Cívico. Al parecer, los tres eran familiares directos de destacados políticos liberales y demócratas belgas, todo un símbolo, en opinión de Vandervelde de que el socialismo ocupaba cada día más el lugar de un liberalismo agonizante.

Otros colaboradores no provenían del universo intelectual de la burguesía. En ese sentido, escribían F. Denis sobre el comunismo, Serwy de la cooperación (Serwy fue un destacado socialista muy vinculado al cooperativismo, y al propio Vandervelde en el internacionalismo de la época), y Van Malderen, el redactor del Mouvement Syndical.

Vandervelde quería destacar en el manual el trabajo sobre la doctrina socialista de Max Buzet, vinculado a la Escuela Obrera Superior. En este sentido, nos parece importante destacar que el movimiento obrero belga dedicó mucha atención a la formación. El propio Vandervelde aludía a esta cuestión, al afirmar la influencia ejercida por dicha Escuela en Buzet. Pero también, nos parece interesante aludir a que en este personaje habían influido también tres personajes clave del socialismo belga de la época: Heri de Man (teórico del revisionismo y político muy destacado en los años treinta, pero que terminó en una posición colaboracionista con los nazis), Louis de Brouckère y en el propio Vandervelde. Eran, como bien afirmaba nuestro propio protagonista, tres personajes que habían protagonizado polémicas entre ellos, pero se vanagloriaba de cómo el joven Buzet había sido capaz de alcanzar la síntesis de las tres posturas en su escrito del manual.

Vandervelde consideraba que los socialistas leerían el texto, pero aconsejaba que lo hicieran también los periodistas que se ganaban su pan refutando diariamente el socialismo, porque, como razonaba en su comentario del “Vademecum”, no era muy bien conocido, y hasta tergiversado.

Hemos trabajado con el número 6271 de El Socialista. 

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