Lucrecia Perez un asesinato que no se debe olvidar

Lucrecia Pérez, una mujer dominicana de 32 años que llevaba apenas un mes en Madrid, falleció a causa de los disparos, en un acto considerado el primer asesinato racista en la historia de España. Los asesinos dispararon indiscriminadamente contra los dominicanos que cenaban una sopa a la luz de una vela.

Por Isabel Ginés | 29/06/2024

Ayer vi el documental sobre Lucrecia Pérez en Disney Plus. Es un ejercicio necesario para entender lo que el odio al diferente es capaz de causar. Recordar esto es saber que puede volver a pasar y cómo podemos con la lucha ciudadana paliarlo. Vivimos en una época en la que odiar al diferente se ha vuelto tristemente común, y es terrible ver cómo se discrimina a las personas por ser quienes son.

Los delitos de odio son un problema grave. Son una lacra en nuestra sociedad que solo fomenta más odio y violencia. El documental sobre Lucrecia nos recuerda un asesinato impulsado por mentiras, bulos y odio hacia personas que solo buscan un futuro mejor para su gente y ellas mismas. Es un recordatorio necesario para no olvidar.

Hay que enseñar esto y más que nada denunciar los delitos de odio para mantener una sociedad justa y unida. La ultraderecha a menudo critica y desprecia estas denuncias porque buscan mantener el status quo donde sus ideologías extremistas y excluyentes puedan prosperar sin oposición. Admitir y denunciar estos delitos expone la violencia y la injusticia inherentes a sus posiciones, lo que desafía directamente su narrativa y su poder.

El documental no solo cuenta una historia; es un llamado a la acción para recordar y aprender del pasado. Es fundamental que las generaciones futuras comprendan el sufrimiento y las consecuencias del odio.

No debemos olvidar para proteger los derechos humanos, fomentar la convivencia y la tolerancia. Recordar siempre es un paso esencial hacia un futuro donde todos puedan vivir en paz y sin miedo. Recordar es defendernos h cuidarnos. Recordar es hacer que Lucrecia siga viva y su muerte trágica una lección de lo que provoca el odio y los extremismos.

Recordemos el asesinato

En la noche del 13 de noviembre de 1992, a las 21.00 horas, cuatro individuos encapuchados irrumpieron en una discoteca abandonada en las afueras de Madrid, que servía de refugio a un grupo de inmigrantes sin hogar, y abrieron fuego. El guardia civil Luis Merino Pérez, de 25 años, efectuó los disparos que acabaron con la vida de Lucrecia, mientras le acompañaban los menores Felipe Carlos Martín, Víctor Julián Flores y Javier Quílez, de 16 años. Se trataba de una cacería de inmigrantes organizada por la extrema derecha en las ruinas de la discoteca Four Roses, en Aravaca, donde se refugiaban personas migrantes sin hogar.

Lucrecia Pérez, una mujer dominicana de 32 años que llevaba apenas un mes en Madrid, falleció a causa de los disparos, en un acto considerado el primer asesinato racista en la historia de España. Los asesinos dispararon indiscriminadamente contra los dominicanos que cenaban una sopa a la luz de una vela. Los asesinos huyeron en un coche que les esperaba mientras Lucrecia yacía herida de muerte por dos balas. Una de ellas le alcanzó el corazón. También resultó herido de gravedad Augusto César Vargas, también dominicano.

Dos semanas después, los responsables fueron arrestados: un guardia civil de 25 años, Luis Merino, y tres menores de 16, Javier Quílez Martínez, Felipe Carlos Martín Bravo y Víctor Flores Reviejo, todos ellos vinculados a grupos ultraderechistas. Antes de llevar a cabo el ataque, comentaron a sus amigos que iban a «dar una lección a los negros».

En las ruinas de la antigua discoteca ‘Four Roses’ vivían alrededor de treinta inmigrantes en condiciones precarias, sin electricidad ni agua, entre ellos Lucrecia, quien había llegado a España en busca de una alternativa a la pobreza y un futuro mejor para su hija Kenia, que en ese momento tenía seis años y a la que había tenido que dejar en República Dominicana.

Mientras cenaban a la luz de las velas, los neonazis irrumpieron a patadas en la puerta de la sala en la que se encontraban los inmigrantes. Merino desenfundó su arma y disparó indiscriminadamente.

Los culpables fueron arrestados y condenados en conjunto a 126 años de prisión: 54 años para Luis Merino como autor de un asesinato consumado y otro en grado de tentativa, y 24 años para cada uno de los tres menores. Hoy en día todos están libres.

Delitos de odio ¿Qué es un delito de odio? Un delito de odio se define principalmente por la motivación del autor, que siente rechazo u hostilidad hacia quienes considera diferentes. Las víctimas son seleccionadas por lo que representan, no por quiénes son. El autor elige a la víctima por alguna característica que la identifica con un grupo, comunidad o pueblo que rechaza, mostrando intolerancia, hostilidad o discriminación. Estos delitos niegan derechos a la víctima por su etnia, origen, religión, idioma, sexo o género, orientación sexual, identidad de género, edad, ideología, diversidad funcional o discapacidad, enfermedad, pobreza o exclusión social.

Los delitos de odio se manifiestan de muchas formas: insultos, injurias, amenazas, abusos verbales o escritos, acoso, agresiones físicas o psíquicas, lesiones, daños a la propiedad, pintadas ofensivas, o cualquier otra conducta prohibida. También se consideran delitos de odio las acciones que lesionan la dignidad de la víctima basándose en su raza, idioma, procedencia, condición sexual o de género, posible discapacidad, situación social u otra característica similar.

El Ministerio del Interior define un delito de odio como cualquier infracción penal contra personas o propiedades donde la víctima, el local o el objetivo se elige por su conexión, simpatía, filiación, apoyo o pertenencia a un grupo, ya sea real o percibida. Este grupo debe basarse en una característica común como raza, origen nacional o étnico, lenguaje, color, religión, sexo, edad, discapacidad intelectual o física, orientación sexual u otro factor similar.

En 2023, las fuerzas de seguridad registraron 1.606 incidentes de delitos de odio en España, un aumento del 33.1% respecto al año anterior. Hubo 712 detenidos, un 40.2% más. La mayoría de los incidentes, 604, estuvieron relacionados con racismo y xenofobia, con 235 detenidos. Los incidentes por discriminación por orientación sexual o identidad de género sumaron 364, con 184 detenciones. Los incidentes sufridos por personas con discapacidad fueron 36, un 227.3% más que los 11 registrados en 2022. Estos datos muestran un preocupante aumento de los delitos de odio, subrayando la necesidad de medidas efectivas para prevenir y combatir estos actos, garantizando la protección y los derechos de todas las personas.

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