Los trucos igualitarios

Frente a la idea electoralista, la ilusión generosa de la sociedad socialista contra la idea de fracaso promovida activa y convenientemente por la izquierda (inizquierda, esquerdinha) parasitaria y adaptógena.

Por Xavier Moreda

“Las calles de Europa están llenas de oposición desarticulada, movimientos sociales que no transigen (¡menos mal!), que salen a las calles cada vez que la tragedia adviene para las protestas ocasionales. Después se diluye sin que se conforme el necesario bloque de izquierdas antifascista y anticapitalista. No logrando constituir un proyecto opositor que derribe el sistema más corrupto, sin duda, de la historia europea. En el parlamento gallego, al igual que en el parlamento del estado, la mentalidad de la estrategia política es solamente de alternantes; opositores a los clubes del poder. De aprendices de gobernantes que sólo revuelven, tan sólo actúan para legar formulas suficientemente flexibles para la sucesión. Fórmulas que permitan la manipulación “sostenible”. La oposición parlamentaria actúa solo dentro de las normas dictadas por la clase política. No escritas.” (Da imundice à esperança, 24 febrero 2009, Xavier Moreda).

Muchos de nosotros, a pesar de haber vivido en el prolongado y prolijo ciclo iniciado por el novorriquismo político iniciado con la victoria de Felipe González en 1982, no dejamos de asombrarnos de la manipulación normalizada durante décadas en el Reino de España, a ese nostálgico y anómalo estado de derecho, debemos exigirle, más que nunca, derecho a la memoria igualitario. González, alias Isidoro en la clandestinidad, el sonriente encantador de serpientes, el gran cínico modernizador de la “España del cambio”, iniciara, ya por aquellos años el cambio, sin cambio. Con aquellos capciosos eslóganes: “De entrada, no”. Nos acordamos de la invención, por ejemplo, de eliminar los gobernadores civiles, cuatro en Galiza para inventar los virreinatos: un delegado del gobierno y cuatro subdelegados del que se suponía que modificaría la política radicalmente de sus predecesores, también la territorial.

Los iniciadores con ellos de la “transición sin fin” que continuamos padeciendo, con su pareja política: Alfonso Guerra, el poli malo, con el poli bueno, el pragmático y el radical, la escenificación en el territorio de aquella de Berlanga: Bienvenido míster Marshal. También dieron la nacionalidad española al marido de Isabel Preysler, el abominable nobel, Vargas Llosa. Es imprescindible recordar, aunque sea brevemente, porque todavía vivimos en ese ciclo en descomposición que mantiene al demérito por encima de todo y de todos; su Alteza nos mantiene en la bajeza.

Un régimen conscientemente continuista y ahora todavía más putrefacto, política y económicamente plagado de parásitos que acompañaron la real corrupción, hábiles Margallos que continúan hablando de la tramposa legalidad inventada a la medida de parásitos, comparsa del régimen heredero por no querer desprenderse de toda la mierda de aquella bestia fascista que murió en su cama y de este heredero directo del mismo, que sustentan los inventores de la izquierda inizquierda, o acomplejada izquierdita, y todo esto unido a la transversalidad común a la “nueva política”, que lo mismo vale para un roto: Ciudadanos, que para un descosido: Podemos. Necesitamos, más que nunca, volver a hacer política y no la del funcionariado político en los salones del novorriquismo político, resituarnos, denunciando y combatiendo el colaboracionismo del arco parlamentario, con su conciencia ornamental, anclada en los clubes del poder.

Continuaremos, sin duda, sea como fuere, militando en la Memoria Antifascista, aun sabiendo, constatando que las movilizaciones son cada día menos movilizadoras. En un momento dónde el avance del fascismo está normalizado y legalizado en el Reino de España, Vox, es ya parte del poder legislativo.

No podemos confundirnos, ya están subrepticiamente instalados, incrustados en las cloacas señalizadas en las instituciones hablando de la Constitución, están confortablemente protegidos por el tribunal constitucional al que recurren como si hablasen de los Principios Fundamentales del Movimiento.

“Hoy nos están domesticando con la tecnología. Ya no necesitamos tanto cerebro. Nos hacemos más tontos, menos capaces de hacer cosas elementales, sin embargo, viajamos a la luna” (Ignacio Morgado. Psicobiólogo. El país, 8/8/2021)

Ahora, cuando la política está siendo interceptada, interrumpida por la tecnología y ralentizada por el distanciamiento social manipulado convenientemente por los estados temerosos de perder poder real, ahora que su accionar retarda el compás de la praxis y de toda manifestación política tal como hasta ahora la conocíamos, incluso antes del siglo XIX. Cuando la experiencia política se virtualiza para desvirtuarse y se muda de la calle para el sofá gracias a herramientas ya domésticas, virtuales y de experimentación transformadora, comunicacionalmente es más fácil convertir a todo consumidor en cárnico eco repetitivo o en un medio de comunicación en sí mismo: un francotirador potencial con un móvil que dispara desinformación, noticias desde la sofisticada fábrica del simplismo digital en manos del fascismo trumpista o con otros apellidos casi todos ellos en Vox, auspiciado por el gran capital. Simples pero que dan en la diana de las carencias sin intención de dar soluciones ni alternativas lógicas a los problemas del pueblo trabajador. Como ahora decimos: con mucha carga viral y, por tanto, de viralización en la red donde cae todo tipo de peixe (pescado).

Muchos de nosotros, después de finalizadas las concentraciones, los actos, sean de quien sean, siempre llegamos a las mismas conclusiones: a los actos políticos, ¡a las concentraciones y a algunas manifestaciones nunca vienen más de ciento y pico! Pensamos en los esfuerzos, en los escenarios, en el trabajo realizado con mucha voluntad y pocos medios. A veces con mucha calidad, y por muchos motivos no llegamos a quien queremos y debiéramos llegar. Mientras tanto, Vox, con su estrategia va avanzando, incluso ya se habla de estrategia por cansancio, eliminación, o como el café instantáneo: soluble en las sucias aguas del oportunismo de los contitucionalistas por valer ya de estrategia del régimen borbónico de que puedan ocupar el espacio de Ciudadanos o de quien fuere. No nos vamos a sentar para lamentarnos y llorar y darnos por vencidos en la búsqueda de nuevas fórmulas, no renunciamos a ningún tipo de lucha. Nuestra ambición debe de ser capturar los flujos de energías políticas antifascistas y anticapitalista, con urgencia, de políticas y estrategias creativas del mundo contemporáneo.

Es preciso que interpretemos el momento de ese inconformismo de sofá, de “like” que el confort promueve suavemente y facilita derivando de manera facilona para aquello que el franquismo propugnara, el apoliticismo activo, ahora también digital, dejando más espacio a la política como márquetin, a la política comercial aquella que auspiciada y propugnada por el sistema y también, convenientemente, es necesario decirlo, utilizada de manera transversal: “los de arriba y los de abajo”, atenta contra la democracia participativa.

“La izquierda “electoral” olvidó en su accionar, que la democracia burguesa es la forma más blanda de la dictadura del capital. Mediante una combinación de funambulismo político y amnesia que sigue defendiendo que el capitalismo es reformable” (13 breves reflexiones marxistas gallegas, desde la periferia del centro capitalista. Carlos Morais).

Es el momento de crear un ecosistema dedicado a la innovación estratégica comunicacional. Todo no está escrito. Debemos constituir, con optimismo y con ciertas dosis de humor, un espacio de confianza dónde las críticas y los reproches a las críticas necesarias, sean escuchadas como confidencias y denuncias imprescindibles y no como quejas o lamentos desesperados de quien nunca va a llegar al poder. Frente a la idea electoralista, la ilusión generosa de la sociedad socialista contra la idea de fracaso promovida activa y convenientemente por la izquierda (inizquierda, esquerdinha) parasitaria y adaptógena.

Construyamos organizaciones de Género Humano. Libre y autodeterminado, exento de etiquetas pronto moda, perecederas. Con formación política que comparta la lucha antifascista y anticapitalista. Que comparta el pensamiento realizable cada día, de manera radical: crítica. Integral y democrática en todas sus formas de organización social. El mundo no va a cambiar sin la toma del poder. Los trucos igualitarios dentro de un sistema putrefacto, no nos permiten ni permitirán la coexistencia con las organizaciones revolucionarias.

Tenemos que crear o ayudar a crear ese observatorio dentro del partido de vanguardia para visualizar la sociedad dónde vivimos y de la que formamos parte como un complejo escenario de estrategias contra la mentira comunicacional y económica, más necesario que nunca, en un bello territorio llamado Galiza.

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