Los orígenes de Babeuf

Babeuf participó activamente en los conflictos agrarios de la Picardía, que conocía a la perfección. Apoyó la causa de los campesinos que no querían pagar indemnizaciones a los antiguos señores por el fin del régimen feudal, que había sido abolido por la Revolución.

Por Eduardo Montagut

Uno de los personajes más importantes en los inicios de la Historia del socialismo y del comunismo es, sin lugar a dudas, François Babeuf (Graco Babeuf), organizador de la Conspiración de los Iguales en la fase final de la Revolución Francesa, y que tanta repercusión tendría en el seno de la izquierda del siglo XIX, y en los comienzos del siglo XX. En este trabajo nos referiremos a su vida y obra antes de la Conspiración porque, además de conocer qué hizo, nos interesa estudiar el origen de las ideas en un activo revolucionario de la primera izquierda, es decir, dónde y en qué circunstancias tomó conciencia social, un aspecto que, creemos, es sumamente interesante a la hora de entender el pensamiento, ideas y acciones de los personajes históricos, cuestión que nos viene preocupando desde hace tiempo

Babeuf nació en Saint Quentin en 1760. Su padre era administrador de impuestos. El hijo trabajaría en una ocupación parecida en Picardía, ya que se encargaba de la administración de propiedades feudales. Trabajando con los documentos en los archivos conoció la realidad señorial y de los nuevos cambios que el naciente capitalismo introducía en el campo en las relaciones entre las comunidades aldeanas y los nuevos granjeros capitalistas que fomentaban la propiedad privada frente a la comunal. Babeuf es un ejemplo de cómo una ocupación o profesión permite conocer una realidad que le movió a tener conciencia social por las injusticias generadas que pudo ver de primera mano. Y en ese momento comenzaron sus reflexiones sobre la igualdad, su objetivo fundamental durante toda su vida. Conoció las obras de Rousseau y de Morelly, un filósofo precursor del pensamiento socialista, y que en 1753 publicó La Basiliada, un “poema heroico traducido del indio”, donde hacía una profunda crítica social, y donde atacaba la propiedad, considerada como el origen de todos los males. La Basiliada debía mucho, por su parte, a las utopías previas. Otra influencia de Babeuf debe encontrarse en el filósofo Gabriel Bonnot de Mably, que también desarrolló ideas que pueden ser consideradas previas a las del socialismo utópico. De Mably tomó el concepto de “igualdad perfecta”.

Babeuf publicó en 1789 el Discurso preliminar al Catastro Perpetuo, un título significativo, en donde hizo una intensa crítica a la propiedad. Las leyes se habrían creado para que algunos se hicieran con las propiedades comunales, algo que conocía por su trabajo. Proponía una alternativa que pasaba por un reparto de la tierra cuando el propietario muriera. También publicó un folleto contra los derechos feudales, y fue detenido. En octubre regresó a su tierra en la Picardía, y fundó “Le Correspondant Picard” que, por su clara difusión de ideas radicales, provocó que fuera de nuevo detenido. En noviembre fue elegido miembro del municipio de su municipio -Roye-, pero sería pronto expulsado.

Al estallar la Revolución se sintió, en principio, próximo a los jacobinos y los grupos más a la izquierda, como los sans-culottes, enragés y hebertistas. Pero se desligó de todos ellos muy pronto gracias de nuevo a su experiencia práctica. Babeuf participó activamente en los conflictos agrarios de la Picardía, que conocía a la perfección. Apoyó la causa de los campesinos que no querían pagar indemnizaciones a los antiguos señores por el fin del régimen feudal, que había sido abolido por la Revolución. Además, defendía el reparto de los bienes del clero entre los campesinos más humildes a través de la fórmula de un contrato de arrendamiento a largo plazo. Babeuf llegó a la conclusión que la “igualdad perfecta” debía pasar por la supresión de la propiedad y el establecimiento de la comunidad de bienes y trabajos, es decir, se estaba formulando claramente el comunismo, dando un paso más allá de la simple limitación de la propiedad que la izquierda revolucionaria pretendía, como intentaban aplicar los jacobinos con la intervención pública. La igualdad jurídica no era suficiente, había que llegar a la verdadera igualdad, la “perfecta”.

Babeuf tuvo problemas con los jacobinos, y eso hizo que ingresara en prisión, aunque consiguió ser liberado gracias a las gestiones de Marat. En la época termidoriana la situación empeoró para Babeuf, dado el giro harto conservador que tomó la Revolución. En ese momento sacaría “El Tribuno del Pueblo” en octubre de 1794, pero, al año siguiente sería encarcelado. En el periódico, que tuvo un gran éxito, comenzó a ser conocido como Graco Babeuf, en alusión al personaje romano. Allí pudo difundir sus ideas igualitarias. También participó en el Club del Panteón, una sociedad política revolucionaria creada en el otoño de 1795, y que recogió a muchos jacobinos. Babeuf no era miembro realmente, pero exponía allí sus ideas. Allí se destacó la figura de Filippo Buonarroti, amigo de Babeuf, compañero de revolución y luego destacado pensador y activista hasta finales de los años treinta del siglo XIX. El cierre del club coincidiría con el comienzo de la Conspiración de los Iguales.

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