Adler fue médico y fundador de la Socialdemocracia austriaca en el proceso en el que se unieron distintos grupos entre 1888 y 1889.
Por Eduardo Montagut
La cuestión de la violencia en relación con el movimiento obrero, es decir, el posible empleo de la misma en el camino de la emancipación de los trabajadores es una cuestión harto compleja, a nuestro entender. El socialismo terminó considerando que solamente se podía ejercer en muy contados momentos de la lucha final, pero, también es cierto que con el tiempo se desterró su empleo, y se condenó cuando se produjo desde otros ámbitos del movimiento obrero, especialmente entre el final del siglo XIX y el principio del siglo XX.
En este contexto nos acercamos a la intervención del destacado líder socialdemócrata Víctor Adler (1852-1918) en el Reichsrath en 1911 en relación con el atentado que había sufrido el ministro de Justicia.
Como sabemos, Adler fue médico y fundador de la Socialdemocracia austriaca en el proceso en el que se unieron distintos grupos entre 1888 y 1889. Fue un gran luchador por el establecimiento del sufragio universal, y destacado protagonista en la creación de la República al terminar la Gran Guerra, aunque fallecería al poco tiempo.
Adler expresó su pesar personal y el de los socialdemócratas, protestando tanto contra la violencia de los de arriba, como la de los de abajo, una denuncia que hemos visto también en el caso español cuando los socialistas españoles denunciaban el terrorismo de una parte del anarquismo español, pero también la represión indiscriminada del poder.
Para Adler la violencia, viniera de donde viniera, era una locura que, además, terminaba por ser esgrimida contra el movimiento obrero, y fomentaba la demagogia de los de arriba para atacar a los socialdemócratas. Terminó su discurso siendo muy duro con el banco ministerial, con los que se agitaban en el mismo y que se ponían a la cabeza de dicha demagogia, afirmando que los socialistas nada temían, y expresando que le gustaría que todos los que se encontraban en el parlamento en ese momento tuvieran la conciencia tan tranquila y limpia como la del Partido Socialdemócrata, en una clara alusión.
Hemos trabajado con el número del 29 de septiembre de 1911 de Vida Socialista.
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