Por Víctor Arrogante
Este 25 de Noviembre no habrá declaración institucional conjunta contra la violencia de género. El consenso que había contra esta lacra se ha roto tras la entrada de Vox en los gobiernos autonómicos y municipales. El Parlamento Europeo, la Comisión Europea o la ONU alertan de la gravedad de la violencia de género contra las mujeres.
La violencia de género o violencia machista, es una manifestación de la desigualdad existente entre hombres y mujeres. Así lo ha reconocido el Consejo de Europa y todos los foros internacionales de tutela de los derechos humanos. España, aprobó por unanimidad en 2004 una ley para luchar contra los asesinatos de mujeres a manos de sus parejas o exparejas y repitió el consenso en 2017 con el Pacto de Estado contra la Violencia de Género; pese a todo, son 1.027 las mujeres asesinadas desde que comenzaron las estadísticas en 2003 y 51 víctimas del terrorismo machista −la violencia de género con resultado de muerte−, en lo que llevamos de 2019.
El 25 de noviembre es el Día Internacional de la Eliminación de las Violencias contra las Mujeres, el movimiento feminista hace un llamamiento para pedir y lograr una vida libre de agresiones machistas. Es necesario seguir luchando desde las instituciones, para que solo sí sea sí, para dotar al pacto de Estado contra las violencias machistas de recursos eficientes, para que todas las violencias contra las mujeres se vean reconocidas y para poner sus vidas en el centro de las políticas.
La Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer aprobada por la Asamblea General de la ONU en 1993, define la violencia contra la mujer como «todo acto de violencia que tenga como resultado un daño físico, sexual o psicológico, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la privada». Para Naciones Unidas, la violencia contra mujeres y niñas es una de las violaciones de los derechos humanos más extendidas, persistentes y devastadoras del mundo. La violencia se manifiesta de forma física, sexual y psicológica e incluye: violencia por un compañero sentimental; violencia sexual y acoso; trata de seres humanos; y mutilación genital, y matrimonio infantil.
Este año, la Comisión Europea ha hecho pública su declaración: «La violencia contra las niñas y las mujeres es violencia contra toda la humanidad, y no debe tener cabida ni en Europa ni en ningún otro lugar». Avanza que a pesar del compromiso, «sabemos que aún estamos lejos de ganar este desafío», recordando que esta violencia «se da en todas partes, no hay lugares seguros, ni siquiera en casa».
La situación creada en España por la extrema derecha es gravísima y una falta de responsabilidad para con las víctimas. «Me preocupa la desautorización que hay con respecto a lo que significa violencia de género», señala Soledad Murillo, Secretaria de Estado de Igualdad, criticando que Vox denuncie que la ley no funciona porque hay asesinadas. Isabel Celaá, cargó también contra Vox: «Estos admiradores del pasado nos van tener enfrente a este Gobierno de progreso por el que estamos trabajando».
La Delegación del Gobierno en Madrid ha pedido información a los municipios en relación con el bloqueo de Vox, con la pretensión de saber si existen problemas en este ámbito, dada su potestad para coordinar el sistema policial de seguimiento de las víctimas de violencia de género VioGén y los convenios con los municipios. La ley señala que cuando un consistorio ingresa en VioGén asume competencias y obligaciones en la protección de víctimas de violencia machista y para ello se les transfieren recursos económicos en función del grado de responsabilidad asumido.
Todo esto ocurre, cuando conocemos que han aumentado casi un 10% los delitos de violencia de género, doméstica y sexual en lo que va de año. Dos de cada 10 detenidos en España en 2019 lo son por delitos de violencia de género, sexual o doméstica. La Policía Nacional ha realizado un total de 40.919 detenciones relacionadas con la comisión de delitos de violencia de género (la que sufren las mujeres por parte de sus parejas o exparejas), de violencia doméstica (la que se produce entre miembros del núcleo familiar, sea contra hombres o mujeres) y de violencia sexual.
Con motivo de este 25N, la secretaria de Estado ha reivindicado que es «una cuestión de Estado y prioritaria». Ha reivindicado el papel de España en esta lucha y la unanimidad que hubo en la aprobación de la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, como instrumento para luchar contra «esta lacra difícil de erradicar sin unidad». Unidad necesaria para avanzar en el desarrollo del Pacto de Estado contra la Violencia de Género.
El Pacto de Estado contra la Violencia de Género cumple dos años. El último balance oficial señala que sólo un 25% de las medidas se ha cumplido, aunque se han producido algunos avances. El principal lastre en su cumplimiento ha sido la inestabilidad parlamentaria, que ha impedido sacar adelante medidas como una ley para hacer frente a la trata o contra la violencia en la infancia. En Septiembre de 2017, los grupos parlamentarios se ponían de acuerdo sobre lo que ya era un consenso en las calles: Nacía el Pacto de Estado contra la Violencia de Género. El documento era rubricado por todos los grupos excepto Unidas Podemos, quien se mostró especialmente crítico con el resultado por no cumplir con el mandato de las organizaciones feministas.
CCOO manifiesta su rechazo a todo tipo de violencia contra las mujeres. Han presentado la campaña «Lo mires como lo mires es cosa de todas y todos. #NoSeasCómplice«, para denunciar, ayudar a visualizar y proponer medidas contra la violencia, una realidad intolerable e insoportable. CCOO quiere poner el foco de interés en las personas, en las mujeres, en las víctimas tanto directas como indirectas, con el objetivo de sensibilizar en la corresponsabilización compartida de todas y todos contra «la expresión más dramática y cruel» de las desigualdades y de la injusta situación de inferioridad que padecen las mujeres.
También el PSOE, desde la Federación de Madrid, reafirma su firme compromiso en la lucha contra la violencia de género como la más brutal muestra de desigualdad entre mujeres y hombres. Este año en nuestro país, hemos superado la dramática cifra de más de mil mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas desde que existen registros oficiales en 2003. Una violencia que también se ha cobrado la vida de 34 niños y niñas desde 2013, como consecuencia de la violencia ejercida sobre sus madres, y ha dejado 275 menores huérfanos. Por ello, en este día el Partido Socialista muestra su apoyo a todas las víctimas, compartiendo su dolor, su desolación y combatimos su causa.
El Foro de Madrid contra la Violencia a las Mujeres llama a la manifestación con el lema «El machismo mata». El foco esta puesto en los asesinatos machistas. «Lo principal son los asesinatos y el negacionismo al que estamos sometidas por las fuerzas de extrema derecha, que ni siquiera ha hecho el gesto de apoyar el 25-N desde el Ayuntamiento de Madrid» indican desde la Plataforma 7N. Como recuerdan, en lo que va de año han tenido lugar 51 asesinatos machistas en España, pero la cifra sería mayor si contáramos los asesinatos de mujeres fuera del ámbito de la pareja o la expareja que contempla la ley contra la violencia de género de 2004.
La Asociación de Hombres por la Igualdad de Género (AHIGE) ha reclamado a los partidos políticos que pongan en marcha «ya» las medidas del Pacto contra la Violencia de Género. «El machismo nos hace injustos, nos quita libertad, nos aísla y embrutece«. AHIGE reconoce la «responsabilidad social y personal» de los hombres ante la «injusticia» de la discriminación en razón de sexo. Reconoce que no pueden permanecer callados pretendiendo no tener responsabilidad moral. «Levantamos nuestra voz para lanzar a la sociedad un claro mensaje de rechazo absoluto a las raíces de la violencia contra las mujeres. No hay excusa posible». La violencia de género va mucho más allá del asesinato y afecta a miles de mujeres y menores causándoles secuelas físicas, emocionales, económicas, sociales, familiares y menores en situación de orfandad.
Vivimos momentos de zozobra. La sombra de la ultraderecha fascista se cierne sobre nuestras democracias. Rompiendo el consenso, niega la propia existencia de la violencia de género, señalan a las personas que trabajan con víctimas, falta el respeto a las mujeres asesinadas, sus familias, y elimina recursos. Frente al ataque frontal contra el feminismo, nos encontrarán a quienes defendemos la igualdad, la libertad y la seguridad. Principios que estamos consiguiendo asentar en nuestras democracias cada vez con más empeño y sin desaliento. La violencia contra la mujer sigue siendo un obstáculo para alcanzar igualdad, desarrollo, paz, al igual que el respeto de los derechos humanos de las mujeres. No olvidemos que las desigualdades de género que alimentan la cultura de la violación y el maltrato, son una cuestión de desequilibrio de poder.
Desde la decencia, la ciudadanía tiene que reivindicar que la protección a las mujeres maltratadas sea una prioridad política y no una nota en los discursos. La violencia es una agresión a la vida de las mujeres en todos los espacios, en todas las situaciones sociales, territoriales, culturales, y económicas. La violencia recorre nuestras vidas. Quienes niegan la violencia de género, niegan la realidad; porque la violencia existe y es una evidencia. Hay que llamar a las cosas por su nombre: la violencia contra las mujeres es una violencia de género, machista y patriarcal.
Ni un paso atrás en la lucha contra la violencia de género, en su prevención, en su tratamiento y en la reparación de las víctimas. Nos unimos a la llamada mundial que desde Naciones Unidas atraviesa fronteras, con la responsabilidad y el convencimiento de que se debe, y se puede acabar con la violencia machista.
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