La operación de Hamas y un error de cálculo

la Operación Diluvio de Al-Aqsa, a todas luces, ha sido alentada,por Tel Aviv, para después, como siempre, interpretar su mejor papel: el de víctima y con esto, el primer ministro, Benjamín Netanyahu, como muchas otras veces, sacaría importantes beneficios

Por Guadi Calvo / Línea Internacional

Pecó de inocente, de extremadamente inocente, quien crea que la Operación Diluvio de Al-Aqsa. del Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS), contra diversas ciudades del sur de los territorios palestinos, ocupados por Israel, no haya sido detectada por los finísimos oídos del Mossad e incluso la CIA, aunque es cierto, que the company, está absorbida por la cuestión ucraniana. Tan bien son numerosos, los servicios de inteligencia, occidentales, pro sionistas, que operan en la región, franceses, británico, alemanes, entre otros, que no habrían captado nada, respecto a los preparativos de la Operación Diluvio de Al-Aqsa. De todos modos, semejante “descuido”, remite, de inmediato, a los ataques del 11-S contra las Torres de Nueva York y el Pentágono.

Es imposible de considerar, que no se haya filtrado el menor indicio en semejante marco de preparativos, que ha incluido, el transporte de miles de proyectiles, solo en las primeras horas de combates las fuerzas de liberación palestinas, se calcula, que han lanzado unos siete mil cohetes. Además, de la movilización de cientos de combatientes de las Brigadas Ezedin al-Qasam, el ala militar de Hamas, que más tarde penetraron en el territorio ocupado, con el suficiente tiempo para demoler una importante porción del muro de contención.

Efectivamente, todo este proceso implicó la preparación postas de suministros, abastecimiento y sanitarias. Incluso, se ha debido producir alguna reacción interna en otras organizaciones hermanas, que obligatoriamente han debido estar alertas, como posiblemente el Hezbollah libanes.

Más allá de que solo las cúpulas de estas organizaciones, han contado con esa delicada información, algún detalle, por leve que haya sido, se tuvo que revelar, un despliegue de combatientes, el refuerzo de guardias, movimiento en los arsenales, compra de insumos de algún tipo, lo frecuente que sucede previo a cualquier acción media, que obligatoriamente debió producir, un mínimo indicio, a los siempre tan atentos ojos y oídos de espías y escrutadores locales.

Por lo que, de ser real, que no se haya filtrado absolutamente nada, tendremos que aceptar que los niveles de sofisticación que han alcanzado estas organizaciones, o al menos Hamas, nos deja a las puertas de un nuevo tipo de operaciones, que ni quisiera los mejores servicios de inteligencia del mundo puedan dar la talla.

Es más, la Operación Diluvio de Al-Aqsa, a todas luces, ha sido alentada,por Tel Aviv, para después, como siempre, interpretar su mejor papel: el de víctima y con esto, el primer ministro, Benjamín Netanyahu, como muchas otras veces, sacaría importantes beneficios, como que el mundo entero ponga una vez más bajo la lupa a la República Islámica de Irán, como ya se sabe, culpable de todos los males del globo.

Esto, desde ya; desalentar las señales de aproximaciones que Washington venía haciéndole a Teherán, en la siempre confusa y difusa relación que, desde el comienzo de su gobierno, el presidente, Joe Biden, ha tenido con Israel.

Hasta el inició de este nuevo conflicto hubo múltiples señales de Estados Unidos, para reactivar el Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA). Acordado en 2015 entre las cinco naciones miembros permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, China, Francia, Rusia, Reino Unido y Estados Unidos, más Alemania (P5+1), que el presidente, Donald Trump, derogó de un plumazo en mayo de 2018.

Además, los sionistas, entre otras muchas ventajas que sacaran, será la justificación, ante la opinión pública mundial, de sus aberrantes políticas de sometimiento al pueblo palestino, que van desde la ocupación de más y más territorios en Cisjordania, bombardeos constantes contra población civil en Gaza, asesinatos, desapariciones, detenciones arbitrarías, torturas legitimadas y encarcelamiento y condenas a niños de seis y siete años.

Todavía no conocemos cuantas muertes de civiles provocarán los bombardeos, ya están en marcha de la aviación nazisionista, en la franja de Gaza, aunque sí podemos asegurar que el número será tremebundo. Se conoce también que el ejército sionista, preparaba una incursión, aunque sabemos que, en este aspecto, las bajas judías podrían llegar a ser muy numerosas.

El premier sionista, con esto, como ya lo hizo tantas veces, apelará a un gobierno de unidad “nacional”, para limpiar, su figura en un momento crítico ante la sociedad judía, tras constantes protestas y manifestaciones, contra las reformas judiciales que pretendía aprobar en el parlamento.

Sin duda la estrategia de Netanyahu, en el dejar hacer, falló en algo: el cálculo del espesor de la operación pergeñada Hamas. Lo que ha provocado un número inédito de israelíes civiles muertos, se estima ya que, serían cerca de setecientos, al tiempo que se sabe un importante número de militares, entre ellos al menos, dos altos oficiales y también un número desconocido de civiles, han sido capturados y retenidos por las fuerzas de liberación palestinas, trasladados a prisiones de las que se desconoce su ubicación.

Que los miles de rocket lanzados prácticamente al unísono hayan logrado confundir, los tan precisos sistemas de defensa aérea judía, más allá de una acertada estrategia, ha requerido plataformas que nunca estuvieron bajo el radar de la inteligencia y del ejército israelí.

La urgencia de la unidad árabe

Sin duda, para muchos quienes apoyan la lucha del pueblo palestino, ver por primera vez de manera tan clara como los sionistas escapaban desesperados ante el avance de los brigadistas de Hamas, observar los todos poderosos tanques Merkava ardiendo, como si fueran de papel y rendirse llorando a oficiales y soldados del cuarto ejército más poderoso del mundo. Brindarles una derrota por ahora momentánea en la tierra que creyeron apropiarse para siempre llama a ilusionarse. Pero todos sabemos que una guerra de estas proporciones no se gana con una operación relámpago como la del Diluvio de Al-Aqsa, sino que se requiere mucho más muchísimo más, como la unión de todas las naciones árabes se alineen detrás de Palestina, de Hamas y su líder el comandante Mohammad Deif, desaparecido desde hace dos años y ahora entendemos por qué.

De no concretarse ese alineamiento, como ya lo hicieron diferentes grupos armados palestinos como la Jihad Islámica Palestina o las brigadas de resistencia en Cisjordania, siempre separados por alguna razón, la resolución del conflicto, será lo esperable las fuerzas sionistas, terminaran por imponerse, esta vez a un costo altísimo, ya que apelará a todo su potencial militar y si no le alcanzara, sin duda Estados Unidos, Francia y Reino Unido, colaborarán con todo lo necesario, para la aniquilación de la resistencia y e intentar quebrar de una vez y para siempre, la voluntad del pueblo palestino, al precio de miles y miles de muertos, la destrucción de toda la infraestructura de la franja, dejando a los casi dos millones y medio de gazetíes, a las puertas del siglo XII, sin electricidad, sin comunicaciones, sin agua corriente, ya ni hablar de suministros alimentarios y asistencia sanitaria. El llamado campo de concentración, más grande del mundo, de aquí en más se convertirá en un cementerio.

Ya que, como se ha visto, ninguna potencia con cierto predicamento sobre Tel Aviv, está dispuesta a pedir cordura en la represión. Netanyahu, al anunciar que Israel estaba en guerra, ha dicho que será larga.

Biden ya anuncio que la asistencia militar para el régimen sionista estaba en marcha, y que, “habrá más en los próximos días”. Se conoce que el grupo de ataque del portaaviones Ford navegaba hacia el Mediterráneo oriental, para estar cerca de sus aliados sionistas. Por su parte, Alemania también anunció la quita de ayuda a Palestina, y sin duda el resto de los países occidentales se agruparán, para no quedar fuera de la gran foto familiar.

Mientras tanto, ni China, ni Rusia, se han expresado, de manera contundente, por lo que se entiende en estas casi cuarenta y ocho horas de iniciada la Operación Diluvio de Al-Aqsa, dejarán hacer a Netanyahu a su antojo.

Por eso es urgente que los pueblos árabes y musulmanes se organicen para que sus gobiernos no den un cheque en blanco a los sionistas.

Mientras tanto, el Hezbollah, ha reivindicado un ataque con mortero y misiles, contra lo que se conoce como las Granjas de Chebaa, una pequeña franja de tierra, los Altos del Golán sirios, ocupados militarmente por Israel. Los sionistas han respondido a dicho ataque bombardeando con drones posiciones del Hezbollah en el área.

El régimen de Tel Aviv ha desplegado, también, tropas y tanques en Metula, una ciudad próxima a la frontera con Líbano. Mientras se conoce que los sionistas han atacado con fuego de artillería las aldeas de Arquob y Hasbaya, y los centros de Ruisat al Alam y Radar, en Líbano.

Una vez más, Palestina, ha quedado sola, al arbitrio de los ocupantes, que desde hace setenta y seis años la han condenado al exterminio, y más allá del coraje de su pueblo y sus combatientes, sin la unión urgente de los pueblos árabes, es prácticamente imposible que esa sentencia no se cumpla.

Guadi Calvo es escritor y periodista argentino. Analista Internacional especializado en África, Medio Oriente y Asia Central.

En Facebook: https://www.facebook.com/lineainternacionalGC.

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