La lucha contra el elevado precio de la energía eléctrica en 1914

El 27 de enero de 1914 los protagonistas de la movilización publicaron un manifiesto denunciando los abusos de las Compañías abastecedoras de electricidad, en pleno invierno, cuando más se necesitaba. 

Por Eduardo Montagut

En el invierno del año 1914 tuvo lugar una verdadera movilización donde aunaron esfuerzos empresarios, una de las principales asociaciones benéficas de Madrid, y el movimiento obrero socialista para luchar contra la carestía de la luz. Efectivamente, la Sociedad Mercantil Patronal, el Centro de Hijos de Madrid -nacido en 1904 para fines benéficos y culturales- y la Casa del Pueblo se pusieron de acuerdo ante una situación que consideraron como insostenible y que afectaba tanto a la patronal al elevarse sus costes, como a las clases sociales humildes que vieron subir el precio de su recibo de la luz de forma abusiva.

El 27 de enero los protagonistas de la movilización publicaron un manifiesto denunciando los abusos de las Compañías abastecedoras de electricidad, en pleno invierno, cuando más se necesitaba. Se denunciaba, además, la indefensión legal ante esta situación. En el manifiesto se aludía a que estas Compañías habían triplicado el precio en una suerte de pacto entre las mismas. Además, como el sistema tributario no era muy justo, al aumentar el precio de la luz habían aumentado los impuestos al gravar dicho precio. Por otro lado, al parecer, las Compañías, temiendo la movilización vecinal, habían intentado romper la unidad de la protesta firmando contratos parciales con determinados consumidores manteniendo los precios antiguos.

Los firmantes del manifiesto convocaron un mitin para el día 1 de febrero en el Teatro Español. Al final del acto se votaría el escrito que había que elevar al Gobierno. Fueron cuatro las conclusiones del escrito. En primer lugar, se solicitaba que el Gobierno presentase inmediatamente a las Cortes una moción para que se acordase que la electricidad y el gas fuesen considerados artículos de primera necesidad. En segundo lugar, se pedía que se suprimiesen los impuestos de 0’17 y 0’55 pesetas que cobraban el Estado y el Municipio sobre la luz. La tercera petición tenía que ver con el precio del fluido eléctrico, y que debía fijarse en 0’30 por kilovatio porque se consideraba que era suficientemente remunerador para las Compañías. La última petición pedía que se autorizase a la Comisión Ejecutiva para seguir trabajando dentro de la ley para conseguir que se corrigiesen todos los abusos que las Compañías cometían contra los consumidores.

El mitin se celebró como se había convocado, y en el mismo aparecieron muchas de las claves de lo que estaba pasando con la luz en Madrid, así como de algunas alternativas, además de incorporarse otros colectivos como la Cámara de la Propiedad, y concejales de la Conjunción Republicano-Socialista. En el mismo intervino Pedro Niembro por los empresarios de la Sociedad Mercantil Patronal (el Círculo de la Unión Mercantil no envió ningún representante), que intentó demostrar que el precio antiguo de la luz ya producía beneficio a las Compañías (29 céntimos por kilovatio), y que era el que había que solicitar, aunque para facilitar la transacción se había pedido, como hemos visto, los 30 céntimos, un gesto de buena voluntad que contrastaba con lo que hacían las Compañías, siempre según su opinión. Niembro también aludió a los abusos que se cometían con los contadores de la luz, pero también en los del agua. Terminó felicitándose porque la Casa del Pueblo se hubiera unido a esta protesta, ya que en su discurso quiso dejar claro que esta movilización no tenía un carácter partidista.

Después habló Joaquín Moral, de la Cámara de la Propiedad. Se interesó mucho por demostrar que los madrileños eran víctimas de monopolios y trusts de Sociedades con Consejos de Administración donde se sentaban miembros del “arco iris” de la política. También atacó el comunicado que las Compañías habían publicado en la prensa donde intentaban demostrar que el precio de la luz en Madrid era más barato que en el de las capitales europeas. Moral avisaba que a las Compañías se les había olvidado mencionar que la fuente de energía para producir electricidad empleada en Europa -hulla negra- era más cara que la que se usaba en España, que era hulla blanca. En todo caso, se calificaba de éxito que la movilización hubiera provocado que se movieran las Compañías para intentar justificarse. Moral también explicó que la Cámara de la Propiedad ya había intentado hacer gestiones con estas empresas, pero sin que se hubieran visto coronadas con el éxito.

Los socialistas estuvieron representados por el concejal Mariano García Cortés Insistió en la repercusión de los altos precios de la luz y el gas en las clases trabajadoras madrileñas. Pero, además, explicó cómo se había constituido la Cooperativa Electra, a la que el Ayuntamiento había dado todo tipo de facilidades para abaratar el fluido. Pero la Cooperativa se había separado de los objetivos para los que se había creado uniéndose a las Compañías, pero no para intentar cambiar la organización del sistema eléctrico sino para enriquecerse. También explicó la fuerza de estas Compañías, junto con la del gas, para hacerse fuertes ante el nuevo concurso del Ayuntamiento con el propósito de eliminar la competencia.

García Cortés fue muy duro en relación no sólo con el Ayuntamiento, al que consideró que no era el único culpable de no encontrar soluciones, sino con los propios votantes a la hora de elegir a determinados representantes, defendiendo la honradez de los concejales socialistas. La solución pasaba por crear una fábrica municipal de electricidad, y municipalizar el servicio de alumbrado. Aludió a la lucha de los socialistas por la municipalización del Canal de Isabel II para que dejara de ser del Estado.

El siguiente orador fue Facundo Dorado, del Centro de Hijos de Madrid, y su discurso se encaminó en un sentido judicial, es decir, había que llevar a las Compañías a los Tribunales por haberse confabulado en relación con los precios. El Ayuntamiento debía haber protagonizado esta acción, pero se lamentaba que muy pocos concejales habían asistido al acto. Además, incidió en la cuestión del Canal de Isabel II y la necesidad de que pasase a manos del Consistorio. Después intervinieron algunos concejales, destacando la participación de Enrique Trompeta de la Conjunción Republicano-Socialista.

En el acto se votaron y aprobaron las conclusiones que hemos expuesto.

Hemos consultado los números 1713 y 1715 de El Socialista.

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