La dama de hierro gana las elecciones en Estonia

En las recientes elecciones del domingo, la primera ministra, la dama de hierro estonia, Kaja Kallas, ha asegurado la revalidación de su puesto al mando del país báltico, y su Partido Reformista ha pasado del 31% de los votos

Por Angelo Nero

Este pasado domingo, 5 de marzo, se celebraban elecciones generales en uno de los países bálticos, Estonia, para revalidar los 101 escaños de su parlamento, el Riigikogu, en unos comicios marcados por la guerra de Ucrania, a la que el gobierno estonio ha destinado un decidido apoyo diplomático y armamentístico, lo que hizo que la campaña electoral girase entorno a la defensa y la seguridad nacional -el país tiene 300 kilómetros de línea fronteriza compartida con Rusia-, y en los efectos sobre la economía estonia derivados de las sanciones a Rusia -su gobierno fue el primero en exigir sanciones, aún antes de la invasión-, y en los efectos sobre su economía tras hacerse efectivas las sanciones, que motivó que Rusia cortara el suministro de gas a su vecina Letonia en julio de 2022, provocó que Estonia afirmara que a finales del año pasado dejaría de importar gas ruso, lo que, entre otras causas, subió la inflación hasta convertir a este país en el país con la tasa de inflación más alta de la Unión Europea.

Hace cuatro años, en las anteriores elecciones parlamentarias, el derechista Eesti Reformierakond (ER, Partido Reformista) de la dama de hierro estonia, Kaja Kallas, que insta a Europa a entregar aviones de combate a Ucrania, y que incluso es partidaria de vetar la entrada en todo el territorio europeo a los turistas rusos, fue el partido más votado, consiguiendo un 28% de los votos, lo que se tradujo en 34 escaños.

No obstante, su competidor más inmediato, el liberal Eesti Keskerakond, (EK, Partido de Centro) -que pertenece al mismo grupo europeo donde está el partido del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski-, con un 23% de los sufragios, y 26 escaños, se hizo con el gobierno, con su líder Jüri Ratas como primer ministro, tras un acuerdo de coalición con la tercera fuerza política, Eesti Konservatiivne Rahvaerakond (EKRE, Partido Popular Conservador), de extrema derecha, llevando a su presidente, Martin Helme, a ser nombrado ministro del interior, y con la cuarta fuerza del parlamento, la derechista Isamaa (Patria) -miembro del Partido Popular Europeo-. EKRE logró entonces el 17%, e Isamaa 11,4% de los apoyos ciudadanos. El arco parlamentario se completó, entonces, Sotsiaaldemokraatlik Erakond, (SDE, Partido Socialdemócrata), la única fuerza de izquierdas, que no logró alcanzar el 10% de los votos.

Aunque el gobierno de coalición de Jüri Ratas con la extrema derecha, cuya coalición fue muy criticada en toda Europa, no duró demasiado, y en enero de 2021 se vio obligado a dimitir, en medio de una investigación por corrupción, que lo señalaba. Kaja Kallas vio su oportunidad, y logró formar gobierno, primero en coalición con el EK de Ratas, y a partir de junio de 2022, con Isamaa y el SDE, demostrando que en la política estonia el abanico de alianzas está más que abierto, para dibujar este curioso panorama.

En las recientes elecciones del domingo, la primera ministra, la dama de hierro estonia, Kaja Kallas, ha asegurado la revalidación de su puesto al mando del país báltico, y su Partido Reformista ha pasado del 31% de los votos, ganando 3 diputados, hasta llegar a 37 -pero lejos de la mayoría absoluta que está en 51-. Esa misma noche celebro así su victoria en su cuenta de twitter: “El resultado arrollador de las elecciones de Estonia para Eesti Reformierakond me hace agradecida y humilde al mismo tiempo. Desde el fondo de mi corazón, gracias. También muestra que los estonios valoran abrumadoramente los valores liberales, la seguridad basada en la UE y la OTAN, y el apoyo firme a Ucrania.” Hija de Siim Kallas, que fue primer ministro estonio entre 2002 y 2005, justo antes de la entrada del país báltico en la Alianza Atlántica y en la Unión Europea, esta tallinesa de 45 años está considerada como uno de los halcones de la política comunitaria.

La segunda fuerza política del país, que sigue la deriva del viejo continente hacia la derecha, es la xenófoba, euroescéptica y homófoba formación de Martin Helme, la ultraderechista EKRE, que ya duplicara sus votos en 2019, a pesar de haber menguado sus apoyos, logrando un 16% de los votos, y perdiendo 2 diputados, por lo que se quedan con 17 escaños. Kaja Kallas ya ha declarado que barajará cualquier coalición de gobierno posible, exceptuando un pacto con la formación de extrema derecha.

El batacazo electoral lo ha sufrido el partido del antiguo primer ministro, que no tuvo reparos de gobernar con EKRE, Jüri Ratas, que pierde diez diputados y se queda con 16, a punto de ser arrollados por la emergencia de los liberales de Eesti 200, que liderados por el periodista Lauri Hussar han irrumpido con fuerza en el parlamento estonio, con 14 diputados, y un nada despreciable 13%.

La izquierda en el Riigikogu sigue cotizando a la baja, no alcanzando el 10% de los votos, perdiendo un escaño y quedando con nueve diputados, uno más que Isamaa, la formación derechista que completa el parlamento.

Fuente: El Electoral

Se el primero en comentar

Dejar un Comentario

Tu dirección de correo no será publicada.




 

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.