La cara B de la violencia obstétrica: “ la Teta es la Patria”

La violencia obstétrica se observa desde una mitificación de un estado ancestral del nacimiento en el que la tecno ciencia médica es presentada como agente agresivo que rompe una vinculación ideal entre Hombre y Naturaleza

Por Lucio Martínez Pereda

La violencia obstétrica tiene dos caras, signos de los dos realidades muy diferentes y opuestas. Por un lado es una violencia banalizada producida por sociedades patriarcales que naturalizan prácticas que en ocasiones incluyen un trato infantil y paternalista, autoritario y despersonalizado, pero por otro está sirviendo para que una parte desavisada del feminismo se convierta en “ tonto útil” y extraño compañero de cama “- sucede con su sección transfóbica- de la ultraderecha e incluso el eco nazismo, ese último producto del confusionismo ideológico ligado a la guerra cultural desgastadora de los valores democráticos que construyen las sociedades europeas tras la II Guerra Mundial.

La violencia obstétrica se observa desde una mitificación de un estado ancestral del nacimiento en el que la tecno ciencia médica es presentada como agente agresivo que rompe una vinculación ideal entre Hombre y Naturaleza. Hay una suerte de nostalgia ligada a una sentimentalidad identitaria que mitifica los primigenios estados ancestrales de la familia, y ve en la ciencia un instrumento que impide una vuelta a una maternidad esencialista, como dice Begoña Gomez Urzaiz en Neorrancios: “ la teta es la patria y la maternidad es rezar”

1 Comment

  1. Creía que este medio tenía mejor criterio que un señor que no sabe por dónde le da el aire, llamando a las feministas transfóbicas y tontas útiles del nazismo. Vaya chasco.

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