No consta ninguna noticia sobre el caso en la prensa, por lo que es muy posible que otra vez el silencio y la impunidad, fieles aliados de la Transición, dejaran este caso sin investigar, ni hubiera juicio, ni reconocimiento institucional hacia la víctima.
Por Angelo Nero
9 de enero de 1979, el diario El País destacaba en su portada la instauración de “Un régimen pro vietnamita en Camboya”, que había puesto fin al gobierno de los jemeres rojos encabezado por Pol Pot. También destacaban la “Aceleración de los preparativos de los principales partidos” para las primeras elecciones generales en la España post-franquista, que se celebrarían el primero de marzo, adelantando que Adolfo Suárez encabezaría la lista de la UCD, y Felipe González la del PSOE -fueron primera y segunda fuerza en el parlamento, con el 34% y el 30% de los votos, respectivamente, lo que se traduciría en 168 y 121 escaños-, curiosamente en la portada no se menciona al que sería el tercer grupo político, el comunista, que tendría casi el 11% y 23 parlamentarios, aunque si a la Falange, que integrada en la Unión Nacional, conseguiría un escaño, el de Blas Piñar.
En la portada de ese día, también aparecía una noticia, abajo, y casi escondida por una publicidad de la revista La Calle, donde escribían Manuel Vázquez Montalbán, Carlos Elordi o Javier Alfaya, una noticia con un título recurrente en aquellos días: “Joven muerto por disparo de un guardia civil”, aunque sobre el titular señalaba “Ocurrió de forma fortuita, según nota oficial”. El joven en cuestión era Felipe Baz González, del que ayer mismo hablamos en esta sección de Memoria Antifascista. Fuera asesinado tres días antes de la publicación de este artículo. El mismo día seis, la guardia civil mataba a un joven en Madrid, y el diario El País se hacía eco de su funeral, en un artículo interior titulado: “Mil quinientas personas, en el entierro del joven muerto en un control de la Guardia Civil”.
“Cerca de 1.500 personas asistieron a primera hora de la tarde de ayer, en Santa Cruz de Retamar (Toledo), al entierro del joven José Luis Muñoz Pérez, de quince años de edad, fallecido al ser alcanzado por un disparo de la Guardia Civil el pasado sábado, día 6. El funeral se ha celebrado en la iglesia parroquial de la mencionada localidad, en medio de un gran silencio, según informa Europa Press. El féretro que contenía los restos del muchacho fue llevado a hombros hasta el cementerio.
El Gobierno Civil de Madrid hizo público el pasado domingo una nota oficial en la que amplía los detalles que rodearon la muerte de José Luis Muñoz: «En relación con el desgraciado incidente, por todos lamentado, que costó la vida al joven José Luis Muñoz -dice el comunicado-, al rebasar el auto en que viajaba un control que la Guardia Civil tenía establecido en el kilómetro 36,800 de la carretera nacional V, Madrid-Extremadura, el Gobierno Civil de Madrid ha solicitado de la 112 Comandancia de la Guardia Civil un informe oficial en el que se confirma que sobre las 14.15 horas del sábado un Renault-10, de color azul, matrícula M-721.207, se aproximó al control establecido, rebasando las cuatro señalizaciones, separadas por unas distancias de cien, noventa y 130 metros, respectivamente, y haciendo caso omiso de las señales de «alto» de un primer guardia, continuó su marcha rebasando a otros dos miembros del control que también dieron el «alto».
«Al verse pasado el tercero de ellos -añade la nota- a unos cuatrocientos metros de la primera señal de control disparó al aire, al tiempo que gritaba, por dos o tres veces, «alto». Como quiera que el coche continuara sin parar, realizó un nuevo disparo que, según parece, entró por la puerta trasera y el respaldo del asiento, hiriendo a José Luis Muñoz Pérez, tal y como se pudo comprobar cuando el automóvil se detuvo, a 445 metros de la primera señal. »
Por su parte, la familia del joven muerto insistió ayer que la nota del Gobierno Civil, en su opinión, es completamente errónea.”
La nota de prensa omite que José luis Muñoz viajaba con su padre, que era quien conducía el vehículo, y se dirigían a reunirse con la familia a Santa Cruz de Retamar, en Toledo, para la comida de Reyes. No consta ninguna noticia sobre el caso en la prensa, por lo que es muy posible que otra vez el silencio y la impunidad, fieles aliados de la Transición, dejaran este caso sin investigar, ni hubiera juicio, ni reconocimiento institucional hacia la víctima. Recordar su muerte es nuestro sencillo homenaje a otra de las víctimas de esa Transición Sangrienta que nos quería llevar hacia la democracia, pero que se parecía mucho a la dictadura.
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