Gonzalo Ruiz García, víctima de la Reconversión en Reinosa

Los días posteriores a la muerte de Gonzalo Ruiz se produjeron dos jornadas de huelga general en Reinosa, así como paros parciales en el resto de Cantabria

Por Angelo Nero | 5/05/2025

Pese a su economía autárquica, España era la décima potencia mundial a nivel industrial, en los estertores de la dictadura, con un tejido concentrado entorno a la industria pesada de los Altos Hornos de Bilbao y Sagunto, o los astilleros de Vigo, Ferrol, Cádiz o Cartagena, donde también había una importante industria química. La Transición política también trajo un fuerte ajuste económico, previo a la incorporación al Mercado Común Europeo, para lo que los gobiernos españoles, especialmente a partir de la llegada del PSOE al poder, iniciaron un agresivo plan de reconversión industrial, que desmanteló importantes empresas de la siderurgia y del sector naval, llevándose por delante cien mil empleos, y sumiendo en una profunda crisis social y económica a comarcas enteras, como las de Vigo, Ferrol, Gijón o Puerto Real.

Una de esas comarcas fue la de Reinosa, en Cantabria, donde estaba ubicada una de las fábricas de la Constructora Nacional de Maquinaria Eléctrica (CENEMESA), y otra de forjados, la Farga Casanova, aunque la principal era la empresa siderúrgica Forjas y Aceros de Reinosa (La Naval) que empleaba a casi mil ochocientos trabajadores. En Farga se presentó un expediente de regulación de empleo, mientras que en La Naval la dirección de la empresa preveía una drástica reducción de plantilla, que podría afectar a mil trescientos obreros. En marzo de 1987 hubo graves enfrentamientos con la guardia civil, que entonces dirigía Luís Roldán, con ocho heridos graves y más de sesenta leves.

Antonio Díez Gutiérrez, oficial soldador de Forjas y Aceros, de 39 años de edad, contaba al diario El País como había perdido uno de sus ojos, «Eran aproximadamente las 8.30. Me encontraba en la portería de la fábrica con un montón de compañeros. Los guardias estaban a unos 300 metros frente a nosotros. Y de repente el caos estalló en forma de una lluvia de pelotas de goma y botes de humo. Pero no puedo contar mi caso porque cuando recuperé de conciencia viajaba en el interior de una ambulancia evacuado hacia el ambulatorio y después a Santander. Fue, según me han contado, el impacto de una pelota de goma».

Aunque los incidentes más graves sucedieron al mes siguiente, durante la semana santa, con Reinosa tomada por la guardia civil, que había desplegado, siguiendo ordenes del ministerio del interior que presidía el socialista José Barrionuevo, medio centenar de agentes, ocho tanquetas y un helicóptero. Tras varios días de enfrentamientos, el 16 de abril se produjo la tragedia, el trabajador Gonzalo Ruiz García resultaba gravemente herido, y moriría tres semanas más tarde, tal como contaba el periodista Jesús Delgado, el 6 de mayo, en una columna de El País, titulada “Fallece el trabajador herido en Reinosa en los enfrentamientos del Jueves Santo”, y en la que se leía lo siguiente:

Gonzalo Ruiz García, de 32 años de edad, herido de gravedad en los enfrentamientos acaecidos el pasado Jueves Santo entre vecinos de la localidad cántabra de Reinosa y miembros de la Guardia Civil, falleció anoche en el hospital de Valdecilla, en Santander, donde permanecía internado, a causa de una insufiencia respiratoria. Comisiones Obreras (CC OO) anunció recientemente que, de fallecer Gonzalo Ruíz, convocaría al día siguiente una huelga general en la comarca de Campoo y, en la semana inmediata, trataría de convencer a UGT para extender el paro laboral a toda la región.

Gonzalo Ruiz era maestro de laminación en la empresa Forjas y Aceros de Reinosa y estaba afiliado a Comisiones Obreras. El trabajador, casado, y padre de una niña de cinco años, recibió durante los incidentes del Jueves Santo un pelotazo en plena nariz, con rotura de huesos cuando se hallaba, con otros trabajadores, en las cercanías de su domicilio, sito en la calle de Híjar, de Matamorosa, localidad contigua al casco urbano de Reinosa. Como sangraba abundantemente, el herido optó por refugiarse en el garaje de la comunidad vecinal y encerrarse por dentro con otras cuatro personas. Ramón Puente, de 27 años, relató a este periódico que una vecina, desde el piso superior, lanzó unas gasas para curar al herido. «Abrimos luego la puerta metálica del garaje para tratar de llevarlo al ambulatorio, pero vimos cuatro guardias armados y optamos por encerrarnos otra vez».

Enseguida se ordenó a los refugiados que salieran al exterior, e, inmediatamente, según esta versión, los agentes lanzaron por un cristal el primero de cuatro botes de humo a lo largo de 15 minutos. Gonzalo Ruiz salió a la calle con un pañuelo en la nariz y tosiendo violentamente. Del cuartel de Reinosa bajó luego, por su propio pie, al ambulatorio.

Un informe de la Guardia Civil señala que no le acompañaron miembros del Cuerpo porque se hallaban acosados por transeuntes.

Una ambulancia le trasladó al hospital de Valdecilla, donde a las pocas horas fue dado de alta para reingresar definitivamente el domingo 19 de abril, víctima de muy grave insuficiencia respiratoria y un neumomediastino sin rotura traqueal.

Los médicos creen que el fallecido debió de sufrir en el interior del local tremendas presiones a causa de los accesos de tos provocados por la inhalación del gas de los botes de humo.

No todos los individuos reaccionan de la misma forma en una situación semejante, y sin duda el hecho de que las inhalaciones pasaran sólo a través de la nariz y no por la boca complicó la situación.

Coma barbitúrico

Las radiografías permitieron conocer, asimismo, pequeñas roturas a nivel de alvéolo. Ruiz llevaba bastantes días en coma barbitúrico provocado por los médicos a fin de evitar que su cerebro solicite una cantidad normal de oxígeno. Se hallaba con ventilación asistida y un respirador para cada pulmón. Sin los actuales recursos científicos hubiera sucumbido hace ya hace días. Un residente en el edificio donde residía el fallecido conserva un bote de humo, no utilizado, en el que puede leerse: «BLFNM. Fabricado en enero de 1986. Utilizar sólo en espacios libres; abiertos y bien aireados». Un guardia civil lo extravió en la calle en el atardecer del Jueves Santo.

Durante los enfrentamíentos del mencionado día entre trabajadores y vecinos de la población cántabra y efectivos antidisturbios de la Guardia Civil se produjeron, al menos, 17 heridos. Los miembros del Cuerpo detuvieron a 28 personas, algunas de las cuales denunciaron en los días posteriores en el Juzgado de Instrucción de Reinosa, cuyo titular es Mauricio Bugidos, haber sido objeto de vejaciones y malos tratos.”

Los días posteriores a la muerte de Gonzalo Ruiz se produjeron dos jornadas de huelga general en Reinosa, así como paros parciales en el resto de Cantabria. Diez mil personas acudieron a su entierro, entre ellos, Marcelino Camacho, secretario general de CCOO.

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