Por María Torres
Francisca Solano era una mujer alta, guapa y bien plantada. Había llegado a Madrid desde un pueblo de Toledo cuando aún era una niña para vivir en casa de unos tíos que regentaban una portería en la Calle Benito Gutiérrez. Trabajó como enfermera en La Fuenfría y como encargada de una pensión.
El viernes 24 de julio de 1936, Francisca manifestó a su tío que debían coger el fusil y combatir a los facciosos. Éste respondió que él no podía abandonar a cuatro chicos pequeños, pero que ella podría ir al frente como enfermera, a lo que Francisca respondió: «No. Nada de enfermera. ¡Yo quiero ir a batirme con los facciosos!»
Esa misma tarde se alistó en el Círculo del Oeste y cuando regresó a casa al anochecer ya se había convertido en miliciana ataviada con el mono, el fusil, el gorro y las alpargatas cuarteleras. Se despidió de ellos levantando el puño y les dijo: «Me voy a luchar!» y se perdió a lo largo de la calle con el fusil al hombro y una sonrisa en la cara.
Un día después salió con una pequeña columna hacia El Espinar al mando del capitán Fernando Sabio Dutoit. Fueron al Ayuntamiento a colocar la bandera de la columna y en busca del Alcalde que se encontraba trabajando la tierra. Francisca y Carmen Robles, las dos únicas mujeres, caminaron hacia la plaza… De pronto, hubo un aviso de que por la carretera se acercaban los rebeldes. Se dispusieron a defender el pueblo y la columna hubo de replegarse. Fue entonces cuando echaron en falta a Francisca y a otro miliciano. Alguien dijo que Francisca había llevado al miliciano herido al hospital. No volvieron a verla.
Cuentan que Francisca fue apresada en el hospital y ejecutada posteriormente. Según Santiago Vega Sombría, en De la esperanza a la persecución, Francisca Solano y sus compañeros fueron enviados a Segovia, para ser juzgados. Nunca se supo más de ella. Nunca se encontró su cuerpo.
Así que la historia cuenta que Francisca, capitana miliciana, desapareció el 26 de julio de 1936 en El Espinar en defensa de la República española, cuando luchaba por una España más justa.
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