Feijoo quiere que los españoles opinemos, pero de mentirijillas

Al Sr. Feijóo le importa muy poco la opinión de sus compatriotas sobre ninguna de las materias de la acción de gobierno, su fijación es ocupar el gobierno, el uso de la mentira, la maledicencia y las palabras pomposas sólo es para lanzar la cortina de humo de la “imperiosa necesidad” de adelantar las elecciones generales.

Por Pedro Labrado

En las últimas semanas hemos escuchado al “líder de la oposición”, presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, decir en varias ocasiones que

ha llegado el momento de pedir elecciones anticipadas ya pue el Gobierno de Sánchez asume decisiones que no se sometieron a las urnas y que va en contra de los principios básicos de la Constitución […]; es hora de que los españoles hablemos y que digamos si realmente queremos todo esto, que no está sometido a las urnas[…]; el adelanto de las elecciones es la solución más transparente y democrática[…]

Y aunque el sr. Feijóo en su “moderada” solicitud no está pensando en realidad en lo que quieren o no, en lo que opinan o no los españoles y las españolas y sólo piensa en que se abra la posibilidad cuanto antes de acceder al poder con la colocación de las urnas y la apertura de los colegios electorales, yo si voy a reflexionar sobre esto, sobre, parafraseando al propio presidente del partido de derechas, “decisiones que no se sometieron a las urnas” y “es hora de que los españoles hablemos”. El tiempo que ha transcurrido desde la última vez en que se preguntó realmente a los españoles y las españolas sobre cuestiones políticas más o menos concretas, es de casi dieciocho años. La última vez que se celebró un referéndum en España para que la ciudadanía se posicionara directa y democráticamente fue el 20 de febrero de 2005 en el que se preguntó sobre la voluntad de ratificar el Tratado que establecía una Constitución para Europa.

Si el sr. Feijóo quiere preguntar a los españoles sobre todas esas materias sobre las que dice que la ciudadanía no se ha pronunciado, podría solicitar referéndums sobre esas materias, aunque solo fueran consultivos, y no elecciones anticipadas. Más a más podría pedir que cuando se convoquen las elecciones generales en sus fecha correspondiente, se aproveche y se pongan otras urnas para preguntar sobre todas esas materias que tanto le preocupan para que ciudadanos y ciudadanas manifiesten su opinión con su voto.

Si tomara esta decisión podría proponer preguntar por ejemplo sobre lo que opina la gente sobre la subida del SMI, si están a favor o en contra, sobre el impuesto a las grandes fortunas, si lo creen oportuno o no, si creen que el control del precio de la energía, bonificando con veinte céntimos los combustibles, topando el precio del gas y bajando el IVA de la energía eléctrica, está bien o no, tal vez quiera saber la opinión de españoles y españolas sobre la revalorización de las pensiones con el IPC, si lo apoyan o no, si les parece bien o no la implantación del Ingreso Mínimo Vital, el incremento del Bono Social Eléctrico y Térmico. Podría preguntar también sobre el transporte público, si a la ciudadanía le parece bien la bonificación y/o gratuidad de este implantada en las últimas semanas. O tal vez quiera saber cuál es la posición de la ciudadanía con respecto a la guerra de Ucrania, si les parece bien participar enviando tanques y municiones, o con respecto al cambio en las relaciones diplomáticas con Marruecos, si creen que España debe tomar partido por Marruecos o por el pueblo saharaui en su abierto enfrentamiento incluso enviando armas y municiones como a Ucrania a estos últimos como pueblo invadido, o sobre el bloqueo en la renovación del Consejo General del Poder Judicial, tal vez quiera preguntar al pueblo español quién quiere que sean sus magistrados y magistradas en el Tribunal Constitucional e incluso en el Tribunal Supremo, quizás quiera preguntar a las mujeres españolas si quieren que sólo SI sea SI en relación a su cuerpo, su sexualidad y su intimidad, tal vez quiera preguntar a la ciudadanía si se deben investigar las miles de muertes en soledad en las residencias de mayores durante la pandemia, y así podría preguntar sobre una infinidad de cuestiones que por el nivel de debate que soportamos sobre ellas serían susceptibles de una toma de posición directa de españoles y españolas. Como colofón, también podría querer preguntar al cuerpo electoral sobre el modelo político del Estado, republicano o monárquico.

La Constitución española de 1978 recoge en su artículo 92.1 el carácter consultivo de los referéndums en España:

Artículo 92:

  1. Las decisiones políticas de especial trascendencia podrán ser sometidas a referéndum consultivo de todos los ciudadanos.

Si bien en el Capítulo Tercero sobre las Comunidades Autónomas se contempla la obligatoriedad de convocarlos para ratificar Estatutos de Autonomía o su modificación. En estos casos está claro que los referéndums son de carácter vinculante. Igualmente se recoge la obligatoriedad de convocarlos para modificaciones del propio texto constitucional en determinados artículos y situaciones. En este último caso también serían por supuesto, vinculantes.

En cualquier caso la Constitución permite su propia modificación en la que se podrían regular los referéndums vinculantes para otras muchas materias, regulando las que serían susceptibles de los mismos y las participaciones y mayorías necesarias para su perfeccionamiento.

Es decir, la Constitución permite preguntar a los españoles y a las españolas en algunos casos, decisiones políticas de especial trascendencia de forma consultiva, pero en otros de forma vinculante para ratificar estatutos de autonomía, por ejemplo. Si además el Sr. Feijóo quisiera que determinadas consultas que hoy no podrían ser vinculantes y quisiera que lo fueran, podría impulsar, reclamar, exigir un cambio constitucional para regular estos referéndums.

Pero como salta a la vista y todo el mundo sabe, al Sr. Feijóo le importa muy poco la opinión de sus compatriotas sobre ninguna de las materias de la acción de gobierno, su fijación es ocupar el gobierno, el uso de la mentira, la maledicencia y las palabras pomposas sólo es para lanzar la cortina de humo de la “imperiosa necesidad” de adelantar las elecciones generales.

Feijóo y el Partido Popular no quieren preguntar a los españoles y a las españolas sobre política, quieren volver a engañarles y a desembarcar en el gobierno para como siempre recortarles los derechos y las prestaciones sociales que han ganado y/o recuperado durante los últimos cuatro años sin preguntarles su opinión, más bien en contra de la que sería seguramente su opinión mayoritaria. Quieren preguntar la opinión de los españoles y de las españolas, pero de mentirijillas.

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