Pepe Viyuela: “En los campos de refugiados nos dicen: hablar de nosotros, que el mundo sepa que estamos aquí, el silencio es la peor de las condenas”

Entrevistamos al actor Pepe Viyuela, protagonista en “Un viaje hacia nosotros”, un documental que narra la investigación tras el rastro de su abuelo Gervasio, integrante del ejército republicano durante la guerra civil española. 

Por Angelo Nero

Tu compromiso social te ha llevado a distintas partes del mundo con la ONG “Payasos sin Fronteras”, donde has podido conocer de primera mano la realidad de esos refugiados. Muchas veces has dicho que la risa es un salvavidas que te mantiene a flote, sin embargo también te he escuchado en alguna entrevista que hay lugares donde te ha resultado difícil arrancar una sonrisa.

En general no resulta difícil, porque la gente tiene necesidad de reír, más allá del momento concreto en el que se produce esa carcajada, o esa sonrisa, porque ese mundo se proyecta hacia adelante. Es como una especie de trampolín, si uno está muy mal y de pronto sonríe se da cuenta, aunque sea de una forma inconsciente, de que todavía le quedan fuerzas para seguir.

Yo no creo que la risa tenga que tener un efecto narcótico, o que nos lleve a olvidar la situación en la que estamos, aparte de que es imposible, hay situaciones tan duras que es imposible olvidarlas. Yo creo que, al contrario, el humor, la cultura, el afecto, lo que propicia es aligerar esa sensación de abandono y de estar a punto de tirar la toalla, y proyectarte hacia adelante, teniendo la sensación de que si en un momento tan complicado y tan difícil como el que estás viviendo, eres capaz de sonreír, por ejemplo con un payaso, es que seguramente hay una esperanza de que la luz que ves, aunque sea pequeña, al final del túnel, se haga más grande.

Pero si es verdad que hay situaciones realmente complicadas para hacer reír, lo cual no quiere decir que no merezca la pena intentarlo, y que la persona con la que estás, aunque no suelte una carcajada, no sienta que ha merecido la pena compartir un momento en el que alguien se ha acordado de ti.

En muchos de los sitios a los que vamos con Payasos sin Fronteras, la gente, sobretodo los adultos, nos pregunta, de donde vienes, y te hablo de lugares lejanos, Kurdistán, Palestina, Bagdad, el Sahara, y cuando saben que vienes de lejos para hacer eso, unos números de payaso, para hacer reír, el efecto multiplicador del afecto se hace más grande, porque dicen: has venido aquí para esto, lo que les hace sentir que le importan a alguien, que no están olvidados. Es una de las demandas que hacen en los campos de refugiados muchas veces: no nos olvidéis, por favor, hablar de nosotros, que el mundo sepa que estamos aquí, porque el olvido, el silencio es la peor de las condenas. Es otra de las posibilidades que tenemos desde Payasos sin Fronteras, hacerles saber que importan a gentes que están a miles de kilómetros, y que vamos a seguir hablando de ellos cuando volvamos a nuestros lugares de origen.

Durante muchos años las políticas de migración en Europa, también en España, tanto de gobiernos conservadores como progresistas, han sido realmente restrictivas, de cierre de fronteras. Sin embargo, con la guerra de Ucrania se ha puesto de manifiesto que cuando hay voluntad política se pueden crear mecanismos de acogida, incluso con medidas de urgencia, para dar cobertura a estos refugiados. ¿Por qué el gobierno español sigue poniendo trabas a la acogida de los que se juegan la vida cruzando el Mediterráneo en pateras, mientras muestra toda su solidaridad con los refugiados ucranianos?

Aquí yo hablaría de racismo manifiesto, porque son seres humanos tanto unos como otros, y quizás la única diferencia está en el color de la piel. Tal vez interpretamos que los ucranianos vienen de un país en el que la vida se parecía mucho a la nuestra, e ignorantemente pensamos que la gente que viene de Mauritania o que llega desde Malí, o que llega cruzando el desierto del Sahara, cruzando Libia y viviendo atrocidades a lo largo de ese camino, y en esos lugares de reclusión como en Marruecos, que actúa como estado tapón, son gente menos formada, menos preparada, sobre la que sentimos un cierto desprecio, porque los consideramos realmente inferiores. Es muy fuerte, pero es así, hablamos de los negritos, pobrecitos, pero que se queden donde están. Es muy curioso y muy escandaloso, que esto este pasando.

En este momento esta diferencia de trato entre los refugiados ucranianos, que es como creo que habría que recibir a todo aquel que necesita ayuda, poniendo todos los medios a nuestra disposición para que estas personas mantengan su nivel mínimo de necesidades cubierta, no lo estamos haciendo con otras personas que huyen de sus países.

El otro día leí una noticia que decía que el gobierno español ha dado no se cuantos millones de euros a la monarquía alauita, al gobierno de Marruecos, para que ejerza ese efecto de tapón y no deje pasar a los migrantes. Estamos depositando la responsabilidad de nuestras fronteras en un país de dudosa calidad democrática, y en el que reina un señor que deja mucho que desear con lo que respecta a los derechos humanos y a los valores democráticos. Es muy escandaloso esto, de decirle no los dejes pasar, cuando sospechas que pueden ser muy feos los métodos utilizan para detenerlos, y para disuadirles de que crucen el estrecho y de que lleguen a nuestro país.

Se nos hace difícil entender la postura del gobierno español con respecto al Sahara, un pueblo al que la ONU reconoce su derecho a la autodeterminación, a la vez que señala la responsabilidad de España en la resolución del conflicto, como potencia colonizadora. Tu que conoces bien la realidad del Sahara Occidental, ¿Qué le dirías a nuestro gobierno, y también a nuestra sociedad, para que realmente contribuya a que los saharauís, que hasta 1975 eran ciudadanos españoles, dejen de ser refugiados y puedan decidir sobre su futuro?

A este gobierno, y a todos los que le han precedido, porque no hay muchas diferencias, pero a este ya con este último acto de humillación ante Marruecos, creo que lo que ha conseguido enervar los ánimos de los saharauís todavía más, enemistarnos con Argelia y tampoco mejoras sustancialmente las relaciones con Marruecos. Yo al gobierno le diría que Marruecos es una especie de vecino o de pareja maltratadora, y creo que a un maltratador no se le sacia dándole lo que nos está pidiendo, porque no se va a saciar nunca, y cuando más le demos, más nos va a pedir, y más humillados vamos a estar.

Los gobiernos democráticos españoles se han doblegado muy fácilmente ante Marruecos, no solo por lo que supone como país en si mismo, sino por los apoyos internacionales, véase EEUU o Francia, y quizás hay razones de estado que hagan que no se pueda ser tan duro como se necesitaría, pero bajarse los pantalones de la manera que lo ha hecho el gobierno de Pedro Sánchez, reconociendo que esa propuesta de Marruecos de la autonomía del Sahara, es la que le parece más viable, me parece muy torpe y me parece indigna, porque no ha tenido, para nada, en cuenta a los saharauís. Creo que en ningún momento Pedro Sánchez ha hablado de los ciudadanos saharauís, solo de los intereses españoles en Marruecos, de la mejora de las relaciones con ese país, que se pretende comprar a través de este intercambio, pero es un intercambio con sangre, con seres humanos, y eso demuestra que no se tiene demasiada empatía. Lo que debería, por lo menos, hacer este gobierno, es mantener esa neutralidad, aunque también es muy cuestionable, en el sentido de que no deberíamos ser tan neutrales. Creo que ha cometido un gran error, desde el punto de vista diplomático e humanitario.

Y con respecto a la gente, a los ciudadanos españoles, yo creo que la cuestión está en que llevamos tantos años con una ocultación de este tema, por parte de todas las instituciones, incluso de los medios de comunicación, que hay mucho desconocimiento con respecto a este tema, y creo que es por eso, porque cuanto más desconocimiento exista sobre este tema, más difícil será mantener esta neutralidad, porque toda la gente que está informada carece de esa neutralidad, y lo que quiere es trabajar y luchar con el pueblo saharauí para que pueda conseguir su independencia y su libertad. Al pueblo español, lo que le falta es información, y luego que cada uno decida donde se coloca, y que posición ocupa, si quiere ser neutral o si quiere tomar partido, como hacemos muchos por el pueblo saharauí para apoyarles en esta lucha tan larga de más de medio siglo, desde que fueron atacados e invadidos por el ejército de Marruecos.

En “Un viaje hacia nosotros” hay un tono poético, a través del cual descubrimos que Pepe Viyuela es, además de actor y payaso, un poeta que escribe versos tan bellos como “Amo ser clandestino y que el mundo viva fuera, / las miradas fugaces, el embuste / que nos acoge, el fuego que alumbra nuestros labios. / Esos sueños en los que baila / lo que queremos ser con lo que somos”. ¿Cómo surge esa voz poética, que ha alumbrado libros como “Bestiario de circo” o “Luz de la memoria”?

No lo sé, supongo que tiene que ver con ese afán que todos tenemos por comunicarnos, por expresar y por compartir lo que nos pasa en la vida. Creo que también tiene mucho que ver con mi actividad como actor, un actor, al fin de cuentas, es un contador de historias, y alguien que escribe poesía o que escribe cualquier otra cosa también lo es. Es alguien que se pone delante de una página en blanco y se pone a crear versos, en palabras encadenadas que intentan expresar lo que piensa ante algo, o lo que le provoca una situación, los anhelos que tiene, las frustraciones. Creo que es un deseo de comunicar, y de estar con la gente. Somos animales sociales y nos necesitamos, y en esa necesidad está también ese intento de tender puentes con los otros, en este caso a través de las palabras.

Aunque tu seas la cara más visible de este proyecto, hay todo un equipo detrás, empezando por su director, Luis Cintora. Háblanos un poco de esta gente que ha caminado contigo en este documental.

Todos ellos son amigos, llevamos mucho tiempo siéndolo, hace mucho que nos conocemos. Compartimos, aparte de la amistad, gustos, el cine es uno de ellos. Luis Cintora es director desde hace tiempo, y además está especializado en la dirección de documentales. Otro es Sinuhé Muñoz, una persona que adora el cine, pero le gusta también estar detrás de la cámara, es un gran montador, un gran fotógrafo, es una persona que sabe cuidar mucho la imagen, y que sabe narrar muy bien las historias. Montse Ogalla es la pieza femenina, probablemente la más inteligente de todos, que también se ocupa de ir abriendo caminos, de conseguir que nos dejen rodar en los sitios a donde vamos, es la cara visible, en primer término, del proyecto.

Entre los cuatro hemos configurado un equipo que, curiosamente, a pesar de todas las dificultades que ha habido a lo largo del proceso, no hemos tenido ningún problema, todo lo hemos solucionado enseguida, todos los malentendidos que puedan haber surgido, hemos entendido siempre que lo era, y por lo tanto, como no hemos detectado jamás por parte de los cuatro mala intención en lo que hacíamos, hemos salido adelante reforzados después en el proyecto. Pese al tiempo que hemos tenido que emplear, al dinero que hemos tenido que invertir, hemos salido contentos porque creíamos en lo que estábamos haciendo.

Es gente que cree en el poder de las historias, en la importancia que tiene el contarla, y en la poderosa herramienta que tiene el formato audiovisual para acercarnos a las realidades y compartirlas con la gente. Si éramos amigos antes de empezar, ahora casi podría decir que somos hermanos, que nos hemos convertido en familia, y que espero y confío que tengamos más proyectos por delante, que salgan poco a poco.

A lo largo de la película, vas recogiendo testimonios como el de Tiba Sidiheiba, Emilio Silva, pero hay uno especial, el de Luís Ortiz, que estuvo preso en el campo de concentración de Gurs. ¿Cómo fue el conocer a esta persona tan especial, que compartió destino con tu abuelo?

Yo tuve noticia de Luis a través de Iosu Chueca, que es el historiador que escribió el libro de Gurs, en el que apareció el nombre de mi abuelo, y cuando conocí el libro, a través, a su vez, de otra persona, Edi Herrero, que también aparece en el documental, tuvimos una cita en San Sebastián, que es donde el vive, y estuvimos hablando durante mucho rato acerca de todos estos temas y, entonces, me habló de Luis. Yo no le conocía, pero el si, tenía mucho trato con el y me dijo que podía ser alguien muy interesante para conocer, y si era posible para llevar a la película, porque era un testimonio vivo, un libro abierto además. Y fue a través de quien conocimos a Luis. Fue muy fácil, bueno, al principio no tanto, porque Luis tenía problemas de salud, y estuvo ingresado, y dada su avanzada edad tuvimos que esperar a que se repusiera por completo, pero una vez que se repuso el no tuvo ningún inconveniente en recibirnos en casa, y en ser generoso con su tiempo y con todo lo que nos contó.

Hay varias horas grabadas de la conversación con él, y era una persona que, a pesar del poco trato que he tenido con él, y era una persona que, a pesar del poco trato que he tenido con él, se ha convertido, para mí, en alguien inolvidable que, evidentemente, no puedo considerar amigo, porque no hemos tenido tiempo para serlo, pero si estoy seguro que si hubiera vivido, hubiéramos seguido manteniendo relación, porque yo hubiera tenido la necesidad permanente de ir a visitarle y de ir a hablar con él, porque era alguien que, aparte de su humanidad, tenían un gran conocimiento y era una fuente viva de todo lo que hablaba.

Y luego, desde el punto de vista más personal, tuvo que conocer, inevitablemente, a mi abuelo, porque estaba en la barraca contigua, en el campo de Gurs. El no se acordaba de mi abuelo, porque, claro, allí había muchos hombre recluidos, en aquel momento todos hombres, luego el campo cambió de actividad, por decirlo de alguna manera, acogió no solo a gente del País Vasco, sino a gente de otros orígenes y de otro sexo. Pero estuvieron juntos, vivieron el nacimiento del campo, lo inauguraron, y vivieron las consecuencias de su deterioro, y de ese exilio atroz que ambos compartieron.

Como digo en el documental, hablar con él era casi como encontrarme con mi propio abuelo, lo que lo convertía en alguien muy cercano a mí.

Por último, quisiera preguntarte por el recorrido que ha tenido “Un viaje hacia nosotros”, tanto en salas como en festivales, y que acogida ha tenido de público y crítica.

Estamos yendo a muchos festivales, a nivel internacional, a EEUU, México, Cuba, y en España, hemos estado en el de Málaga, en el Festival de Fuentes de Ebro, donde fuimos a recoger un premio. Está teniendo una acogida estupenda, sobretodo en este tipo de festivales con un contenido y una temática relacionada con la memoria, con la solidaridad, con las cuestiones humanitarias. Hace poco estuvimos también en Valencia, en un festival relacionado con la pedagogía y el cine, y también estuvimos en la Universidad de León, compartiendo con alumnos y profesores, y es sorprendente como una película que nace, ya lo sabíamos de antemano, sin ningún tipo posible de distribución comercial, porque las salas de cine no suelen acoger a este tipo de películas, se da una dialéctica perversa, la gente no va a ver esto, porque tampoco se programa, y no se promociona.

Evidentemente, no son películas comerciales, que se puedan ver comiendo unas palomitas y bebiendo una cola, es otro concepto de película y lo entiendo, pero el recorrido está siendo precioso, sobretodo porque es intenso, estamos muy pegados a la película, y la mayor parte de los sitios en los que demandan nuestra presencia para hablar, para mantener un coloquio con las personas que lo han visto, para hacer esto que antes en España se llevaba tanto, una especie de cine fórum posterior, y resulta muy interesante la cantidad de cosas que surgen, la cantidad de edades diferentes que se interesan por estos temas.

El otro día me sorprendió muchísimo en León, donde había alumnos de bachiller y que estaban interesados y hablaban con un rigor y un criterio estupendo acerca de la memoria, de la necesidad de recordar, de recuperar lo que hemos sido y de donde venimos, entonces aparte de haberlo hecho interesante, el hecho de estar viviendo en este recorrido por sitios muy concretos, festivales, universidades, sindicatos, casas de cultura, centros de enseñanza media, universidades, y vamos y charlamos con los estudiantes, y es muy interesante, muy reconfortante ver que este tipo de cosas interesan.

Está siendo recibido muy bien, y está dando lugar a muchos comentarios, supongo y espero, que también despierte interés por el Sahara, por acercarse a esta realidad, que también es el fin de esta película, y creo que, afortunadamente, lo vamos cumpliendo poco a poco, como una hormiguita, pasito a pasito.

Se el primero en comentar

Dejar un Comentario

Tu dirección de correo no será publicada.




 

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.