Remedios Malvárez: “Nosotros nos planteamos Pico Reja no solo como algo que pasó, sino como algo que está sucediendo todavía”

Entrevistamos a Remedios Malvárez, directora, productora y guionista. Co-autora del documental “Pico Reja. La verdad que la tierra esconde”.

Por Angelo Nero

Remedios Malvárez (Huelva, 1968) ejerce como fotógrafa desde 1989, participando en numerosas publicaciones y realizando varias exposiciones. Galardonada con el Premio Clara Campoamor 2016, Premio Luchadoras 2018 (UGT Andalucía) y el Premio Ciudad de Baena 2018 por su implicación y compromiso en la defensa de los derechos sobre la igualdad. Dentro del mundo audiovisual hay que destacar sus trabajos “Alalá” (2016) y “Menese” (2019), por los que también ha sido premiada con el premio Asfaan 2016 de la asociación de festivales audiovisuales de Andalucía por su aportación al nuevo documental andaluz, o el premio RTVA a la mejor cineasta andaluza. En 2019 es elegida como miembro de la Academia de Cine y de las Artes Audiovisuales de España, de Asecan y de la Academia de Cine de Andalucía. Remedios Malvárez dirige, junto con Arturo Andujar, el documental “Pico Reja. La verdad que la tierra esconde”.

La tierra rompe el silencio, muestra la herida, una fosa abierta en la que aflora la memoria, y emergen las voces de las víctimas. Ellas no tienen boca, pero hablan a través de los que nunca dejaron de buscarlos, inmunes al desaliento, durante las décadas en las que ese silencio ahora roto era la doctrina oficial. Remedios Malvárez, una cineasta onubense, se acerca a esa herida en la tierra y la escucha, recoge el dolor que envuelve los testimonios de la barbarie, y, con infinita ternura, los convierte también en imágenes, para que no volvamos a olvidar.

Solo en Andalucía, la represión franquista ejecutó a más de 45.000 personas, más que las dictaduras chilena y argentinas juntas, y hay documentadas más de 700 fosas comunes. Solo en el área de Sevilla había diez campos de concentración. ¿Se puede afirmar que Andalucía fue una de las regiones más castigadas por la represión franquista? ¿Conoce la sociedad andaluza la magnitud de los crímenes cometidos durante la guerra civil y la dictadura?

En Andalucía hay un tercio de las víctimas que tuvo el franquismo, estamos hablando de un número muy grande, a pesar de que una parte de Andalucía no fue zona de conflicto directamente. En Huelva, Sevilla, una parte de Córdoba y Cádiz, no hubo prácticamente guerra, fue una agresión directa y comenzó la represión a la población civil, las fosas están llenas de civiles. Si, fue una de las zonas más castigadas. Lo dicen los números.

Con respecto al conocimiento de la población andaluza, yo creo que en la población española, en general, no solo en la andaluza, ese desconocimiento se ha ido heredando, ese ocultamiento de los hechos, se ha enseñado conscientemente, y se ha tergiversado la historia. La población andaluza no es consciente, ni la sevillana, ni la española, de la tragedia del franquismo y de la represión, ni de las víctimas, ni de la situación que vivimos, que nos convirtió en uno de los países con más represaliados en fosas de toda Europa.

¿Cómo surge el proyecto de “Pico Reja, la verdad que la tierra esconde”, y que os vais encontrando conforme avanzáis en el desarrollo del documental?

Antes de empezar todo este trabajo, yo no tenía ni idea, no era consciente de que en mi ciudad pasó lo que pasó, ni siquiera que hubiera fosas comunes, y eso en la democracia ya. Nadie me contó esto, ni lo estudié, y por cuestión de trabajo, recibí un encargo del ayuntamiento de Sevilla, de hacer una pieza documental sobre la represión franquista en los empleados municipales, y otra pieza sobre la corporación del 36, y ahí me enteré de lo que sucedió. Coincidió con que se aprobaron las primeras catas para poder abrir la fosa. Yo me había quedado un poco pillada con el tema, y a partir de aquí surge un proceso de investigación, y decidimos contarlo en forma de película. Aún así no éramos conscientes do todo lo que nos íbamos a encontrar.

Cuando iniciamos este proyecto no sabíamos nada de los campos de concentración. No sabíamos que el número de represaliados era mucho mayor que el que conocíamos, no sabíamos nada de esa represión específica hacia las mujeres. Fueron horrores tras horrores los que fuimos encontrando en el camino, y testimonios orales, que atestiguaban este tipo de cosas, y documentación que también la atestiguaban.

Quizás lo que más me sorprendió es verlo de manera fehaciente en los Nodos. Cuando haces un trabajo de investigación de este tipo, y te encuentras discurso como los de Queipo de Llano, te das cuenta de que todo es verdad, era una realidad que superaba con creces a la ficción.

Un documental de estas características exige un proceso de documentación previa minucioso, tanto en archivos militares como en fuentes orales, además de contar con un buen equipo de historiadores. ¿Cómo fue ese trabajo de preproducción y cuanto tiempo empleasteis en sentar unas bases para comenzar a rodar?

Fue un año, o año y medio, teniendo en cuenta que nos pilló, en parte, en pandemia. Ya teníamos un trabajo de información por los trabajos que habíamos hecho para el ayuntamiento de Sevilla, pero en este caso también trabajamos con una persona que es documentalista, que es la que nos puso en contacto con la mayoría de los historiadores que aparecen en el staff de la película, aunque no aparezcan físicamente, pero si se muestra su trabajo. Entonces fue un camino ya andado. Nos facilitaron documentación, nos señalaron por donde tirar, nos dieron información, y gracias a la persona que hizo el trabajo de documentalista y de enlace con los historiadores, porque la documentación no es fácil, no es demasiado asequible, y por eso contamos con ellos, que tenían ya ese trabajo andado. Después nosotros tuvimos que organizar toda esa documentación e información, y trabajar mucho con los Nodos, porque allí había también mucha información audiovisual, muy valiosa, y había que analizarla con lupa.

La columna vertebral del film son los testimonios de los familiares de las víctimas, que se te clavan como anzuelos en el corazón, especialmente porque sus voces resuenan en los escenarios del terror. ¿De dónde surgió la idea de filmar estas entrevistas en los lugares donde habita el eco de la víctimas? Y ¿Cuál fue la reacción de esos familiares, que, en algunos casos, era la primera vez que rompían el silencio delante de una cámara?

El ubicar a los familiares de las víctimas en unos enclaves adecuados era parte también de la producción. Poner, por ejemplo, a una nieta de un represaliado a leer las cartas que su abuelo mandó desde esa misma cárcel es algo buscado, ninguna localización es por azar, está todo medido. La reacción de los familiares creo que para muchos de ellos ha sido una catarsis, un desahogo, un poder contar cosas que antes no las habían contado. Estas entrevistas se producen después de tener varios encuentros, después de varios cafés y varios momentos de intimar con ellos. No era la primera vez que nos reuníamos con ellos, evidentemente. Pero creo que para ellos, en el fondo, era reconfortante.

Aparte, no queríamos caer en el ejercicio de llegar a emocionar al espectador con el dolor ajeno. Tratamos de trabajar estas entrevistas desde esa distancia que de da el pedir información, sin que te implique todo lo posible, para emocionar al espectador de otra manera, no con el recurso fácil del dolor de la víctima. Queríamos que estas entrevistas estuvieran hechas desde fuera del dolor, no sé si lo hemos conseguido, pero lo intentamos.

Queipo de Llano, uno de los ejecutores del genocidio en Andalucía, está enterrado con honores en la basílica de la Macarena, mientras Blas Infante, padre de la patria andaluza, sigue tirado en una fosa común. ¿Qué ha pasado para que, después de cuarenta años de democracia, todavía no se haya revertido esta situación?

Lo que ha pasado es que no había una ley que tomara la decisión, que aplicara una normativa para tomar estas medidas. Afortunadamente la Ley de Memoria Democrática, aprobada hace unos días, te obliga a la reparación, y te obliga a que no haya personas en sitios como está ahora mismo Queipo de Llano. Ahora mismo ha salido la noticia de la petición del gobierno español (a través de la Secretaría de Estado de Memoria Democrática) a la Hermandad de la Macarena que saquen sus huesos de la basílica. Todo esto era producto del miedo, nadie se atrevía, a lo largo de los años, a tocar estas cosas, teníamos ese miedo todavía instalado en el ADN, y hacía falta una ley que te facultara y que te apoyara para hacer esto. Aquí, por mucho que se había luchado, no se estaba facultado para hacerlo, ni una obra como la de Pico Reja, ni poder afrontar la exhumación de un cadáver. En este caso es crucial que leyes como la recién aprobada pueda resarcir todo este tipo de daños morales, y de limpiar de imágenes y símbolos franquistas este país.

Además de la dolorosa belleza con la que habéis captado estos testimonios, a lo largo de la película habéis mostrando la composición de una canción, que se va abriendo paso como un rayo de sol en un cielo de tormenta, con las voces de Rocío Márquez y Antonio Manuel. ¿Realmente esa “Nana a medias” tuvo un proceso de creación tan mágico como el que vemos en la película?

Si. Fue tan mágico como lo vemos en la película, y me encanta lo de un rayo de luz en un cielo de tormenta, porque, si te das cuenta, en toda la película Sevilla es gris, hasta que aparecen ellos, en primavera. Ese proceso de creación fue así, se rodó, indudablemente, después de que se hubiera creado, pero el proceso de creación fue con reuniones continuas con ellos, ellos eran conscientes de lo que íbamos rodando, le contábamos lo que íbamos haciendo, y en todas esas reuniones y entrevistas iban traduciendo la película a poesía. Ese hilo de luz, como tu bien has dicho, es la misma película contada desde otro lenguaje, como es el lenguaje universal de la música, y es el arte de la poesía, de la magia de esa letra.

Queríamos que fueran dos personas absolutamente ajenas a las víctimas, queríamos que esta historia se contara desde otra perspectiva, como es el arte, y queríamos mostrarle al espectador otra manera de contar y generar ese halo de esperanza. Y el resultado ha sido esa “Nana a medias” que nos sorprendió hasta a nosotros mismos porque era mucho más de lo que nos podíamos haber imaginado. La letra de Antonio Manuel me parece magnífica, y la voz de Rocío es sublime. Sin palabras.

En el documental también aflora la historia de la Columna Minera de Huelva, otra de tantas que conviene rescatar del olvido, de la que, al menos 30, están enterrados en la fosa de Pico Reja. Háblanos un poco de este capítulo de la historia andaluza, que ha permanecido oculta, prácticamente, hasta ahora, para la mayor parte de la ciudadanía.

Curiosamente, como bien dices, esta columna minera que llegó desde Huelva, y sufrieron una emboscada en La Pañoleta, en la entrada de Sevilla, donde les estaban esperando, y los aniquilaron a todos, es una de las muchas historias desconocidas, y han sido los primeros identificados en la fosa de Pico Reja. Los 30 cuerpos aparecieron de una manera muy concreta, un grupo que se enterró el mismo día, y los arqueólogos decidieron tomar la iniciativa de hacerles unas pruebas óseas sobre minerales, y todos contenían los minerales de la mina, con lo cual se pudo determinar que era ese grupo de la columna minera, y se pudo certificar que estaban ahí. Y ya han sido entregados a los ayuntamientos de donde procedían.

¿Cuál es el recorrido que ha tenido, tanto en salas como en festivales, el documental, y dónde podemos encontrarlo? Por otra parte, ¿Cuál ha sido su acogida entre la crítica y el público?

La película ha tenido un recorrido en festivales bastante importante. Se estrenó, como no podía ser de otra manera, en el Festival de Cine Europeo de Sevilla, en un sitio absolutamente emblemático para la ciudad, en La Ranilla, y las 750 entradas se vendieron en dos horas. Además, en ese festival tuvimos la Mención de Honor del Jurado. También ganamos en el Festival Iberoamericano de Huelva, con el Premio a la Mejor Producción Andaluza. Ganamos en Valencia, en el Festival de Cine Social. En Casares, Málaga, en el Festival Nuevo Cine Andaluz, tuvimos el Premio a Mejor Documental Andaluz. En Europa se estrenó en Munich, en el DOK.fest. En Francia se acaba de estrenar en el Festival de Cine de Marsella. Y en Hispanoamérica, estuvimos en Guayaquil, en Ecuador, también en México, en Argentina, en un festival muy importante. Ahora estamos pendientes de los grandes premios nacionales, ya que estamos nominados al Goya en la categoría de Mejor Documental.

Pero lo más importante es como lo percibe la gente en la sala, esa mirada que te queda de la gente es para mi el mayor premio. Ese reconocimiento que la gente te hace cuando salen de la película y ves que le ha llegado, creo que es la mayor de las satisfacciones para alguien cuando cree en algo. Entonces, más allá de haber hecho algo que pensamos que era necesario, el ver como le llega al público es lo mejor.

La película empezará a verse en abierto, con Canal Sur, a partir del año que viene, y esperamos antes del final de año poder tener una plataforma de máxima visibilidad. Y todavía quedan algunos festivales por ver. La próxima vez que se va a ver la película va a ser en Málaga, en el teatro Cervantes, el día 5 de noviembre.

En los últimos años, tras el éxito de “El silencio de otros”, estamos asistiendo a un resurgimiento del cine documental en clave de Memoria, con títulos tan brillantes como “Un viaje hacia nosotros” o “Gurs: Historia y Memoria”. ¿Crees que estamos en un momentos de especial sensibilización en torno a la represión franquista?

Yo creo que estamos en un momento, sobretodo, de perder el miedo, y de quitarnos complejos. Cuando conozco esta historia, me parte por la mitad, y me rompe los esquemas. Ahora hay una tercera generación, libre de prejuicios, que desde un ejercicio de madurez democrática, vamos pidiendo lo que nos parece justo, y el cine es un vehículo más de comunicación, y de poner en valor todos estos temas. El documental retrata el silencio social en cada momento, y en nuestro país romperlo es muy necesario, y todas las circunstancias que nos rodean son ahora favorables, el movimiento memorialista, la ley de Memoria, las aperturas de fosas, la difusión en los medios de comunicación. Ha llegado la hora de decir: a partir de ahora vamos, de una vez, a cerrar las heridas, y a acabar con una serie de iras, de rescoldos, que no ayudan a avanzar desde la madurez democrática. Porque la memoria no se puede olvidar, es el patrimonio para avanzar, y que las cosas no se repitan.

Andalucía aprobó su propia Ley de Memoria Democrática en 2017, y a pesar de que VOX haya intentado sustituirla por una “Ley de concordia”, se ha mantenido vigente, aunque muchas asociaciones memorialistas han denunciado que se le ha vaciado de presupuesto, con lo que muchas de sus políticas no podrán ser llevadas a efecto. ¿En que situación se encuentra el desarrollo de la Ley, desde la llegada a la presidencia de la Junta del PP?

Curiosamente la llegada a la Junta de Andalucía del Partido Popular coincide con una pandemia, y ahí, los presupuestos que no estaban ya dotados, como el tema de la Memoria, se paralizaron, aún así la Ley sigue vigente. El problemas de estas leyes, que necesitan de una dotación presupuestaria, es que pasa como con la Ley de 2017 española, cuando llegó el gobierno del PP, la dejaron sin presupuesto, con lo que se han ejecutado con respecto a Pico Reja, estaban ya dotadas, y ahora mismo desconozco que otras obras están pendientes de presupuestos.

Por último, nos gustaría saber algo más del equipo técnico del documental. Sabemos que la codiriges con Arturo Andújar, pero también que hay mucha más gente detrás.

Esta película ha sido larga, complicada y, sobretodo, compleja, primero porque no éramos expertos en la materia, y tuvimos que ir aprendiendo sobre la marcha, y todo el equipo ha ido participando de una manera muy activa, porque necesitábamos de la complicidad de mucha gente. Ha sido un trabajo en el que, como he dicho muchas veces, nadie ha salido igual, porque era imposible que, a nivel humano, no te afectara. Pero creo que era un dolor necesario, para entender las cosas que queríamos contar. Como cineasta, pero, sobretodo, como madre, quiero una sociedad libre de todo este tipo de terrores y libre también para afrontar un futuro sin esta pasado que nos acecha políticamente tan cerca.

Y ha sido un trabajo complicado no solo por el tema, sino también porque lo afrontamos, en parte, en pandemia, con lo cual tuvimos limitaciones en el rodaje, en los desplazamientos y en las grabaciones, que fueron complicadas, y en el que hemos tenido que implicar a mucha gente.

También tengo que destacar el trabajo, codo con codo, con mi socio, Arturo Andújar, mi compañero de productora. El trabajo de fotografía que ha hecho Luis Castilla, que ha cuidado muchísimo la imagen, la luz, que Sevilla sea gris, ha cuidado todos estos aspectos. En trabajo de sonido de Coco Gollonet también ha sido muy importante, en la parte en la que la tierra habla, con los movimientos de tierra, el picar, excavar, limpiar los huesos, fue todo muy minucioso. Y el trabajo de Juan Miguel Baquero, escritor y documentalista, que nos ha ayudado y facilitado encontrar todo lo que para nosotros era algo desconocido. Ese es un poco el pilar del trabajo de este equipo.

Más allá del resultado, como te decía, es la sensación del trabajo realizado, y de sentirte en paz, que ha sido grande. No se que saldrá de aquí, no sé donde llegaremos, pero nos quedamos muy tranquilos, de poder haber aportado algo a todo esto, una gota de esperanza en este tema, es suficiente.

Por nuestra parte, solo nos queda felicitaros por vuestro trabajo. Para los que llevamos muchos años en el tema de la Memoria Antifascista, es reconfortante encontrar documentos como este que te lleguen al corazón, que te emocionen. “Pico Reja” es, a nuestro entender, una película imprescindible para entender no solo lo que pasó en Andalucía, sino lo que pasó en todo el estado español, porque su territorio está plagado de fosas.

Y sobretodo para entender lo que está pasando. Nosotros nos planteamos esta película no solo como algo que pasó, sino como algo que está sucediendo todavía. A mi, personalmente, las voces que desde el parlamento se atreven a decir barbaridades tremendas sobre todo esto me preocupan. Me preocupan esos grupos que tienen esa vinculación con el fascismo, y eso la gente, de alguna manera, tiene que saberlo. Hay que saber de donde venimos, para saber a donde podemos ir.

Muchísimas gracias por tu tiempo y tu trabajo.

A ti, por tus palabras, por tu interés, y me alegro de haberte emocionado, porque, de alguna manera es lo que queríamos. Y ojalá esta película se pueda ver en institutos, en centros escolares, con chavales jóvenes, porque es el público que tiene que saber que pasó. La primera vez que se proyectó esta película para un público joven, fue en un festival que decidieron hacer una proyección para universitarios y estudiantes de secundaria, y se plantaron en la sala 200 chavales, entre 16 a 20 años, o más, y yo pensé: esta es mi prueba de fuego. Y se quedaron pasmados, cuando terminó la proyección dije: ¿alguna pregunta?, y me levantaron la mano 20 o 30, y todos me decían ¿pero todo esto es verdad?. El nivel de incredulidad y de sorpresa era tan grande que pensé: a este público es al que le tengo que llevar esta película.

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