Elecciones presidenciales en Chile: el futuro y su reverso

Este domingo se darán los comicios en un ambiente altamente polarizado pero con el fantasma recurrente de la abstención.

Auxiliadora Honorato

Decía Gramsci que las crisis se producen cuando lo viejo no acaba de morir y lo nuevo no acaba de nacer. Si hay una frase que defina la situación del Chile actual es precisamente esa.

Efectivamente. El Chile de hoy es el Chile resultado de dos años de intensísimas movilizaciones sociales que forzaron la apertura de un proceso constituyente; el de un pueblo que forzó lo impensable, hasta tres retiros de las AFP (los fondos de pensiones privados); el Chile en el que se sorteó el veto que el oficialismo, mayoritario en el Parlamento, quiso otorgarse como una suerte de candado en el proceso constituyente; el Chile que redimió el maltrato sistémico y sistemático a los pueblos originarios con una presidencia de la Convención Constitucional mujer y mapuche. Pero es en ese mismo Chile que alumbra un nuevo país en el que, en medio de una campaña presidencial agresiva y polarizada, aparece de nuevo en estos días el fantasma que recuerda el pasado, el del Chile antidemocrático, pinochetista, neofascista.

El 21 de noviembre se elegirá al nuevo Presidente o Presidenta de Chile. De no obtener ninguna candidatura a la presidencia la mayoría absoluta de los votos válidamente emitidos, el domingo 19 de diciembre se celebrará la segunda vuelta de las presidenciales. El 21 de noviembre se eligen también los nuevos miembros de la Cámara del Congreso y del Senado, así como a Consejeros/as regionales.

Las candidaturas inscritas para la carrera presidencial son las siguientes:

  • José Antonio Kast (Republicanos)
  • Sebastián Sichel (Chile Podemos Más, antes Chile Vamos)
  • Franco Parisi (Partido de la Gente)
  • Yasna Provoste (Democracia Cristiana, por Nuevo Pacto Social)
  • Marco Enríquez-Ominami (PRO-Partido Progresista)
  • Gabriel Boric (Frente Amplio, por el pacto Apruebo Dignidad)
  • Eduardo Artés (Unión Patriótica)

Gabriel Boric y Sebastián Sichel partían como favoritos, (se situaban en torno al 22-25 % y el 19-17 % respectivamente) ambos vencieron en las dos únicas primarias que se celebraron el 18 de julio. Sichel fue el candidato electo en las primarias de la derecha (Chile Vamos) y Boric en las de la izquierda (Partido Comunista de Chile y Frente Amplio). En ese momento, ambos resultados supusieron una sorpresa, ya que ninguno de los dos se ubicaba como favorito en las encuestas.

El tercer puesto lo disputan, por un lado, Yasna Provoste (9-10 %), ganadora de la consulta que el entorno de la exconcertación celebró en agosto, representando el ala moderada de la Democracia Cristiana, y, por otro lado, José Antonio Kast (9-11 %), abogado ultraconservador y pinochetista. Todo hacía pensar que Yasna podría consolidar esta tercera posición, e incluso despegar, ya que J.A. Kast, era el candidato con mayor nivel de rechazo, un 28,7 %.

Con pocas opciones partían Franco Parisi (6 %), líder de centro-derecha, quien pretendía hacer la campaña a distancia, desde EEUU, donde vive; Marco Enríquez-Ominami, (5 %) candidato del Partido Progresista, quien sufrió un severo lawfare en los últimos años y estuvo a punto de no poder inscribir su candidatura y por último, Eduardo Artés (1 %) líder de izquierda maoísta, tres veces antes candidato a la Presidencia, autodefinido “marxista-leninista”.

A 22 de septiembre, y según Plaza Pública-CADEM, un 33 % creía que sería G. Boric el próximo presidente de Chile, seguido por S. Sichel, con 24 % y Y. Provoste con 19 %.

No obstante este retrato de inicio de campaña ha sufrido severos cambios en las últimas semanas. Veámoslas:

 

Desmoronamiento de Sebastián Sichel y subida de José Antonio Kast

Sin duda la figura que más ha sufrido en la campaña ha sido la suya. Su imagen se vio afectada por varios escándalos:

  • El retiro de las AFP: erigiéndose en vocero de la oposición a los mismos, hizo uso de ellos en las tres ocasiones una vez aprobados.
  • El escándalo de la financiación ilegal de su campaña por parte de empresas pesqueras cuando fue candidato a Diputado por la Democracia Cristiana.
  • Informaciones que aseguran había sido lobbista del sector del gas (él lo había negado airosamente en un debate ante Yasna Provoste).

La multiplicación de ataques podría hacer pensar en un posible interés por parte de las propias filas de la derecha por hacerlo caer, al verlo como un candidato débil y fuera del núcleo duro de la derecha chilena.

Como consecuencia, la imagen de S. Sichel está bastante desgastada, su expectativa de voto en las últimas encuestas publicadas se sitúa en torno al 7-9 % (Plaza Pública).

La candidatura que resultó más beneficiada de esta caída de S. Sichel ha sido la defendida por J.A. Kast; se trata de una candidatura extremadamente confrontativa, con un perfil duro de extrema derecha, ultraconservador, negacionista del cambio climático, y que ha sacado partido de varios conflictos, muy especialmente con discursos antidemocráticos ante la problemática de las personas migrantes. J.A. Kast ha confrontado con todos los candidatos y ha protagonizado varias polémicas con ellos. Esto le ha permitido ampliar su grado de conocimiento de forma exponencial.

Por su parte, monopolizado el discurso ultra por parte de Kast, S. Sichel ha intentado romper las filas de la derecha tratando de levantar una bandera en pro de la conformación de una opción para la derecha democrática. No obstante esta apuesta parece no termina de agarrar en Chile.

Kast ha trabajado por sumar apoyos que le rebajaran su nivel de rechazo, como el aval a su programa de salud, que logró del colegio de médicos.

Hay algunas encuestas que sitúan actualmente a Kast por encima incluso de G. Boric, concretamente Plaza Pública-Cadem, o Pulso Ciudadano-ACTIVA, que sitúan a Kast en el 25 % o 21,7 % y a Boric en el 19 %, o el 17,7 % respectivamente, inclusive en la primera encuesta, sitúan a Kast como ganador en una segunda vuelta (44 % frente a 40 %).

En las previsiones de CRITERIA del mes de octubre y de DATA INFLUYE, Kast no se impone pero nos deja estos datos: G. Boric con un 25 % (sin mostrar grandes variaciones en las últimas cuatro mediciones de CRTERIA) y un 32 % para la segunda encuestadora (con un incremento de 6 puntos); J. A. Kast empataría para CRITERIA con un 25 % (8 puntos más que en septiembre y 17 puntos más que en la medición de agosto), y para DATA 27 % con un incremento de 10 puntos.

Parece que todas las encuestas coinciden en algo, la percepción de que Kast ha hecho una buena campaña (un 33 % según DATA INFLUYE, 10 puntos por encima del siguiente candidato, Boric) y el ascenso de Kast, que absorbe mucho voto de Sichel, con la consecuente caída de éste a una posición residual, lo que en cierta manera convierte a esta cita electoral en algo más parecido a una segunda vuelta, ya que las posiciones parecen estar muy polarizadas: con un solo candidato del espectro de la izquierda con posibilidades de disputar la elección, la derecha pretende aunar sus pretensiones en torno al candidato más polémico, y a su vez más inconfundible.

 

¿Balotaje en la primera votación? Gabriel Boric vs. José Antonio Kast

La pregunta no obstante es ¿es capaz G. Boric de aglutinar todo el voto de la izquierda en torno a él?, ¿y Kast el voto de la derecha? ¿de cuánto voto hablamos?

Las expectativas de G. Boric grosso modo se han podido mantener desde el principio dentro de cierta franja, relativamente estables; siendo el candidato de la coalición Apruebo Dignidad (Frente Amplio, Partido Comunista de Chile, Federación Regionalista Verde, principalmente) desde los inicios de la campaña ha intentado ampliar su espectro de voto con los votos del Partido Socialista, de hecho, algunos dirigentes socialistas como Maya Fernández, Diputada del PS, pedía públicamente el voto para el candidato frenteamplista, y en general las bases del Partido Socialista apoyan su candidatura. Tampoco hemos de ignorar las sinergias del Frente Amplio en el seno de la Convención Constitucional, junto con el PS y los Independientes por una Nueva Constitución, cercanos también al PS.

De otro lado podemos destacar algunos reveses en la campaña: el haber contraído el COVID-19 a tan solo escasas semanas de la votación, lo que implicó una miríada de cuarentenas y un intento por parte de algún medio de imputar al candidato actuaciones imprudentes en relación a la gestión de la enfermedad; por otro lado, un error numérico en una entrevista, que podía haber sido algo anecdótico, pero que fue objeto de severas reacciones; finalmente en los últimos días, la salida a la luz de una supuesta acusación de acoso sexual en 2012, durante su época de dirigente estudiantil, lo que ha sido quizás el mayor quebradero de cabeza para el candidato.

En cualquier caso, como decíamos antes, G, Boric parece haber aguantado bien la campaña. El mayor reto para el frenteamplista, no deriva de haber o no mantenido su imagen en campaña, sino de poder o no movilizar el voto, y enganchar con los chilenos y chilenas que ansían un cambio.

La encuesta de CEP Nº 85 del 15 de septiembre, ante la pregunta “¿Quién le gustaría a Ud. que fuera la o el próximo presidente de Chile?”, revela que un 50 % no sabe/no contesta, (13 % Boric, un 11 % Sichel y un 3% Kast). Ante la pregunta “¿Quién cree Ud. que será la o el próximo presidente de Chile?”, un 38 % no lo tiene claro (25 % Boric, 18 % Sichel y un 10 % Provoste).

Esta cifra del 50 % sin candidato presidencial es preocupante, y podría reflejar una desvinculación con la elección presidencial, que puede contrastar quizás con otros resultados, por ejemplo, en la encuesta de DATA INFLUYE, un 76 % de la población se encuentra interesado o muy interesado en el desarrollo de la Convención Constitucional.

Si nos fijamos en la encuesta de CELAG de marzo de 2021, había un 67,4 % de la población que se identificaba con la necesidad de cambio o mucho cambio en el país, lo que de alguna manera se reflejó en las elecciones de mayo, tan solo dos meses después, unas elecciones en las que los partidos tradicionales fueron los grandes perdedores, siendo la Lista del Pueblo, u otros independientes la gran sorpresa de las elecciones a la Convención Constitucional. Estos votantes no se encuentran en principio representados en las candidaturas presidenciales ahora en liza, y la pregunta es hasta qué punto van a acudir a votar, y hasta qué punto lo harían por G. Boric.

En este sentido, la encuesta de DATA INFLUYE, pone de manifiesto, cómo preguntados por con cuál de los referentes políticos se sienten representados, la primera opción con un 33 %, es que no se encuentra representado por nadie, si bien es cierto que la segunda opción es G. Boric con un 23 %, y la tercera bastante lejos J.A. Kast con un 15 % con una subida de 6 puntos.

El peligro de la abstención por lo tanto es real, y es una constante en Chile desde hace décadas; el porcentaje de votación más alto de las últimas citas está en las elecciones del plebiscito (octubre 2020), en las que votó un 50,81 %; las elecciones de mayo de 2021 registraron un 43,35 % de participación. Sin embargo, las elecciones de la segunda vuelta de gobernaciones y alcaldías en junio, se registraba una de las cifras más bajas de participación, un 19,6 %. Claramente, tanto en las elecciones del plebiscito como en las elecciones de mayo con alta participación, se registraron los mejores resultados para las opciones progresistas.

 

Por otro lado, ¿cuánto voto puede acumular Kast?

A. Kast no es un candidato cualquiera, representa todo el pasado pinochetista pero investido de las corrientes neoultras bolsonarista o trumpista. Con un discurso fácil, incendiario, negacionista de los derechos humanos, es el intento de ensayar en Chile una derecha radical antidemocrática despertando las ascuas de los añorantes de la dictadura y tratando de enganchar con el descontento popular.

Esta derecha radical chilena cuenta con un suelo del 21,73 % que fue el resultado del NO APRUEBO en el Plebiscito de octubre del 2020, y un techo, 44.01 %, el plebiscito del 88. Este es quizás el margen en el que moverse, y habrá que esperar al 21 para saber cuánto queda de ella, y lo que es más importante, si ha podido ampliar su base social con parte del descontento social, que hasta ahora no se había identificado con ella, como bien muestra el proceso constituyente.

Por otra parte, puede que la última semana le pase factura a la candidatura de J.A. Kast, especialmente tras el último debate presidencial, en el que cometió varios fallos, y desprendía incomodidad, enfado y falta de dominio, frente a él, S. Sichel parecía un candidato sensato y con vistas al futuro, con lo que puede que haya recuperado parte de su posición inicial. Está por ver.

En cualquier caso, hay tres cuestiones que han acontecido en estos dos meses de campaña y que podrían impactar en el voto:

 

Los Pandora Papers y la acusación constitucional a Sebastián Piñera.

El presidente aparecía a principios de octubre en los llamados “Pandora Papers”. Concretamente se desvelaba información sensible relacionada con la venta del proyecto minero Dominga al amigo personal del presidente, Carlos Alberto Délano en 2010.

El Proyecto Minero Dominga contaba inicialmente con la participación del empresario Carlos Alberto Délano, amigo personal de Sebastián Piñera con una participación de un 22,73 %. Junto a Délano se encontraba la Familia Piñera con otro 33,33 %.

El 10 de diciembre de 2010, se cerraba en las Islas Vírgenes Británicas un acuerdo de compraventa por el cual, Carlos Alberto Délano compraba la participación de los socios, por un total de US$ 150 millones; a la familia Piñera-Morel se le adjudicaba por medio de esa operación US$ 21.683 millones.

El suscriptor del documento, mandatado para realizar las gestiones que habilitarían el traspaso de propiedad de la familia Piñera a la familia Délano mientras Sebastián Piñera se encontraba en ejercicio, omitió dejar constancia en el documento (pese a estar obligado a ello) que se trataba de los hijos del presidente de la República de Chile.

Si bien, la revelación más escandalosa está relacionada con la cláusula relativa al último pago: dentro del contrato se acordó un último pago de US$ 10 millones a la empresa de la familia Piñera, condicionado a un hecho puntual, esto es, que el lugar donde se instalaría Dominga no fuera declarado una zona de exclusión, un parque nacional o reserva natural, impidiendo de forma insubsanable el desarrollo de la actividad minera o la instalación de un puerto a 50 kilómetros de las concesiones mineras.

Las declaraciones de parque o reserva nacional se realizan mediante decreto supremo del Presidente de la República. Por lo tanto, el beneficio privado de la familia Piñera-Morel estaba sometido a la directa decisión pública de Sebastián Piñera como presidente. Este decreto nunca se aprobó y el pago se hizo efectivo.

Estas revelaciones trajeron como consecuencia la apertura de oficio por parte el Fiscal Nacional Jorge Abbott, de una investigación contra el presidente Sebastián Piñera, así como la interposición de la acusación constitucional, con base en el artículo 52.2.a) de la Constitución de la República de Chile.

Esta acusación debía aprobarse primero en el Congreso por mayoría absoluta y en el Senado con posterioridad por mayoría de dos tercios. La derecha en el Congreso intentó hacer fracasar la acusación hasta el último momento, ya que había diputados en cuarentena cuyos votos eran imprescindibles, si bien, el resultado fue el contrario, ya que ofreció al diputado opositor Jaime Naranjo, la posibilidad de protagonizar una hazaña épica, interviniendo por más de 14 horas ininterrumpidas para agotar las horas de cuarentena que restaban para que el diputado afectado pudiera acudir a la votación.

No obstante, como se preveía, al llegar a la votación en el Senado fue rechazada, ya que, aunque se intentó acelerar la presentación de la acusación para que la votación final se efectuase a días de la elección presidencial con la intención de que diputados y senadores de la derecha se viesen forzados a dar la espalda a Piñera, finalmente cerraron filas en torno a sus posiciones y es dudoso que pueda pasarles factura electoral a las candidaturas de la derecha.

El cuarto retiro y estado de emergencia

Desde el inicio, la tramitación del cuarto retiro de las AFP ha sido un hierro candente para muchos candidatos, una vez aprobado en el Congreso, en el Senado se rechazó esta iniciativa, y aunque deberá tratarse ahora en una comisión mixta Congreso-Senado, esto puede significar su dilatación ad infinitum, o su trasformación sustancial.

A la candidatura que más va a poder afectar este rechazo es a Y. Provoste, ya que ella trató de alinear hasta el último momento a sus filas para tratar de aprobar este cuarto retiro. Al no conseguirlo demuestra la debilidad de la candidata, y de alguna manera aparece como la responsable del fracaso de la iniciativa.

Algo parecido sucedió con la prórroga del estado de emergencia en Walmapu y en Bio Bio decretada por el Presidente a mediados de octubre y que necesitaba la aprobación del Congreso para poder continuar quince días más, con los militares a cargo de la seguridad pública; Y. Provoste intentó impedir la votación a favor de ésta, pero no pudo mantener la disciplina de voto entre los suyos, y la prórroga se aprobó

Aniversario del Estallido

La ciudadanía ha podido recuperar la calle, y tras más de un año de pandemia, se pudo celebrar el aniversario del estallido social el 18 de octubre. El pueblo se echó con ganas a la calle a celebrar y continuar con sus reivindicaciones, si bien, el oficialismo y la derecha trataron de centrar sus discursos en la vinculación de los manifestantes con actitudes violentas.

Todo esto en el marco de la tramitación de la Ley de indulto de los presos políticos del estallido social, que llevan dos años en prisión provisional. Esta tramitación no ha estado exenta de trabas para evitar su aprobación tan demandada por los movimientos sociales, y continúa dilatándose en el tiempo. Esta es una de las cuestiones que podrían influir en la desafección y en la desmovilización del voto para el domingo 21, y que claramente beneficiaría a la derecha.

Conclusiones finales

En el Chile actual, nada está cerrado ni puede darse por sentado, lo hemos dicho en varias ocasiones, pero ahora, a pocos días del 21N, esto es más cierto que nunca. Las diferentes encuestas que se han aventurado a hacer predicciones en las últimas elecciones han fallado masivamente. No se preveía la configuración de la actual Convención Constitucional, con la pérdida del tercio de veto a la derecha, o el increíble resultado de listas nuevas y candidaturas independientes; tampoco acertaron en las candidaturas ganadoras en las primarias de julio, y tampoco el asombroso resultado del plebiscito de octubre del año pasado.

Con el nivel de indecisión que existía al inicio de la campaña, y que revelaba la ya mencionada encuesta CEP, el campo de posibilidades está muy abierto.

Lo que sí podemos es poner en acento en algunos hechos incuestionables y que nos pueden dar pistas para el 21N:

  1. La encuesta de CELAG de marzo de 2021 parecía poner encima de la mesa la demanda de un cambio en los consensos del pueblo chileno, que de alguna manera se aferraba a idearios de mayor solidaridad y justicia social, como la universalidad de la sanidad, la apuesta por la sanidad pública, o el sistema público de pensiones, entre otras cuestiones.
  2. Esta consolidación de nuevos consensos se forja en torno a la construcción de un nuevo Chile, que cristaliza en un proceso constituyente en el que se transpira igualdad, plurinacionalidad, solidaridad y justicia. Este nuevo Chile se escribe cada día en el trabajo de la Convención. Un Chile que mira al futuro, y en el que se apuesta por superar las desigualdades y las discriminaciones.
  3. Cuando este nuevo Chile empieza a andar, se despiertan monstruos, los fantasmas de un Chile que no acaba de morir y al que se aferran unos pocos privilegiados del antiguo orden, y que han puesto en J.A. Kast todas las esperanzas para jugar a que cambie todo sin que nada cambie, y que cuentan con el peor suelo electoral de los últimos tiempos, el resultado del RECHAZO en el plebiscito del pasado otoño.
  4. El nuevo Chile solo parece contar con una candidatura que podría representarle, la de G. Boric, pero la duda mayor, es si esto es realmente así, o la población que salió en masa a votar en mayo de este año, o incluso en el plebiscito, se sienten vinculados a la figura de Gabriel Boric, o, por el contrario, ven esta campaña excesivamente antigua, institucional, y se quedarán en sus casas.
  5. Por último, no hemos se olvidar que, si esto ocurre, y la abstención le hace el juego a la derecha, no solo podemos encontrarnos con un mal resultado para las candidaturas progresistas, sino podemos encontrarnos con un Congreso y un Senado que respondan a la vieja estructura, como ahora, y una Convención Constitucional que mira hacia el futuro, lo que pudiera ocasionar un choque épico y una fuerte ruptura de país.

Este domingo, Chile de nuevo cuenta con otra cita histórica, este domingo Chile decidirá si esos reflejos del ayer, esos monstruos del pasado, son capaces de imponerse en el presente, actualizando, camuflando su discurso, pudiendo ser de nuevo diques para los cambios, o si Chile continúa avanzando hacia el futuro, dejando para siempre el pasado atrás.

Celag

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