La ultraderecha nacionalista, xenófoba y euroescéptica del Partido Liberal de Austria (FPÖ), ha conseguido el primer lugar en las preferencias de los votantes austriacos.
Por Angelo Nero | 16/06/2024
Ya son la primera fuerza política en Italia, donde gobierna en coalición Georgia Meloni, y también en Francia, donde Marie Le Pen le ha quitado quince puntos de ventaja a la formación del presidente Macron y le ha forzado a convocar elecciones anticipadas, en Alemania también han superado a los socialdemócratas del canciller Scholz, se diría que un fantasma recorre Europa, y este fantasma es el fascismo, que también en Austria -la cuna de Adolf Hitler- ha ganado holgadamente las elecciones al Parlamento Europeo.
La ultraderecha nacionalista, xenófoba y euroescéptica del Partido Liberal de Austria (FPÖ), con la lista liderada por Harald Vilimsky, muy crítico con la política migratoria y con la agenda climática, con constantes guiños al nazismo, pero defensor a ultranza de Israel, ha conseguido el primer lugar en las preferencias de los votantes austriacos, con un 25,36 %, un meteórico ascenso si lo comparamos con las elecciones de 2019, cuando obtuvo un 17,2 % de porcentaje, lo que le permite duplicar su representación en Estrasburgo, pasando de 3 a 6 diputados. Una buena noticia para sus compañeros de camino en Europa, como Le Pen o Salvini, con los que comparte el grupo Identidad y Democracia.
Fundado en 1956, el primer presidente del FPÖ fue Anton Reinthaller, un antiguo miembro de las SS que había estado encarcelado entre 1950 y 1953 por actividades nacionalsocialistas, y en 1970 estuvo dirigido por Friedrich Peter, otro antiguo miembro de las SS, y nunca ha renegado de estos orígenes, aunque ahora centra su mensaje en el negacionismo climático, la retórica antivacunas y el rechazo a los inmigrantes.
En segunda posición ha quedado el Partido Popular Austríaco (ÖVP), del actual canciller Karl Nehammer, que sufren un importante retroceso, del 34,6 % al 24,5 % de votos, con la lista liderada por Reinhold Lopatka, y han pasado de 7 a 5 diputados en la Eurocámara, donde su grupo, el Partido Popular Europeo, sigue siendo el más numeroso, con 184 escaños de los 720 del nuevo hemiciclo. Estos malos resultados son un aviso para navegantes que el ejecutivo austriaco no puede ignorar, ya que a finales de septiembre de este año habrá elecciones legislativas, y los diez puntos que ha bajado el partido de gobierno les obliga a una remontada si quieren impedir que la ultraderecha se alce otra vez con la victoria. En el año 2000 los conservadores del ÖVP y la ultraderecha de FPÖ ya formaron un gobierno de coalición, causando un verdadero terremoto político en Europa.
A muy poca distancia está el Partido Socialdemócrata de Austria (SPÖ), con un 23,2 %, que solo ha descendido seis décimas respecto a las anteriores elecciones europeas, por lo que la lista de Andreas Schieder mantiene sus 5 diputados. Los Verdes austriacos (Grüne), liderado por Eva Glawischnig-Piesczek, y que apoyan al gobierno de Nehammer, aunque conservan sus dos diputados, bajan tres puntos, del 14,1 % al 11,1%. El último lugar lo ocupan La Nueva Austria y Foro Liberal (NEOS), suben del 8,4% al 10,1%, y doblan su representación, pasando de 1 a 2 diputados.
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