Durante mucho tiempo, Jenin ha sido vista como la capital de la resistencia y la militancia palestina: la última incursión hará poco para sacudir esa reputación

Condiciones del campamento

Jenin, una ciudad agrícola que se remonta a la antigüedad , ha sido durante mucho tiempo un centro de resistencia palestina. Durante la guerra árabe-israelí de 1948, los combatientes árabes hicieron retroceder con éxito los intentos israelíes de capturar la ciudad.

Al final de esa guerra, la ciudad se convirtió en refugio para algunos de los cientos de miles de refugiados palestinos que huyeron o fueron expulsados ​​de las tierras que pasaron a formar parte de Israel. Jenin, junto con el interior montañoso de Palestina conocido como Cisjordania, fue anexado por Jordania.

La Agencia de Obras Públicas y Socorro de la ONU estableció el campamento de Jenin en 1953, justo al oeste de la ciudad. Desde entonces, la agencia ha brindado servicios básicos a los residentes del campamento, incluidos alimentos, vivienda y educación.

Las condiciones del campamento siempre han sido difíciles. En los primeros años del campamento, los refugiados tenían que hacer largas filas para recibir raciones de alimentos, y durante décadas sus hacinados hogares carecían de electricidad o agua corriente .

El campo de Jenin pronto se convirtió en el más pobre y más densamente poblado de los 19 campos de refugiados de Cisjordania. Y dada su ubicación cerca de la » Línea Verde «, la línea del armisticio que sirve como frontera de facto de Israel, los residentes del campo que fueron expulsados ​​del norte de Palestina podían ver las casas y pueblos de los que fueron expulsados. Pero se les impidió volver a ellos.

El auge de la militancia

Desde 1967, Jenin, junto con el resto de Cisjordania, ha sido ocupada por el ejército israelí .

La ocupación israelí de Jenin agravó las dificultades de estos refugiados. Como palestinos apátridas, no podían regresar a casa. Pero bajo la ocupación israelí, tampoco podían vivir libremente en Jenin. Los grupos de derechos humanos han documentado durante mucho tiempo lo que se ha descrito como “ opresión sistemática ”, que incluye confiscaciones discriminatorias de tierras, desalojos forzosos y restricciones de viaje.

Al no ver otro camino a seguir, muchos de los jóvenes refugiados del campo recurrieron a la resistencia armada .

En la década de 1980, grupos como los Panteras Negras , afiliados a la organización nacionalista palestina Fatah, lanzaron ataques contra objetivos israelíes en un esfuerzo por poner fin a la ocupación y liberar lo que consideraban sus tierras. A lo largo de la primera intifada , un levantamiento palestino que duró de 1987 a 1993, el ejército israelí allanó el campamento de Jenin muchas veces, tratando de arrestar a miembros de grupos militantes. En el proceso, las fuerzas israelíes a veces también demolieron las casas de los familiares y arrestaron a los parientes . Tales actos de aparente castigo colectivo reforzaron la idea de muchos palestinos de que la ocupación israelí solo podía terminar por la fuerza.

El proceso de paz de Oslo de la década de 1990, que consistió en una serie de reuniones entre el gobierno israelí y representantes palestinos, llevó a algunos ex militantes a esperar que la ocupación pudiera terminar mediante negociaciones. Pero los residentes del campamento de Jenin permanecieron marginados en Cisjordania y aislados de Israel, viendo pocas mejoras en sus vidas, incluso después de la transferencia de poderes administrativos de Israel a la Autoridad Palestina en 1995.

Proyectos independientes como The Freedom Theatre brindaron algo de alivio a los niños refugiados del campamento, pero no fue suficiente para superar la pobreza extrema y la violencia que enfrentaban. Cuando estalló la segunda intifada en 2000, muchos de los adolescentes del campo se unieron a grupos militantes . Eso incluyó al cofundador de Freedom Theatre, Zakaria Zubeidi, quien se unió a la Brigada de Mártires de Al-Aqsa, afiliada a Fatah. Al igual que los jóvenes de la década de 1980, también llegaron a la conclusión de que solo la resistencia armada pondría fin a la ocupación.

¿Un ciclo de violencia?

En abril de 2002, el ejército israelí invadió el campo de Yenín, con la esperanza de acabar con estos grupos armados. Hubo feroces enfrentamientos entre soldados israelíes y jóvenes palestinos en el campamento, lo que solidificó la reputación de Yenín entre los palestinos como “ la capital de la resistencia ”.

La falta de avances en las conversaciones de paz desde entonces, la construcción ilegal de asentamientos por parte de Israel en tierras ocupadas y la inclusión de políticos israelíes de línea dura en el gobierno han exacerbado el resentimiento en el campamento. Las encuestas muestran que los palestinos apoyan cada vez más la resistencia armada .

Aparentemente alarmado por el aumento de la militancia y el almacenamiento de armas en el campamento, Israel intensificó drásticamente sus incursiones en el campamento en 2022. Fue durante una incursión de este tipo que la periodista estadounidense palestina Shireen Abu Akleh fue asesinada por un soldado israelí.

La última redada, como han señalado muchos periodistas , puede ser la operación más grande en el campamento en 20 años. Pero se basó en décadas de resistencia y desafío militante que, creo, solo aumentará con las últimas muertes y destrucción.