Austria: El KPÖ demuestra cómo ganar votos con una política de defensa de la clase trabajadora

El histórico resultado de los comunistas austriacos en las elecciones estatales de Salzburgo demuestra ante todo una cosa: la política de clases es apta para las masas, incluso en regiones supuestamente conservadoras.

Por Adam BaltnerSin Permiso

El domingo 23 de abril, el panorama político austriaco se vio sacudido por un auténtico terremoto. En las elecciones al parlamento del estado de Salzburgo, dominado por los populistas de derecha conservadora, el Partido Comunista de Austria (KPÖ) obtuvo el 11,7% y 31.000 votos. Con ello, el partido se situó en cuarto lugar, por detrás del conservador Partido Popular Austriaco (ÖVP, 30,4%), el populista de derechas Partido de la Libertad de Austria (FPÖ, 25,7%) y el Partido Socialdemócrata de Austria (SPÖ, 17,9%), y por delante de los Verdes (8,2%) y el neoliberal NEOS (4,2%), que no llegó al 5% necesario y, por tanto, queda fuera del parlamento estatal.

Este resultado es notable en muchos aspectos. La última y hasta ahora única vez que el KPÖ obtuvo un escaño en unas elecciones al parlamento de Salzburgo fue en 1945, cuando logró un modesto 3,8% de los votos. En la mayoría de las elecciones al parlamento de Salzburgo desde 1945, los comunistas no superaban siquiera el 1% de los votos, si es que se presentaban. En las últimas elecciones estatales de Salzburgo en 2018, recibieron apenas un 0,4% y 1.000 votos.

Sin embargo, el reciente éxito del KPÖ no tiene precedentes históricos, no solo para el estado de Salzburgo. Antes del domingo, el partido nunca había sido capaz de obtener un porcentaje de votos de dos dígitos en unas elecciones en alguno de los parlamentos estatales austriacos. Incluso en Estiria, que durante décadas ha sido el único estado federado austriaco en el que los comunistas han tenido alguna representación, obtuvieron el 6% de los votos y, por tanto, 2 escaños en las últimas elecciones estatales de 2019. Ahora probablemente tendrán 4 de los 36 escaños en el próximo Landtag de Salzburgo.

El KPÖ también obtuvo un buen resultado en la ciudad de Salzburgo, la capital del estado. Allí quedó segundo, a solo un 3% por detrás del ÖVP, con el 21,5% de los votos. Esto acerca al partido a su excepcional fuerza en la capital de Estiria, Graz, donde la líder del KPÖ de Graz, Elke Kahr, obtuvo una sorprendente victoria en las elecciones municipales de 2021 con el 28,8% de los votos y es ahora la única alcaldesa comunista que gobierna una gran ciudad europea. Puesto que las próximas elecciones municipales en Salzburgo serán en 2024, ya se especula en los medios de comunicación sobre si una segunda capital de estado austriaca podría ser gobernada por comunistas en un futuro próximo.

Un éxito con una larga historia

Muchos análisis sobre la sorpresa comunista en el Land de Salzburgo se centran en el joven y carismático candidato principal del KPÖ, el historiador y guía de museo Kay-Michael Dankl, de 34 años. Como se dijo en los primeros comentarios de la noche electoral, Dankl habla a las personas desde el alma y ha ganado muchos votos de quienes no se sienten representados por la política.

Sin embargo, que Dankl, natural de Salzburgo, se presentaría a las elecciones como comunista no fue en ningún momento algo evidente. La carrera política de Dankl comenzó en la organización estudiantil de Los Verdes, en la que se involucró durante sus estudios en la Universidad de Salzburgo. Después, en 2015-17, fue representante del Taller de Formacion Verde de Salzburgo, así como portavoz nacional de los Jóvenes Verdes, la organización juvenil del partido en aquel momento. Cuando los Jóvenes Verdes criticaron la falta de una política orientada al conflicto de clases (Klassenpolitik) y de democracia interna en el partido en los meses previos a las elecciones al Consejo Nacional de 2017, fueron expulsados sin contemplaciones.

En lugar de rendirse, Dankl y los Jóvenes Verdes se unieron al KPÖ e hicieron campaña en el marco de la alianza KPÖ PLUS (Plattform Unabhängige und Solidarische – Plataforma Independiente y Solidaria). Por entonces, el KPÖ apenas contaba con unos pocos miles de afiliados, viejos militantes en su mayoría, y no tenía ninguna relevancia a escala nacional. Aunque el partido se presentó repetidamente a las elecciones al Parlamento federal, rara vez obtuvo más del 1% de los votos. Entre una elección y otra no había mucho que hacer fuera de Estiria, aparte de algún que otro encuentro o tertulia en las agrupaciones locales aún activas.

No obstante, el KPÖ parecía ofrecer a los y las jóvenes activistas un marco organizativo adecuado para una Klassenpolitik. Y en vista del giro a la derecha que se avecinaba – y que de hecho se produciría con la victoria del candidato del ÖVP Sebastian Kurz en las elecciones al Parlamento federal de 2017 y la formación de un gobierno de coalición populista de derechas bajo su mandato – veían precisamente en la incidencia en la política de clases lo que había que hacer de inmediato: según el análisis que efectuaron por entonces Dankl y otros Jóvenes Verdes, «el giro a la derecha en Austria solo podría detenerse con un fuerte movimiento desde abajo».

En 2017, la alianza KPÖ PLUS solo pudo alcanzar el 0,7%. Pero la campaña electoral había iniciado un proceso de aprendizaje entre los viejos cuadros comunistas y los motivados y motivadas jóvenes activistas. El terreno estaba allanado para una futura cooperación. Un poco más tarde, en 2018, los Jóvenes Verdes se convirtieron en la Izquierda Joven. Desde entonces, la organización cuenta con el apoyo financiero del KPÖ y actúa de facto como la organización juvenil del partido. En los últimos años, muchos miembros actuales y antiguos de los Jóvenes Verdes y/o la Izquierda Joven, incluido Kay-Michael Dankl, también se han unido al KPÖ. La unión de estos entornos – los conocimientos y la experiencia de la vieja generación combinados con la energía y el entusiasmo de los jóvenes – forma la base de una nueva fuerza de izquierdas que se necesita urgentemente en Austria y cuyos largos años de trabajo están dando ahora sus frutos.

El exitoso modelo de Estiria hace escuela

La mayoría de los nuevos y nuevas activistas del KPÖ procedentes de los círculos de jóvenes verdes/izquierda no son en su mayoría de Estiria. Dado que la mayoría de ellos son demasiado jóvenes para haber vivido la guerra de trincheras de los años 90 entre la organización de Estiria y el partido federal, han podido orientarse de forma más imparcial hacia la trayectoria política claramente más exitosa de los camaradas de Estiria. Este modelo se basa sobre todo en una clara orientación hacia los temas que afectan a la vida cotidiana de todas las personas trabajadoras. Además, el apoyo a estas preocupaciones se ha mantenido también a un nivel muy concreto y personalizado en el período entre campañas electorales.

Este es exactamente el modelo que Kay-Michael Dankl ha seguido en Salzburgo desde 2019, cuando se presentó a las elecciones municipales en la ciudad de Salzburgo. De manera parecida al exconcejal de vivienda del KPÖ Ernest Kaltenegger en Graz en la década de 1980, Dankl se centró principalmente en la vivienda, una elección perspicaz dado que Salzburgo tiene los segundos alquileres más altos de todas las ciudades austriacas. Esto le valió el 3,7% de los votos y le llevó al ayuntamiento como concejal. Esta estrategia se basa en la simple constatación de que el partido puede abrir una brecha en la política estatal con este tema y, sobre todo, aprovechar las fuertes simpatías fuera del núcleo de votantes de izquierdas, cada vez más reducido.

Como único concejal comunista de la capital de Salzburgo, Dankl concede gran valor al trabajo de base y al contacto personal con su electorado. En horario de oficina, la gente puede acudir a él para hablar de sus problemas cotidianos. De los 1.800 euros que gana cada mes como concejal, entrega 400 euros a un fondo social creado para ayudar económicamente a personas necesitadas.

Esta práctica es criticada por algunos en la izquierda como una especie de caridad que no tiene nada que ver con la política. En realidad, esta práctica debe entenderse más bien como propagande par le fait, como propaganda del hecho: Al ofrecer ayuda concreta a los demás con los recursos propios, uno demuestra su propia credibilidad y genera confianza. Y aunque esta ayuda no producirá en absoluto cambios significativos, como político o política se aprende de forma muy concreta qué cambios estructurales hay que abordar en primer lugar. Y esto, a su vez, influye en última instancia en las demandas específicas de un programa electoral, como el del KPÖ en Salzburgo.

A través de este tipo de apoyo concreto, así como de una atención continuada a la cuestión de la vivienda asequible en el consejo municipal de Salzburgo, Dankl ha logrado en los últimos cuatro años perfilarse como representante creíble de los intereses de la gente corriente. Aunque él y su partido aún están lejos de organizar a la gran mayoría de los austriacos y las austriacas, en los últimos años han demostrado que incluso en un país conservador es posible ganar fuerzas para un proyecto de izquierdas mediante una política de clases bien orientada que combine reformas en el aquí y ahora con una visión de una sociedad diferente. Solo cabe esperar que los partidos de izquierda de otros lugares también tomen ejemplo de ello.


Artículo traducido por Jaume Raventós.

Se el primero en comentar

Dejar un Comentario

Tu dirección de correo no será publicada.




 

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.