Del bajar impuesto OM! Al recortar OM!

Ante las poco sospechosas recomendaciones de los propios organismos financieros internacionales del sistema capitalista como el FMI, la derecha española propone afrontar la salida de las crisis encadenadas por el virus y la guerra con la contraria y genérica receta de bajar impuestos que es como no proponer nada. Seguramente este no proponer nada es con la única intención de desinformar a la ciudadanía lanzando un mensaje sencillo cuya musiquilla suena bien electoralmente pero que contiene una letra negra que ocultan y que se leerá en caso de victoria electoral en clave de recortes para cuadrar las cuentas.

Por Pedro Labrado, economista

Tras los dos años de pandemia y las consecuencias económicas negativas inevitables que ha acarreado y las consecuencias económicas negativas que ya se han producido y que están por llegar como consecuencia de la invasión de Ucrania por parte de Rusia, la derecha española en general y la encarnada por el Partido Popular en particular lleva meses y las últimas semanas todavía con más intensidad desde que sustituyeron al decapitado Casado, repitiendo cual mantra budista la única solución posible para reconducir las disfunciones económicas derivadas del virus y los tanques, ¡bajar impuestos om! , ¡bajar impuestos om!, ¡bajar impuestos om!

Y lo repiten y lo repiten y lo repiten sin concretar, sin especificar que impuestos quieren bajar, a quién quieren bajárselos y cuánto los quieren bajar. Apesta a electoralismo vacío de contenido.

Esta matraca sin contenido real se utiliza con fines electorales siguiendo la estela de la exitosa campaña electoral de Isabel Díaz Ayuso en las últimas elecciones a la comunidad de Madrid. El resultado de ese éxito electoral ha sido la eliminación y rebajas en impuestos que sólo pagan los estratos sociales con mayor nivel de riqueza y que correlativamente ha llevado al recorte de servicios públicos que han ido desde los efectuados en sanidad a los que ya ha anunciado la presidenta de la comunidad en el transporte público, reducción de la frecuencia de trenes de metro y de cercanías.

Sin lugar a dudas, trasladar a nivel nacional esta cantinela, si finalmente esta estrategia tiene éxito, se traducirá en retrocesos en justicia fiscal y en detrimento de los servicios públicos que inevitablemente sufrirán de nuevo el frío acero de las tijeras presupuestarias.

Y todo esto en contra de las recomendaciones de organismos tan poco sospechosos como el Fondo Monetario Internacional que en su último informe sobre “Perspectivas de la Economía Mundial” defiende «aumentos temporales del Impuesto de Sociedades para capturar los beneficios extraordinarios generados por la pandemia». El objetivo de esta medida sería mantener la consolidación fiscal tras el enorme gasto público debido a la pandemia y que ahora con el estallido de la guerra en Ucrania supondrá aumentar aún más las ayudas a ciertos sectores de la sociedad. Según el FMI la crisis derivada de la pandemia ha impactado de forma diferente a los distintos sectores económicos, algunos obteniendo esos beneficios extraordinarios que el organismo recomienda gravar. Italia, gobernada por el Sr. Mario Draghi, poco sospechoso de social-comunista, ha anunciado que va a subir la tasa especial que grava los beneficios extraordinarios que las empresas energéticas están obteniendo gracias al aumento del precio del gas y del petróleo provocado por los problemas de suministro derivados de la guerra en Ucrania.

Ante las poco sospechosas recomendaciones de los propios organismos financieros internacionales del sistema capitalista como el FMI, la derecha española propone afrontar la salida de las crisis encadenadas por el virus y la guerra con la contraria y genérica receta de bajar impuestos que es como no proponer nada. Seguramente este no proponer nada es con la única intención de desinformar a la ciudadanía lanzando un mensaje sencillo cuya musiquilla suena bien electoralmente pero que contiene una letra negra que ocultan y que se leerá en caso de victoria electoral en clave de recortes para cuadrar las cuentas.

Y todo esto en un escenario que según las cifras de empleo en España conocidos a primeros de mes de mayo sobre los datos de cierre del mes de abril son muy positivos, históricos en algunos aspectos como en el porcentaje de contratación fija sobre el total o el récord de afiliaciones a la Seguridad Social que ha superado el listón de los veinte millones de personas afiliadas. Parece que la senda que se está recorriendo está en la línea correcta. No parece que ni la subida del SMI, ni la nueva normativa laboral ni la normativa fiscal vigente estén lastrando la economía como vaticinaban impresentables políticos de la derecha, empresariado interesado únicamente en sus beneficios y periodistas y seudoperiodistas paniaguados respondiendo a la voz de su amo, más bien todo lo contrario.

El mantra de reducción impositiva generalizada no responde, sin lugar a duda, nada más que a una estrategia electoral repetida recurrentemente, como la ya expresada como decía durante su última campaña en la Comunidad de Madrid o como la precampaña y campaña de 2011 de Mariano Rajoy en la que en algún acto electoral se cantaba a coro: “No más IVA, no más IVA” tras la subida del tipo general de este impuesto del 16 al 18 % por parte del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Mariano Rajoy ganó esas elecciones del 20 de noviembre de 2011 y no sólo no bajó la tarifa del IVA sino que en el mes de julio de 2012 subió el tipo general del IVA hasta el 21% y el del tipo reducido del 8 al 10%. Del “No más IVA” pasaron al IVA más alto desde la implantación de este impuesto. Junto con esta subida del IVA revisó al alza también los impuestos sobre el tabaco, los alcoholes y los carburantes. El gobierno ya había subido ese año el IRPF a los tramos bajos de la tarifa además de multitud de tasas. Su campaña del “no más IVA” y la bajada de impuestos en general no había sido nada más que eso, estrategia electoral. Promesas vacías, engañosas y populistas.

Si consiguen que cale este mensaje entre la población y en las próximas elecciones generales la suma de ultraderecha y fascismo acceden al gobierno, las bajadas generalizadas de impuestos que prometen se olvidarán rápidamente transformándose en bajadas selectivas de aquellos impuestos que gravan la riqueza de una minoría selecta y correlativamente aparecerá un nuevo mantra con la excusa de cuadrar cuentas y contener déficits: “¡Recortar OM!, ¡Recortar OM!…..»

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