Apenas uno de cuatro chilenos cree en el gobierno del presidente Gabriel Boric.
Por Cecilia Vergara Mattei / Estrategia.la
Según la nueva encuesta Pulso Ciudadano apenas el 25,5% de la población aprueba al mandatario, 4,3 puntos menos en relación a los resultados de septiembre (29,7%). mientras que la desaprobación del mandatario actualmente alcanza un 63,4%, lo que es 5,8 puntos más que el mes anterior (57,6%).
Además, la aprobación del gabinete es de un 18,5%, dejando una desaprobación de 66,1%, mientras que un 15,4% no respondió o no supo cómo evaluar la gestión de los ministros. Sorprende que un 50,9% de los encuestados señaló estar de acuerdo con una nueva Constitución, mientras que un 26,9 señaló estar muy en desacuerdo con la idea de tener una nueva carta magna.
En relación a cómo se debería continuar con el proceso constituyente para redactar una nueva Constitución, un 47,7% de los encuestados señaló que prefiere que se inicie uno nuevo (2,6 puntos menos con relación a la medición de septiembre). Un 33,8% manifestó que prefiere que se reforme la actual carta magna mientras que un 18,5% indicó prefiere que se mantenga la actual Constitución (dos puntos que el mes anterior).
Por otra parte, un 42,8% de los participantes de la encuesta consideró que de iniciarse otro proceso constituyente, se debería iniciar de forma inmediata, mientras que un 26,6% considera que se debería aplazar más de 1 año y un 16,8% considera que se debería esperar unos meses.
Tras cumplirse tres años del estallido social del 2019, un 54,1% de la población considera que éste fue negativo para Chile. En la misma línea, un 29,9% considera que fue positivo y un 17,1% no sabe.
La imagen de los legisladores siga deteriorándose sino también la del propio gobierno de Boric, hasta aquí incapaz siquiera de concitar acuerdo entre sus integrantes respecto de qué hacer primero dentro del listado de promesas electorales, lo que explica el rápido deterioro sufrido por el Jefe del Estado en su imagen pública, como en las duras imputaciones recibidas fuera de La Moneda.
Chile en estado de decepción
Algunos pronósticos vaticinan que muy difícilmente podrá prolongar por mucho tiempo su mandato, mientras –descaradamente- desde la derecha se hacen esfuerzos por insubordinar a las Fuerzas Armadas y las policías, señala el analista Juan Pablo Cárdenas.
La realidad es que, a tres años del estallido social, y por una serie de factores (la pandemia es tan solo uno de ellos), Chile es un país más pobre, más endeudado, con menos empleo y con inflación.
Además, esta semana se anunciará la tan esperada reforma de pensiones, en el tercer intento en 15 años y que según adelantó el ministro de Economía Mario Marcel, será un sistema mixto con participación de los privados y que no elimina la capitalización individual. Es una de las reformas emblemáticas de la agenda de Boric, cuyo potencial impacto en el mercado de capitales y la economía es enorme.
El duro ajuste que está viviendo la economía chilena traduce en una actividad que se halla en franco declive, y que se están perdiendo empleos y la economía se encuentra frenada.
Cifras empresariales indican que en el trimestre julio-septiembre se destruyeron 35 mil empleos asalariados, y aún no vemos lo peor del ciclo con cifras de contracción consecutiva del PIB que se iniciarían con el registro de septiembre. Los créditos hipotecarios y para mipymes se contraen a niveles históricos. Los préstamos de consumo en cuotas cayeron 11% y los hipotecarios anotaron una contracción de 45%.
Frente a esta realidad, el Fondo Monetario Internacional (FMI) destacó los fundamentos de la economía chilena y calificó como “notables” los resultados fiscales en 2022, donde se prevé un superávit de 1,6% del PIB (el primer superávit en una década).
Más allá de las cifras, el panorama del descontento se hace ostensible. Huelgas por doquier a lo largo del país, nuevas rebeliones estudiantiles así como aquellas masivas protestas de los comerciantes, de los trabajadores portuarios y las crecientes demandas salariales, entre tantas otras convulsiones. Se vive un clima de creciente agitación que nunca tendrá su solución en la mayor adquisición de armas disuasivas y el creciente reclutamiento de Carabineros (policía militar).
El marco es una economía que se reconoce en estanflación, el agudo conflicto en la Araucanía y la tensión especialmente en el norte por el arribo incontrolable de inmigrantes, como por la acción de las bandas de narcotraficantes y del crimen organizado.
Es evidente que en el Chile de hoy los temas referidos a la seguridad, la inflación, así como las reformas pendientes sobre previsión y salud se han constituido en los más anhelados por un país acosado por la crisis económica, la inequidad y los rezagos sociales.
Jadue y la “concertización” del gobierno
Más allá de los números, llamaron la atención las palabras de Daniel Jadue, un desilusionado excandidato presidencial y alcalde comunista de Recoleta: “En el último tiempo me he comenzado a sentir muy incómodo, porque o fui parte de este proceso y me siento responsable de que hoy tengamos el gobierno que tenemos”, dijo
Jadue endureció sus críticas hacia el Gobierno y a la llegada de la exconcertación al gabinete, aseverando que “están poniendo en peligro el proyecto político de (la coalición gobernante) Apruebo Dignidad”, tras la incorporación del Socialismo Democrático al gobierno.
Pese a que Jadue llamó directamente al presidente Gabriel Boric a “recuperar su autoridad”, parlamentarios de su bancada aseguran que no es momento de generar un quiebre interno en la coalición de gobierno.
* Periodista chilena, asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
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