¿Comportamientos predemocráticos? El capitán de Cuelgamuros, el obispo de Tui-Vigo y Gusiluz

Hay maneras de normalizar el fascismo que viene, tenemos un ejemplo en nuestra ciudad, y ¡cuidado! ¡No es meramente estético! 

Por Xavier Moreda / Vigo Antifascista

El Regimiento de infantería de Asturias 31, de Madrid, formó en la plaza de la Basílica de Cuelgamuros, para ser bendecidos por un cura, en la escalinata de un monumento que alberga, todavía, la mayor fosa común del Reino de España: 12.410 cuerpos sin identificar. Según dicen, el religioso, del que no dan el nombre, que da las bendiciones al destacamento militar, no es miembro de la orden benedictina que todavía continúa en el “Valle de los Caídos”, por lo que lo más probable es que sea el capellán castrense de la propia unidad. Quiero decir: el Reino de España continúa teniendo en “plantilla”, curas! Una de las grandes anomalías del estado aconfesional del Reino de España. Cesan al capitán y no cesan al pater castrense. ¡No sabemos ni el nombre! ¡Nadie sabe nada! ¡Ni Patrimonio!

Estoy, muchos estamos hartos del comportamiento de quien pretende marcar las liñas de lo correcto y de lo políticamente incorrecto: “Podemos agradece a Defensa el rápido cese del capitán: que sirva como ejemplo para prevenir comportamientos predemocráticos”. Nadie se comporta pre-democráticamente por lo tanto no puede ser pré-demócrata, si no, por definición: fascista. Esa lenguaje es engañosa o, como mínimo, confusa, y sin duda, cobarde.

No existen los comportamientos predemocráticos, ni como se dijo refiriéndose a la bandera hace años, “rojigualda, con el aguilucho”, la bandera preconstitucional. Aún así la “constitucional” sigue a ser, para muchos de nosotros, franquista o borbónica. Que decir de la empresa ilegitima de los Borbones, de la estirpe del becario de la bestia, el emblema del negocio más irreal de las familias que ahora por casa de las declaraciones de una comentarista monárquica de la Sexta, sabemos de facto que es una familia realmente desestructurada. ¡Pobres! Son franquistas, uno de los nombres del fascismo español. Conviene comenzar a llamarlos por su nombre, como estrategia necesaria y aclaratoria y no como “cordón sanitario”, otro invento de los legalistas, ahora más que nunca como parte de la imprescindible lucha antifascista.

No tememos porque tener cuidado de no ofender a quien en la falsa equidistancia, en el extremo centro, en el populismo criado como preámbulo de la normalización del fascismo, ni ante las imposturas o los impostores, delante de los que continuamente ofenden rescatando las parafernalias, los ritos y las letanías franquistas, fascistas. La apología del franquismo deberá estar, cuanto antes, legislada con urgencia, delante del fascismo organizado que ya viene de la mano del PP como socio familiar, dada su procedencia no predemocrática, sino: franquista.

Pero no es solo una cuestión de legalidad o de legalismos en los que incurren continuamente los podemitas y el podemismo, los derivados y demás tendencias, que hace mucho tiempo vienen destruyendo la capacidad de movilización de la izquierda de verdad, y la verdad es revolucionaria. Hay maneras de normalizar el fascismo que viene, tenemos un ejemplo en nuestra ciudad, y ¡cuidado! ¡No es meramente estético! Y aún siendo estético, quiere demostrar, quiere significar que todo lo anterior no fue malo y normaliza las conmemoraciones y la simbología del estado nacional-católico, una mentira asquerosa que no conviene ni a Dios ni al diablo. Caballero, Gusiluz, es el claro ejemplo de la resurrección de la resesa estética franquista y sus conmemoraciones con el obispo de la diócesis que lo acompaña en las recreaciones orquestadas por el aprendiz tardío de bufón, del “regimencillo de Gusiluz”, por tanto es colaborador necesario ante Dios y ante los hombres, quien mucho omite mucho miente: Teología de piedra.

Quien trata a los feligreses como ovejas sumisas o desinformadas, continua permitiendo con aquella estrategia perversa y antigua: que hable y que inventen cuentos y leyendas… En Teis, Vigo, algunos quieren pensar que el corcovadiño de Gusiluz, fuera costeado por un señor que le pidió a su hijo que diese la herencia o parte de ella para la construcción de lo que pretende ser el Sagrado Corazón.

Pero la verdad, estoy contento de mi mala percepción del volumen de la ofensa en granito, pensé que tantas toneladas de piedra serían más visibles, de cerca no hay perceptiva, de lejos es un pirulí de mal gusto. No le quiero dar ideas a Gusiluz, es capaz de poner un ascensor para ver de cerca el engendro, le quedó la cabeza descansada a el y al obispo, los dos conversos albaceas y promotores, mecenas de la continuidad franquista, del “atado y bien atado”, de aquel obispo José García García, de la diócesis de Tui también, que comenzara el día 18 de julio de 1939 el culto al SCJ, que elogiara y engrandeciera de forma omnímoda a Franco, el asesino mayor del Reino, de aquel sin rey, por la gracia de Dios.

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