Bebel García, un zurdo que meó contra el fascismo

En julio de 1936 estalló la Guerra Civil en España. A Coruña cayó a los pocos días en poder de los sublevados a pesar de la resistencia antifascista. Entre los valerosos defensores se encontraba un jugador del Deportivo de la Coruña. Esta es su historia.

Por Manuel del Valle

Bebel García García nació en 1914 en Ribadeo (Lugo) y murió defendiendo la democracia de la II República española el 29 de julio de 1936 cuando tenía solo 22 años. Por entonces ya era conocido por ser un prometedor extremo del Deportivo de la Coruña, al mismo tiempo que compaginaba su pasión por el fútbol con su trabajo en una fábrica familiar de lejía en el barrio de Monte Alto, donde residía desde joven después de que su padre fuese desterrado a 150 kilómetros de Ribadeo por sus ideas socialistas.

De él se decía que era zurdo para jugar y para pensar. Su familia tenía una marcada ideología de izquierda, no es de extrañar por tanto que su nombre fuese un homenaje al dirigente socialdemócrata alemán August Bebel, al igual que el de sus hermanos estaban inspirados en otros políticos europeos de izquierda o en países democráticos (France, Conchita, Bélgica, Berthelot, Voltaire o Jaurès).

Sin embargo, la labor política de la familia García no se limitó a luchar a la Guerra Civil, pues José “Pepín” (el mayor de los ocho hermanos) fue detenido en 1935 por participar en la Revolución de Asturias, mientras que Bebel y su hermano France lo fueron por participar en unos incidentes de signo político en la zona de Adormideras (A Coruña). Para aquel año, Bebel ya formaba parte de las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU). Fue así como sus nombres aparecieron en una lista de 42 detenidos en la edición del 28 de marzo de El Compostelano:

“Manifestó el Gobernador Civil que por investigaciones de la Benemérita se supo que en la mañana de ayer se habían reunido determinadas personas haciendo ejercicios de formación que entonaron cánticos subversivos, algunos de ellos vestidos con camisa roja. Las fuerzas de Asalto detuvieron a cuarenta y dos individuos. Y como no estoy dispuesto a permitir mientras esté al frente de la provincia la menor siembra revolucionaria, he acordado el pase a la cárcel con imposición de multa de 250 pesetas a los vestidos de rojo, que son Bebel García, France García, […] por considerarles incur[i]osos en actos contra el orden público definidos en los artículos segundo y tercero de la vigente ley de orden público. Los demás no vestidos con camisas rojas serán sancionados con arreglo a los antecedentes de cada uno de ellos”

La sublevación contra el Gobierno de la República llegó a Galicia el 20 de julio y los hermanos García no dudaron en tomar partido por el bando republicano. Bebel, France y Jaurés tomaron parte en la defensa del edificio del Gobierno Civil, el cual fue bombardeado por una batería de artillería colocada en O Parrote. Mientras, Pepín, secretario general de las JSU de A Coruña, luchaba en las calles contra los golpistas con las armas que había obtenido de una armería situada en la calle San Andrés.

La resistencia antifascista en A Coruña continuó hasta el día 22, día en el que las fuerzas golpistas se hicieron con el control de la ciudad. En consecuencia los hermanos García tuvieron que hacer frente a su trágico destino. Bebel fue detenido, encarcelado, juzgado por rebelión militar y finalmente fusilado el 29 de julio. Junto a él fue ejecutado también su hermano France, de 24 años. Jaurés fue también encarcelado y aunque en un primer momento no fue fusilado por ser menor de edad, finalmente apareció muerto en el exterior de la prisión, tras aplicársele la “Ley de Fugas”. Pepín, de 25 años, fue juzgado por sedición pero consiguió huir en un barco pesquero y se unió a las tropas republicanas; tras la guerra, se exilió a Sudamérica.

No obstante la historia de Bebel, aunque trágica, gira hacia lo épico en los últimos instantes de su vida.

Bebel paradójicamente fue juzgado por “rebelión militar”, acusado de participar en la quema de varias iglesias, por atacar a distintas personas de derechas, por estar relacionado con el asesinato de los hermanos Freire (el 29 de junio) y por último, por haber participado en el atentado que acabó con la vida del general Carlos Bosch y Bosch el 18 de julio. El juicio tuvo lugar el 26 de julio y fue presidido por el coronel Enrique Cánovas Lacruz, siendo condenado a muerte tras un auténtico paripé. Al momento de ser fusilado, el día 29, se paró frente al pelotón de fusilamiento, se desabrochó la bragueta y orinó frente a sus verdugos. Una vez hecho esto, se volvió a colocar los pantalones, se abrochó la camisa y dijo “ahora sí”. Tras hecho, el pequeño extremo del Depor fue asesinado.

Al final de su vida demostró ser fiel a sus principios, dando su vida por sus ideales y probando que tenía un valor que estaba al alcance de muy pocos. De él se decía que siempre hablaba sobre la necesidad de transformar el mundo porque este era injusto con los oprimidos. Hoy es recordado por la grada de Riazor y tanto él como su familia tienen un hueco en el callejero de A Coruña, en su barrio de Monte Alto, concretamente nos referimos a la rúa de Hermanos de la Lejía. De la misma forma que los hermanos García cuentan con una placa conmemorativa en el mismo barrio, frente a la Torre de Hércules, muy cerca de donde fueron fusilados.

¡Honor y gloria para todos los combatientes antifascistas!

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