Anteproyecto de Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU): el cuento de la lechera… sin cántaro

Xabier Arrizabalo
Xabier Arrizabalo

«El anteproyecto de ley universitaria que ha publicado el gobierno es muy negativo: no elimina los elementos más regresivos de la LOU de 2001 del gobierno de Aznar y de la propia LRU de 1983 del gobierno de González».

Xabier Arrizabalo

El gobierno augura un futuro esplendoroso a la universidad pública, gracias a la nueva ley que quiere aprobar. Parece otro de sus cuentos de la lechera, pero tampoco en éste hay un cántaro lleno, ni siquiera al principio. Desde hace mucho la universidad padece problemas serios, agravados por la malhadada LOU que impuso el PP en 2001, conjuntamente con los drásticos recortes aplicados con la excusa de la crisis desde 2010. ¿Es la LOSU como la LOMLOE? Ni siquiera. En estas páginas ya comentamos el carácter de la LOMLOE, con la que se eliminaban algunos elementos muy regresivos de la LOE, pero refrendando su base (por ejemplo, excluyendo la nota de religión, pero manteniendo las supersticiones anticientíficas de las religiones en la escuela pública y financiando la injerencia en ella de organizaciones tan reaccionarias como la Iglesia Católica). Ni eso haría esta LOSU, caso de aprobarse y entrar en vigor.

Los problemas de la universidad pública son conocidos y están ligados sobre todo a la infradotación presupuestaria y al marco legal vigente. Las elevadas tasas -que ya financian el 22% del presupuesto- y la debilidad del sistema de becas limitan el derecho a la enseñanza superior a la juventud de la clase trabajadora, negándoselo a sus sectores más golpeados. Los recortes de la plantilla, que por ejemplo en la Complutense alcanzaron a un 11% del total, apenas han sido revertidos y la precariedad no es la excepción, sino la norma. Ligado a todo ello se mantiene en curso un proceso de privatización, con una abierta intromisión del capital, que convierte cada vez más en mercancía ese derecho democrático elemental, liquidando la autonomía universitaria. Coronando todo ello el funcionamiento dista enormemente de poder caracterizarse como democrático. El corolario es una amenaza cierta de deterioro de la calidad de la universidad pública, sólo contrarrestada hasta ahora por la implicación de estudiantes y personal.

El anteproyecto de ley universitaria que ha publicado el gobierno es muy negativo. No elimina los elementos más regresivos de la LOU de 2001 del gobierno de Aznar y de la propia LRU de 1983 del gobierno de González (de la que procede, por ejemplo, el ataque a la autonomía universitaria a través de la implantación de los Consejos sociales). Hay algunas fórmulas que son en realidad brindis al sol, como las menciones a limitar los contratos temporales o el derecho a la beca, ya que su materialización exige una dotación de fondos de la que el gobierno sólo dice que no será inferior al 1%. Pero el proyecto se inscribe plenamente en el nefasto Espacio Educativo de Educación Superior y, en general, en las directrices de la UE, que incluyen restricciones de gasto que el mismo gobierno consigna.

Incluso en algunos puntos empeora el contenido de la LOU, cuyo rechazo por una amplia mayoría motivó incluso que Rodríguez Zapatero se comprometiera a derogarla si llegaba a ser investido presidente del gobierno, compromiso que incumplió. Es el caso del refuerzo del Consejo Social como órgano ajeno a la universidad, las mayores competencias a los rectores o rectoras, etc.

Como tantas veces, las formas antidemocráticas de procesar una ley indican su contenido contrario a los intereses de la mayoría. El gobierno miente al decir que “se ha posibilitado la participación de la sociedad y de las restantes Administraciones Públicas”. Menciona al Consejo de Universidades, donde se encuentran a igual título las universidades públicas y las privadas, a la Conferencia General de Política Universitaria (Comunidades Autónomas) y al Consejo de Estudiantes Universitarios del Estado. Pero este órgano está presidido por el ministro de Educación y su vicepresidente primero es el secretario general de Universidades. Su representatividad para el estudiantado es ínfima. ¿Y los sindicatos? Resulta una broma de mal gusto, en definitiva, decir que la sociedad ha participado en la elaboración de este proyecto, como se refrenda, además, en las fechas elegidas: del 18 de junio al 8 de julio. Es decir, el periodo de cierre del curso en el que tanto el personal como sobre todo el estudiantado tiene la mayor carga de trabajo del año.

El proyecto del gobierno no aborda satisfactoriamente ninguno de los problemas que padece la universidad; ni la infradotación presupuestaria y su creciente mercantilización, ni la precariedad laboral y la insuficiencia de la plantilla; ni las tasas ni la debilidad del sistema de becas; ni la demediada autonomía universitaria ni la regresión democrática en su funcionamiento. Si el gobierno representara efectivamente los intereses de la mayoría social, que es la clase trabajadora y los sectores populares en general, como declara, retiraría inmediatamente este proyecto de ley universitaria. Y abriría un proceso de consulta y trabajo conjunto con sindicatos y asociaciones estudiantiles para la elaboración de la ley que efectivamente necesita la universidad pública, de cara a cumplir su función social. Pero como el gobierno no tiene intención alguna de hacerlo, sino al contrario, la tarea de sindicatos y asociaciones estudiantiles, como en general de todos los agrupamientos que defienden la enseñanza pública, es organizar la movilización para exigir como primer paso la retirada del proyecto y, como siguiente paso, la elaboración de una ley que efectivamente liquide la LOU y no como hace este proyecto que es, en lo esencial, limitarse a cambiarle el nombre.

El cuento de la lechera parte de un cántaro sobre cuyo rendimiento se hacen cábalas, hasta que el cántaro se rompe frustrando las ilusiones. En el caso de la LOSU, el gobierno propone un cuento de la lechera viciado de antemano, porque en ningún momento existe cántaro alguno.

Publicado en el periódico Información Obrera, edición del 2 de septiembre de 2001. Es una versión resumida del artículo completo, disponible en http://informacionobrera.org/anteproyecto-de-ley-organica-del-sistema-universitario-losu-el-cuento-de-la-lechera-sin-cantaro/, en el que se documenta con detalle lo que aquí apenas se esboza.

Xabier Arrizabalo es trabajador de la Universidad Complutense y miembro de su Junta de Personal Docente e Investigador por CCOO

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